
Las personas que sufren soledad no deseada visitan con más frecuencia al médico de cabecera
Analizan el impacto de la soledad en la Atención Primaria

Tres problemas graves de salud que causa la soledad no deseada
La ciencia lo confirma: este es el 'efecto secundario' de la soledad en la salud cerebral
La soledad es el sentimiento subjetivo de aislamiento social que surge de una falta percibida de cercanía en las relaciones interpersonales, como describe Jong-Gierveld. La subjetividad de la soledad significa que las personas pueden vivir vidas solitarias y no sentirse solas; alternativamente, pueden tener una vida social relativamente rica y experimentar la soledad.
Las desigualdades en el entorno físico y social pueden aumentar aún más el riesgo de sentimientos de soledad para algunos grupos de personas. De hecho, existen múltiples factores que pueden contribuir a los sentimientos de soledad y al riesgo de aislamiento social. Por ejemplo, tener mala salud física o mental una discapacidad, vivir solo, ser cuidador o un nuevo padre, una persona joven que deja el cuidado, vivir en una vivienda deficiente, experimentar pobreza, estigma, marginación, falta de apoyo social y pertenecer a ciertos grupos minoritarios, como se documenta en varios trabajos, como el recogido en Social Science & Medicine.
Además, la soledad puede surgir en cualquier momento a lo largo de la vida, afectando a todos independientemente de la edad, el sexo u otros conceptos sociodemográficos, y a menudo está sujeta a desencadenantes clave o puntos de transición que implican cambios que tienen un impacto perjudicial en las redes sociales como se refiere en otra investigación publicada en la revista anteiormente mencionada.
En el Reino Unido, en 2018, se nombró a un Ministro para la Soledad para abordar lo que se ha denominado el "mayor desafío de salud pública de nuestro tiempo". De igual manera, el exdirector general de salud pública de EE. UU., Vivek Murthy, se ha referido a la soledad como "una creciente epidemia de salud". Una creciente base de evidencia respalda estas afirmaciones, vinculando la soledad y el aislamiento social con una variedad de problemas de salud física y mental. Estos problemas incluyen depresión, ansiedad y estrés; malos hábitos de salud; mala salud cardiovascular, deficiente calidad del sueño; mala salud física; mayor riesgo de síndrome metabólico y de mortalidad. En general, esta base de evidencia indica que la soledad ejerce una poderosa influencia en la salud.
Soledad y Atención Primaria
Aparentemente, la mayor vulnerabilidad a la mala salud, y en particular a la mala salud física, asociada con la soledad, puede traducirse en un mayor uso de los servicios de atención médica. De hecho, un nuevo metaanálisis revela que las personas que experimentan soledad no deseada realizan más visitas al médico de cabecera, lo que podría tener implicaciones significativas para los sistemas de salud a nivel mundial.
El estudio, publicado en Health Psychology Review, y recogido también en Infocop, sintetiza los hallazgos de 25 investigaciones realizadas en distintas partes del mundo y concluye que existe una relación positiva, aunque modesta, entre la soledad y el uso de los servicios de Atención Primaria. El trabajo representa la primera revisión sistemática y metaanálisis sobre este tema y pone en evidencia que el fenómeno de la soledad no deseada no solo afecta al bienestar emocional, sino también a la utilización de recursos médicos.

El trabajo contó con un total de más de 113.000 participantes de diferentes países y contextos de atención médica. Los investigadores se centraron específicamente en la relación entre la soledad no deseada (y conceptos afines como el aislamiento social) y el número de visitas a médicos de atención primaria, excluyendo atenciones especializadas o hospitalarias.
Asimismo, los autores incluyeron estudios que usaron tanto medidas objetivas (como registros médicos) como autoinformadas, y se incluyeron tanto evaluaciones transversales como longitudinales.
Más consultas médicas
Tal y como se recoge en el trabajo, el análisis mostró una correlación positiva entre la soledad y el número de visitas a los servicios de Atención Primaria, de tal forma que las personas que se sienten más solas acuden con mayor frecuencia al médico, si bien el efecto es pequeño.
¿Qué factores influyen en esta relación?
Los autores también analizaron una serie de factores que podrían modular la relación entre soledad y uso de atención primaria:
- Género: el vínculo fue más fuerte en estudios con una mayor porcentaje de mujeres. Según los autores, esto coincide con la evidencia previa que muestra que las mujeres, en general, usan más los servicios de salud que los hombres.
- Edad: sorprendentemente, la edad no mostró ser un factor moderador significativo, a pesar de que se sabe que las personas mayores son más propensas a sentirse solas y a requerir atención médica. Este hallazgo podría explicarse por las barreras de acceso a la salud que enfrentan muchos adultos mayores, explica el texto.
- Tipo de medida utilizada: Contrario a las expectativas, los estudios que usaron registros médicos (medidas objetivas) mostraron una relación más fuerte que aquellos basados en autoinformes. Para los autores del estudio, los resultados sugieren que las personas podrían subestimar la frecuencia real de sus visitas médicas.
- Formato de evaluación de la escala de soledad: no se encontraron diferencias significativas entre estudios que usaron una sola pregunta para medir la soledad y aquellos que aplicaron cuestionarios más complejos.
Las implicaciones
Aunque la relación entre soledad y número de visitas a Atención Primaria es modesta, sus implicaciones a nivel poblacional son importantes, tal y como exponen los autores de la revisión. La soledad es un problema que afecta a millones de personas en todos los países, por lo que una leve disminución en la prevalencia de la soledad podría significar una reducción notable en la carga asistencial en los sistemas sanitarios, señalan.
Los autores del estudio destacan también la necesidad de reconocer la soledad como un factor relevante en salud pública. Se trata de un fenómeno que debe abordarse desde un enfoque no sólo médico, sino también social. Esto implica, por ejemplo, que los galenos generales podrían beneficiarse de formación y recursos que les permitan identificar y derivar a pacientes que se sienten solos hacia servicios comunitarios de apoyo psicológico y social, sugiere el artículo.
El estudio concluye que la soledad no deseada está vinculada al uso de atención primaria, independiente del país, edad o tipo de sistema sanitario. A este respecto, los autores subrayan que, aunque el efecto sea pequeño, es "rutinariamente consecuente" cuando se analiza en términos poblacionales.
El futuro
Finalmente, recomiendan futuros estudios longitudinales que permitan aclarar la dirección causal de esta relación: ¿la soledad lleva a visitar más al médico, o una mayor frecuencia de consultas refleja una necesidad médica preexistente que también genera aislamiento?
En cualquier caso, la evidencia ofrecida por el estudio remarca que la soledad no es solo un problema emocional, sino también un asunto sanitario que merece atención sistemática y transversal.