Anna Blanco
Practicopedia
Cómo envasar alimentos al vacío (sin máquina de envasado)
Este tipo de envasado permite conservar los alimentos durante más tiempo y en mejores condiciones
La conservación de los alimentos para que nos duren en óptimas condiciones el máximo tiempo posible es uno de los principales objetivos en todas las cocinas ya que nos permite ahorrar dinero y tiempo, así como hacer un adecuado uso de los recursos alimentarios. Para conseguirlo, el envasado al vacío puede ser una buena opción que consiste en retirar todo el aire del interior de un recipiente o bolsa para aislar el contenido del exterior, y posteriormente sellarlo herméticamente. De esta manera, el alimento envasado no entra en contacto con el oxígeno exterior, algo clave para detener la acción de los microorganismos responsables de que se estropee la comida cruda o cocinada ya que necesitan el oxígeno como fuente de energía, además de evitar el poder oxidante del propio oxígeno. Por otra parte, además de permitir conservar durante más tiempo los alimentos, envasarlos al vacío también permite una mejor conservación ya que quedan protegidos de humedades y olores, y su textura y sabor no se ven alterados.
Existen diferentes máquinas de envasado al vacío que pueden ser muy útiles y prácticas, pero si no disponemos de una (y no queremos comprarla), también podemos beneficiarnos de las técnicas de envasado al vacío caseras. Veamos cómo:
Técnica de la inmersión
Se puede llevar a cabo con tres simples pasos y solo necesitaremos bolsas con cierre hermético y un recipiente con agua. El primer paso es poner el alimento que queramos envasar en una bolsa con cierre hermético y cerrarla hasta que solo quede una pequeña apertura. A continuación, sumergimos la bolsa lentamente en un recipiente lleno de agua para que el aire vaya saliendo (la fuerza del agua hará que el aire salga por el pequeño agujero que hemos dejado). Cuando el agua llegue al borde del cierre de la bolsa y no quede aire, la cerramos completamente sin sacarla del agua. Una vez cerrada, podemos sacarla del agua y ya tendremos nuestro alimento envasado al vacío.
En tarros de cristal
Si optamos por envasar al vacío utilizando botes de cristal, debemos tener en cuenta que es conveniente hacerlo cuando el alimento está caliente, justo después de cocinarlo y, antes de empezar, es necesario revisar que los botes de cristal cierren correctamente y, por supuesto, que estén limpios y secos.
Dicho esto, podemos envasar de dos maneras. La más utilizada consiste en llenar los botes y cerrarlos bien asegurándonos que no se producen pérdidas. A continuación, colocar un trapo en la base de una olla grande y, encima, los botes procurando que no se toquen entre sí. Llenamos de agua la olla hasta que cubra los tarros y hervimos entre 15-30 minutos (el tiempo dependerá del tamaño de los botes). Para finalizar, los sacamos, los dejamos enfriar y ya estarán listos para guardar. Una forma para saber si todo el proceso ha funcionado es presionar la tapa del bote, si no conseguimos hundirla es que así ha sido.
Un segundo método, más rápido, es aprovechar el propio calor del alimento cocinado que envasamos para consumir el aire que pueda quedar dentro de los tarros. Lo que hay que hacer es hervir los alimentos a envasar justo antes de rellenar los botes (hay que llenarlos hasta arriba y solo dejar 2 mm sin llenar). A continuación, rápidamente, cerramos la tapa y apretamos fuerte para sellar bien el cierre. Pasados unos minutos, las tapas de los botes han de hacer un ruido ('clap') que significará que ya está hecho el vacío.