
Astenia primaveral en personas mayores: síntomas y cómo prevenirla
Si es de gran intensidad y se prolonga puede convertirse en crónica. Hablamos con un experto

Cansancio inexplicable, fatiga, apatía... La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) explica que la astenia primaveral es un síndrome frecuente que, si resulta de gran intensidad y se prolonga en el tiempo, puede llegar a convertirse en crónica, una situación de sintomatología compleja y variada, detrás de la cual puede haber distintas enfermedades, algunas de ellas graves, sobre todo en personas mayores.
Muy frecuente, se trata de un término cada vez más utilizado que hace referencia al conjunto de síntomas que algunas personas experimentan en un momento del año determinado, que coincide con un cambio en las condiciones climatológicas. No es ningún mito. Apatía, desánimo, falta de apetito, dolores de cabeza, somnolencia diurna, incluso cambios de conducta, con predominio de una mayor tendencia a la irritabilidad, son algunas de las manifestaciones, muy reales, que pueden aparecer o agravarse con la llegada de la primavera, documenta Soliralidad Intergeneracional.
Insiste la entidad que no hay estudios que confirmen que la causa de los mismos sea la llegada de esta bonita estación, pero es cierto que los cambios respecto a las horas de luz de las que disfrutamos en unos días cada vez más largos, a las temperaturas, que van subiendo y a la presión atmosférica, que también varía, pueden repercutir en mayor o menor medida en nuestro propio organismo, que necesita un periodo mínimo de tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones del entorno. "Un estudio realizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en el que fueron encuestadas más de 4.000 personas, señalaba que cerca de un 75% de la población habría sufrido astenia en algún momento determinado del año, apuntando tres motivos principales: el estrés, el no dormir lo suficiente y el exceso de trabajo".

Dr. Luis Castrillo Navarro
De todo este trastorno hablamos con Luis Castrillo Navarro, especialista en Dietética y Nutrición de los Centros Médicos Quirónsalud Tres Cantos y Quirónsalud Valdebebas.
Pregunta.- ¿Qué es en realidad la astenia primaveral?
Respuesta.- Consiste en una sensación de debilidad y falta de vitalidad, tanto a nivel físico como intelectual, que merma las capacidades para llevar a cabo las rutinas. Se produce con la entrada de la primavera (en los meses de marzo y abril), coincidiendo con determinadas condiciones como, por ejemplo:
- Incremento de las horas de luz.
- Aumento de las temperaturas.
- Presencia de alergias típicas de la estación, que se explicará más detenidamente en el siguiente apartado.
- Alteración en la producción de hormonas, como aquellas que regulan el sueño, y de neurotransmisores, como la serotonina, la 'hormona de la felicidad'.
- Falta de vitamina D, debido a la falta de exposición solar durante los meses de frío.
Se trata de un proceso pasajero, que remite por sí mismo al cabo de unos días o semanas. No obstante, se pueden seguir recomendaciones para minimizar sus efectos, que se nombrarán más adelante. Y recordar que si resulta de gran intensidad y se prolonga en el tiempo, puede llegar a convertirse en astenia crónica
P.- ¿Cómo influyen las alergias primaverales en la astenia primaveral?
R.- Durante esta época del año, es conocido que la incidencia de alergias producidas por la floración tiende a aumentar con respecto a otras estaciones. Sus síntomas son muy similares a los de la astenia primaveral (somnolencia, fatiga o dificultades en la concentración) y si se da el caso de que, tanto la astenia primaveral como las alergias a pólenes ocurren al mismo tiempo, estos se agravan y prolongan en el tiempo esta sensación.
Por ejemplo, la rinitis o la irritación ocular, síntomas clásicos de la alergia, disminuyen la calidad de sueño, acrecentando los propios de la astenia, como el cansancio y la fatiga.
P.- ¿Cómo es de frecuente en las personas de más edad?
R.- La prevalencia de este trastorno es más común en personas con una edad comprendida entre los 20 y 50 años y afecta principalmente a las mujeres. Sin embargo, aunque en personas mayores es menos común, los síntomas relacionados aparecen de manera más intensa.
P.- ¿Afecta de forma distinta a los mayores que a los jóvenes?
R.- En las personas mayores las manifestaciones clínicas se ven más acentuadas comparado con los jóvenes. Es importante recalcar que el impacto de la astenia primaveral es diferente en función del grupo de edad. Mientras que en jóvenes está asociada al estrés o al insomnio y afecta al rendimiento laboral o escolar, en personas mayores, además de aumentar el cansancio, la apatía y la vulnerabilidad a los cambios estacionales característicos de la edad, puede comprometer su autonomía del día a día.
También existen otros factores propios de la edad que pueden favorecer la aparición de esta condición y empeorar los síntomas, tales como la presencia de enfermedades crónicas que alteran el sistema inmunitario (diabetes, cáncer, enfermedad renal crónica, etc.), la polimedicación, problemas de salud mental y un estilo de vida poco saludable en cuanto a la alimentación y a la actividad física
P.- ¿Cuáles son los síntomas?
R.- Generalmente, los más comunes son:
- Fatiga y debilidad: el estado fisiológico a partir de cierta edad incrementa esta sensación, pese a dormir un número de horas adecuado.
- Insomnio: es común que haya problemas a la hora de conciliar el sueño y despertarse frecuentemente en el trascurso de la noche.
- Irritabilidad y nerviosismo, causados por la falta de sueño y energía.
- Cefaleas o dolores de cabeza.
- Reducción del apetito.
- Ansiedad y depresión.
P.- ¿Cómo no confundirlos de los que causan otros trastornos?
R.- Algunas de las afecciones que se dan en la astenia primaveral son similares a otras patologías, como depresión (bajo ánimo), síndrome de fatiga crónica y trastorno afectivo estacional (una variable de depresión que ocurre en invierno por la ausencia de luz solar y se caracteriza por cambios bruscos en el ánimo). Es muy importante tener en cuenta que estos trastornos son duraderos en el tiempo, a diferencia de la astenia primaveral, que remite en un periodo más corto (entre una y dos semanas). Si los síntomas persistieran o se agravaran después de ese tiempo, es recomendable acudir a un especialista.
P.- ¿Qué medidas se pueden emplear para contrarrestarla?
R.- Con el propósito de disminuir los síntomas de la astenia primaveral, hay múltiples medidas que se pueden llevar a cabo, no sólo para ello, sino también para mejorar el bienestar durante esos días. Estas son:
- Realizar una dieta equilibrada, que incluya todos los grupos de alimentos, especialmente hortalizas y verduras, proteínas, cereales integrales y grasas saludables, como la del aceite de oliva o el pescado azul
- Mantener una adecuada hidratación a lo largo del día es fundamental ya que disminuirá la fatiga y mejorará la concentración. Es importante remarcar que en personas mayores existe un mayor riesgo de deshidratación debido a factores propios de la edad como la reducción de la percepción de la sed y el aumento de las pérdidas de agua y electrolitos.
- Evitar el consumo tabaco, alcohol y bebidas estimulantes como el café.
- Practicar actividad física de manera moderada, salir a caminar al aire libre y socializar contribuye a mejorar el ánimo y a reducir el aislamiento.
- Establecer unos hábitos para dormir y evitar perturbaciones durante la noche. como bajar bien las persianas, acostarse dos horas después de la cena como mínimo o mantener una correcta temperatura en el dormitorio).