Victoria Herrero
Practicopedia
¿Necesitas un cuidador para tu perro? ¿En qué debes fijarte para elegir uno?
Antes de contratarlo, pide referencias a otros dueños y comprueba su formación y experiencia
Lleva contigo toda la vida, pero ahora, por circunstancias personales, no puedes hacerte cargo de tu perro todo el tiempo que necesita. Esto no significa que tengas que dárselo a otra persona o que no puedas cuidarlo, sino que unas horas al día necesitas a alguien que te eche una mano para alimentarlo, jugar con él y sacarle un rato a la calle. Y en este caso, lo mejor es optar por un cuidador de mascotas.
Es entonces cuando te asaltan las dudas a la hora de consultar los anuncios de los profesionales que se dedican a estas labores. ¿En qué debes fijarte? ¿Qué requisitos debe cumplir esta persona anónima que se hará cargo de tu animal de compañía? Hoy te ayudamos con estas preguntas y otras preguntas.
El mejor cuidador que se merece tu perro
Lo primero que deberías hacer es detenerte en aquellos nombres que puedan aportar referencias de trabajos anteriores, una buena forma de saber la opinión de otros dueños que hayan contratado a esa persona. Así, tendrás información de usuarios completamente independientes y objetivos, con los que podrás construir un retrato inicial del cuidador que se encargará de tu mascota cuando tú no puedas hacerlo.
Otra idea es preguntar a familiares, amigos o al propio veterinario por si alguno conoce a una persona de confianza que, además, se dedique a esta labor de forma profesional.
Junto a esas referencias, es básico que el candidato tenga experiencia y que esta se pueda demostrar. En este caso, sería muy interesante si ese cuidador ha trabajado en alguna protectora, un centro veterinario y en espacios de adiestramiento. Si lo necesitas, puedes consultar la fiabilidad de esas prácticas laborales para estar más tranquilo.
Aparte de esa trayectoria profesional, es bueno saber si tiene algún tipo de formación en la materia. Por ejemplo, si ha estudiado algo relacionado con animales, como veterinaria, o si ha realizado cursos específicos sobre el trato a los mismos, como adiestramiento o nociones básicas en el caso de que surja alguna incidencia veterinaria.
Una vez sepas todo esto, conviene que hagas una visita a la persona que has seleccionado y que consideras que puede ser un buen candidato para el puesto. Así, puedes ver si va a cuidar al perro unas horas en su casa o si dispone de algunas instalaciones profesionales o específicas para ello. Aprovecha para observar todo lo relativo a las condiciones de higiene, calidad y seguridad, y si cuidará de otros animales al mismo tiempo.
Además, sería muy bueno que ese domicilio contase con un espacio ajardinado propio o bien con un parque público cerca. Seguro que a tu perro le encantará salir a correr por esa zona.
Aprovecha ese encuentro para conocerle un poco más a nivel personal e interesarte por sus rutinas cuando se encarga de los animales. Es decir, cada cuánto los saca a la calle, si juega con ellos, si en alguna ocasión puede encargarse de su baño o cómo se organiza para el tema de la alimentación. No te olvides de consultarle si dispone de un seguro de responsabilidad civil por si algún día fuese necesario.
Por último, pídele que te facilite un teléfono en el que pueda estar localizable en todo momento, por si ocurre alguna urgencia y necesitáis poneros en contacto. Y a la hora de acordar el precio de sus servicios, infórmate de si tiene flexibilidad horaria, con vistas a un viaje imprevisto o un fin de semana.
Sesiones de adiestramiento
Además de un cuidador, igual necesitas que durante esas horas tu perro también reciba unas cuantas clases de adiestramiento. Quizá esa persona puede hacer ambas cosas si cuenta con conocimientos y experiencia en ello. Pero antes de pedírselo, puedes preguntarle si no le importa que veas algunas de las sesiones de entrenamiento que realiza con canes. De esta manera, observarás con detalle qué métodos utiliza y cómo trata al animal durante el ejercicio de educación.
Y es que esta persona debe ser cariñosa con tu mascota, pero sin que por ello le falte firmeza a la hora de adiestrarla. A cambio, tu animal de compañía conocerá, sobre todo si se trata de un cachorro o un perro joven, todo lo que necesita para adoptar unos buenos hábitos de higiene y obediencia, por ejemplo.
En el caso de que sea mayor, tampoco viene mal que recurras a estos servicios, pues puede ayudar a quitar algunos "vicios" adquiridos que tenga tu fiel amigo. Es el caso de pedir siempre comida en la mesa, subirse al sofá o ladrar a las visitas que van a casa.