Teresa Rey
Cómo
Cómo funciona una Oficina Municipal de Información al Consumidor y cuándo acudir
Sirve de mediadora en los conflictos que surgen entre consumidores y proveedores de servicios
Hoy en día es frecuente que nos encontremos con problemas con los distintos proveedores de servicios que tenemos contratados. Seguro que conocemos a alguien o nosotros mismos hemos protagonizado algún episodio de reclamación con una compañía telefónica, de la luz o del gas, por citar los casos más comunes. Si lo conseguimos resolver con ellos directamente nos supondrá una serie de llamadas y unas cuentas gestiones, más o menos, pero el problema sucede cuando no se llega a un entendimiento.
Es entonces cuando como consumidores nos vemos de pronto desprotegidos y no sabemos muy bien qué hacer. Sin embargo, existe un organismo público que nos puede proporcionar ayuda en estos casos: la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC).
Cuál es su objeto
En este lugar los consumidores pueden obtener información y orientación sobre cualquier duda que tengan a la hora de sus derechos como tales, ya sea al contratar servicios, ya sea la realizar comprar en comercios físicos y online. Esta es una de sus misiones, pero también se ofrece como mediador en los conflictos que surgen entre los usuarios y las empresas. La intención es llegar a una solución amistosa que impida llegar a un juicio, algo que puede resultar más largo y costoso a ambas partes.
Al mismo tiempo tiene una labor educadora y formadora para que las personas sepan a qué atenerse al realizar sus adquisiciones.
En el caso de las reclamaciones se encarga de su recepción y tramitación, con el objeto de mediar. El interesado las puede presentar directamente, pero también una asociación de consumidores o puede llegar de otras oficinas de información al consumidor.
Cómo reclamar
Cualquier persona que haya tenido un conflicto y se crea en el derecho de reclamar puede acudir a estas oficinas. Se incluyen las personas físicas que actúen con un propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial o profesional; así como personas jurídicas o entidades sin entidad jurídica pero que no tengan ánimo de lucro y cuya actividad no tenga fines comerciales y empresariales.
La reclamación se ha de presentar de forma detallada. En un texto correctamente redactado se ha de explicar todo lo acaecido y con el mayor número de datos posible, para que a la hora de gestionarla no haya malentendidos. Se tienen que indicar los datos personales, con el nombre completo y los apellidos, así como la dirección física, el número de teléfono fijo y el móvil, el correo electrónico y el número de fax, si se dispone de él.
El objetivo y la causa de la reclamación han de aparecer indicados también, al mismo tiempo que contra quién se dirige. Así pues los datos de la empresa, el nombre comercial, su razón social, domicilio y teléfono, se han de ajuntar del mismo modo.
Después se han de incorporar todas las “pruebas” que validen lo que estamos reclamando. Aquí se incluyen las facturas, los tickets, los billetes, los recibos, los contratos o los anuncios publicitarios. Todo aquello que aporte información y claridad respecto a lo que estamos solicitando. Esto facilitará la labor de los mediadores y hará más fácil el proceso.
Los temas que trata
Debes tener en cuenta los temas que se pueden tratar en estas oficinas. Por un lado, se aborda todo lo que tiene que ver con la compra de productos: alimentos, automóviles, textil, calzado, vivienda, electrodomésticos, electrónica, juguetes, electrodomésticos, joyería, mobiliario, material fotográfico, comercio electrónico, etcétera.
También servicios, entre los que se encuentran, seguros, agencias de viajes, servicios financieros, reparación de automóviles o electrodomésticos, transporte, mudanzas, tintorerías, peluquería y estética, entre otros. Y, por último, los suministros, es decir, telefonía, gas, luz, agua…
Consultas y otros servicios
Las consultas se pueden hacer por teléfono, donde en un primer momento nos pueden indicar qué pasos debemos dar para realizar la reclamación. En el caso de que deseemos acudir físicamente, normalmente deberemos pedir una cita, que podrá solicitarse por teléfono o por internet, dependerá de dónde residamos. En este último caso será necesario disponer de un certificado digital. Es posible acudir a alguna Oficina de Atención al Ciudadano y gestionarlo de esta manera. De igual modo, si queremos obtener información sobre algo en concreto además de usar todos estos medios podemos utilizar el correo postal.
En estos organismos se tratan a veces otros asuntos como por ejemplo información relativa a las “cláusulas suelo” y cómo reclamar los gastos creados en la constitución de los créditos hipotecarios. Además, establecen alianzas y colaboraciones con otras entidades públicas o privadas, con la intención siempre de proteger a los consumidores. Y si finalmente no se consigue un acuerdo mediador en un conflicto, remiten el asunto a la Junta Arbitral de Consumo.
Su principal finalidad es, por tanto, proteger los derechos de los usuarios y consumidores. Si en el lugar donde resides no existe esta oficina específicamente, debes preguntar a tu ayuntamiento de qué modo puedes llegar a ella o a través de qué medio puedes tramitar una reclamación con el objeto de encontrar una solución amistosa.