Si bien es cierto que nunca es demasiado tarde para empezar ahorrar, lo ideal sería comenzar a hacerlo en la juventud, siguiendo un buen plan financiero para no tener que preocuparnos cuando llegue la jubilación. Si nos damos cuenta de lo poco que hemos ahorrado con 50 años y nos cogen las prisas, deberemos recuperar el tiempo perdido con una mayor disciplina, es decir, ahorrando más. La buena noticia —según como se mire— es que el Gobierno quiere que nos jubilemos más tarde, con un retraso progresivo hasta alcanzar los 67 años, con lo que tendremos dos años más de vida laboral para seguir ahorrando.
La principal ventaja con la que cuentan los ahorradores de 50 años reside, precisamente, en su capacidad de ahorro. Debemos, pues, aprovechar esta situación para ahorrar un porcentaje más alto de nuestros ingresos totales. Los expertos aconsejan aumentar en torno a un 20% el volumen de ahorro cuando nos encontramos más cerca de la jubilación, sobre todo si llegamos con la hucha vacía. Además, con 17 años por delante para planificar el futuro, seguramente debamos correr ciertos riesgos, optando por productos más rentables, pero menos estables.
Por ejemplo, si quisiéramos obtener un complemento a la jubilación de mil euros al mes a partir de los 67 años y hasta los 100 (parecen muchos años, pero la esperanza de vida sigue aumentando y no es descabellado pensar que en pocas décadas gran parte de la población llegue a ser centenaria), tendríamos que ahorrar a partir de los 50 más de mil euros al mes en un plan de inversión de riesgo medio-alto con un retorno anual del 5%. Solo así podríamos conseguir ese complemento, de ahí la importancia de invertir en nuestro futuro cuanto antes mejor.
Entre los productos de ahorro más atractivos de cara a la jubilación, cabe destacar los planes de pensiones. Tienen la ventaja fiscal de que el dinero aportado desgrava en el IRPF, hasta un máximo de 8.000 euros al año, aunque deberemos tener en cuenta que, a la hora de rescatarlo, deberemos hacer frente a los impuestos que hemos dejado de pagar durante años. Dentro de los planes de pensiones, los hay con perfiles de riesgo más moderados o arriesgados según la rentabilidad que deseemos obtener. Pero también hay otras alternativas interesantes que conviene contemplar: