Empresas

Garamendi: "Para seguir teniendo un Estado social, es fundamental apoyar al empresario”

Fernando Ónega

Foto: Guilsey Homet

Lunes 30 de noviembre de 2020

10 minutos

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El presidente de CEOE (@CEOE_ES), Antonio Garamendi (Getxo,1958), está convencido de que la crisis como consecuencia de la pandemia es "un partido que vamos a ganar”, aunque la sociedad en conjunto y las empresas lo están pasando mal. "Nos están achuchando mucho y estamos trabajando mucho en la defensa y en la portería, pero es un partido que vamos a ganar. Hay algún sector que lo está pasando fatal, especialmente pequeñas empresas, empresas familiares, hostelería, comercio". 

El presidente de los empresarios españoles admite que "la triste realidad es que algunos negocios no van a poder volver a abrir". Y, aunque afirma que "nunca discutiremos las decisiones sanitarias", se muestra muy crítico con algunos anuncios por parte del Gobierno. "A veces los anuncios son más preocupantes que las propias medidas", en referencia a cuando el Ejecutivo planteó que el estado de alarma puede durar hasta el 9 de mayo. "¿Quién va a preparar una boda o una Comunión en esas circunstancias, quién va a ir a un hotel en Semana Santa?", se pregunta. 

Garamendi (@agaramendil) confiesa en su entrevista con Ferrnando Ónega que echa en falta medidas de apoyo, y pone el ejemplo de Alemania, donde se está capitalizando a las empresas. Afirma las potencias mundiales están en plena guerra comercial, y que Europa y España son un ejemplo para el resto de países, pero advierte de que "si queremos seguir teniendo un Estado social, es fundamental que tengamos una economía muy saneada donde se apoye al empresario".

 

 

FERNANDO ÓNEGA.- En su condición de presidente de CEOE, usted representa a la empresa española. Como diríamos si esto fuera una crónica deportiva, le pediría que nos diera el tiempo y resultado de la empresa en este momento, en medio de la crisis sanitaria y económica.

ANTONIO GARAMENDI.- En CEOE están representadas las grandes empresas, las medianas, las pequeñas y los autónomos, algo que es un caso bastante inédito en Europa, y gracias a lo cual podemos llegar a acuerdos sociales. Yo siempre digo que la paz social es probablemente la mayor infraestructura que puede tener un país, y en estos momentos que vivimos, es aún más importante. Si me pide tiempo y resultado, lo resumiría diciendo que “este partido lo vamos a ganar”. La empresa lo está pasando mal, nos están achuchando mucho y estamos trabajando mucho en la defensa y en la portería, pero es un partido que vamos a ganar. Hay algún sector que lo está pasando fatal, especialmente pequeñas empresas, empresas familiares, hostelería, comercio. Creo que no solo debemos pensar en el aspecto económico de la crisis, sino también en el social, en las personas, el trato humano, el comercio de cercanía, lo que supone ver una ciudad como Madrid cerrada. Desde CEOE estamos trabajando de forma intensa para que estos sectores puedan aguantar, porque son los que tienen que volver a ponerse al pie del cañón. Es cierto que desde enero hemos ido muy hacia atrás en el terreno económico como consecuencia del Covid-19, y no nos vamos a recuperar en un día. Yo siempre digo que hay muchas E en mi vida: E de España, E de empresa, E de empleabilidad, E de espíritu y E de esfuerzo. Y eso, junto a la U de unidad, me lleva a decir que es el momento en que España tiene que demostrar que es lo suficientemente grande para, entre todos, sacar adelante el país, que es lo que nos merecemos todos.

 

 

F.Ó.- Utiliza usted la palabra cerrado refiriéndose a Madrid. Cuando uno va por la calle, sobre todo en algunas ciudades pequeñas, y empieza a ver letreros de “cerrado”, “se alquila”, siente tristeza. Esos letreros, ¿cuánto tiempo van a estar, o se quedarán para siempre?

A.G.- Yo haría una reflexión previa al Covid-19. Cuando hablamos de digitalización, se nos llena la boca con esa palabra, pero hay otra palabra muy importante que es globalización. Es verdad que llega una nueva economía, de un comercio inteligente donde era necesario hacer una adaptación, y en estos momentos, esa adaptación viene de una forma mucho más acelerada y la gente se va a tener que preparar mucho más. Y la triste realidad es que algunos negocios no van a poder volver a abrir, pese a que estamos haciendo un gran esfuerzo; en la negociación de los últimos ERTE no nos levantamos de la mesa hasta que la hostelería y el comercio estuvieron cubiertos. Otro tema muy dramático que estamos viviendo es la forma en que se anuncian algunas medidas. Nosotros nunca discutiremos las decisiones sanitarias, pero sí tenemos derecho a expresar nuestra opinión porque todos los españoles somos contribuyentes (el Estado entre otras cosas funciona porque el ciudadano contribuye). Y es que a veces los anuncios de medidas son más preocupantes que las propias medidas, por ejemplo, cuando el Gobierno planteó que el estado de alarma puede durar hasta el 9 de mayo. Considero que hay que ver las cosas con optimismo, pero claro, a veces hay noticias que nos dejan un poco planchados. Que en octubre te digan que la Navidad en familia es posible que se haya acabado, es muy duro y transmite un mensaje pesimista. Que te digan que esta situación puede durar hasta el 9 de mayo, independientemente de que para el comercio y la hostelería es dramático (¿quién va a preparar una boda o una Comunión en esas circunstancias, o quién va a ir a un hotel en Semana Santa?), me parece tremendo, más aún en el caso de las personas mayores. Insisto en que no discuto las decisiones sanitarias, pero sí veo necesaria una unificación de esas decisiones, y en la parte anímica nos ha dejado un poco tocados. Y, sobre todo en lo que se refiere a las personas mayores, creo que se ha pensado poco en ellas a la hora de hacer ese anuncio.

 

 

F.Ó.- En cuestiones actuales, y respecto a los Presupuestos Generales del Estado, ¿el presidente de CEOE está más cerca del gobernador del Banco de España y su desconfianza, por ejemplo, en los gastos e ingresos previstos, o de la ministra de Hacienda, que considera que son prácticamente perfectos?

A.G.- En primer lugar, tengo que agradecer a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que se acercó personalmente a CEOE a presentarnos los Presupuestos y a explicárnoslos. Y respecto al gobernador del Banco de España, debo decir que es un gran gobernador, una persona muy inteligente, muy seria, de lo mejor que tenemos en este país, y de las personas más preparadas en temas económicos. Yo creo mucho en el gobernador del Banco de España, trato con él, es independiente y trabaja desde la independencia. Él ha hecho una serie de comentarios a los Presupuestos con los que nosotros coincidimos. Por ejemplo, cuando el Gobierno prevé que el crecimiento de España sea del 9,8%, la propia Comisión Europea lo rebaja al  5,4%, es decir, la mitad. Y hay que recordar que, en 2020 y 2021, la Comisión Europea no va a poner pegas a que España gaste lo que necesite, coyunturalmente, pero no podrá ser un gasto sin límite.

 

 

F.Ó.- Dice usted que la UE nos permite gastar en 2020 y 2021, pero llegará 2022 y nos exigirá volver a la senda de contención del déficit público…

A.G.- Hay dos temas realmente importantes en el asunto de los Presupuestos Generales del Estado. En primer lugar, cómo está reflejado que España va a crecer el 9,8% y sin embargo la CE dice que será un 5,4%. A nosotros no nos preocupa tanto el año 2021, sino el 2022, porque ya no estará tan flexibilizado el riego económico, y para ese año la Comisión nos pide que cumplamos un déficit del 3% del PIB, y en CEOE estimamos que el déficit rondará el 8%, lo que implica que habrá que ajustar unos 60.000-70.000 millones de euros. Además, debemos tener una cosa clara: la mitad de la deuda española la está comprando el Banco Central Europeo (BCE), y eso significa que la otra mitad la compran los mercados. Y hoy por hoy, la prima de riesgo está donde está porque los mercados confían en el BCE, pero en un momento dado, el BCE dirá “ya vale…” y en ese momento nos medirán por lo que somos. Por eso, nosotros en CEOE no queremos meter miedo a nadie, pero tenemos que ser lo suficientemente serios y advertir de esto. En Alemania, por ejemplo, se está capitalizando a las empresas, y gracias a ello, posiblemente, van a salir de la crisis fortalecidas. Y tampoco podemos olvidar que estamos en una guerra comercial, para decidir quién va a mandar en el mundo en los próximos 20-30 años; veremos si es Estados Unidos, si es China, Rusia siempre está por ahí enredando, y Europa… no voy a decir que somos un parque temático, pero cuidado, es necesario que sepamos dónde están los bloques y cómo se mueven. Y ser conscientes de algo: Europa, que ya no es el 7% sino el 6,9% de la población mundial, no llega al 17% del PIB mundial y tenemos más del 50% del gasto social; y además queremos seguir siéndolo. Yo creo que la sociedad europea es un ejemplo para las demás, pero si queremos seguir siendo y teniendo ese Estado social y democrático de derecho, es fundamental que tengamos una economía muy saneada donde se valore y se apoye a la empresa, al empresario.

 

 

F.Ó.- ¿Cree que la imagen del empresario no está suficientemente valorada en España?

A.G.- En España, últimamente, al empresario le llaman emprendedor, que también empieza por la letra E, pero no suena igual. Considero que la formación es clave, y hay que empezar desde niños a poner la palabra empresa en un buen sitio y en valoración. Tenemos que trabajar todos para ver que los empresarios son todas esas personas que suben y bajan las persianas en los polígonos industriales, en los bares, en los comercios, y también en las grandes empresas. En España, hace pocos años no había ni una multinacional, y en estos momentos hay multinacionales españolas. Y no solo los grupos financieros o de comunicaciones que ya conocemos, hay grandes multinacionales de turismo que son empresas familiares; hay unas multinacionales espectaculares del mundo del automóvil que son empresas familiares; y uno de los milagros de España es que después de estallar la burbuja de la construcción, llegó un momento en el que España creció, y creció al 3%, y ello se debe a que pasamos del 22% al 34% del PIB en la internacionalización de la empresa española. Si medimos la internacionalización en porcentaje de PIB, sobrepasamos a Reino Unido, a Italia y a Francia, y estamos solo por detrás de Alemania, que tiene más del 34% del PIB internacionalizado. Solo por poner un ejemplo: en México hay 5.000 empresas españolas instaladas de forma permanente. Sin duda, la internacionalización es uno de los éxitos de la empresa española en el que hay que seguir trabajando y profundizando. Y pensando en las personas, porque son las personas las que mueven las empresas.

Sobre el autor:

Fernando Ónega

Fernando Ónega

Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad. 

Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.

Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.

En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”. 

En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate. 

Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”. 

En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó. 

A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.

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