El cashmere es uno de los tejidos más exclusivos y mejor valorados del sector textil, debido a unas cualidades que lo hacen único en su especie. Procedente de la Capra Hircus, una cabra que habita en las zonas más frías de Nepal, Mongolia y el Himalaya, este material matienen muy bien el calor en comparación con otros materiales. Se trata de la primera capa de pelo de dicho animal, por lo que también es muy suave y ligera, lo que protege a las personas de piel sensible contra los problemas alérgicos.
Por otro lado, es transpirable y biodegradable, absorbe la humedad y, según explican los expertos, sus fibras reaccionan a la temperatura corporal, haciendo que el individuo se sienta de lo más cómodo y seguro sin importar el clima. Sin embargo, el cashmere también es un tejido muy caro y delicado, pues el proceso de extracción solo tiene lugar cuando el animal muda su pelo, lo que conlleva una técnica manual de mucha destreza.
Bajo esta premisa, si tienes la suerte de contar con una prenda de cashmere en tu armario, debes cuidarla como se merece no solo a la hora de usarla, también durante el proceso de lavado. ¿Cómo debes hacerlo para que esta no sufra ningún daño?
A pesar de la creencia popular, la ropa de cashmere no se deteriora con los lavados, aunque tampoco es preciso hacerlo con demasiada asiduidad debido a sus características. No obstante, sí debes evitar algunas pautas que pueden influir negativamente en su estado y composición.