
Jubilaciones cada vez más tardías: 7 de cada 10 altas se retrasan ya hasta la edad legal ordinaria
Trabajar hasta más de 65 y pasados los 66,5, cada vez más normal por el esquema castigo/incentivo

Envejecimiento y baby boom' dispararán la deuda pública desde 2030, alerta AIReF
Las próximas dos décadas van a estar marcadas por el reto del envejecimiento de la población y la mayor longevidad, con un número creciente de pensionistas y mayor gasto, según alertan los informes de los expertos, entre ellos, el Banco de España, la AIReF, think tanks como Fedea, los actuarios, etc.
El Gobierno reconoce la magnitud del desafío para el sistema de pensiones, y lleva años buscando soluciones para el retiro masivo del baby boom, con reformas de calado, como el incremento paulatino de la edad ordinaria jubilación: cada año ha ido subiendo en 2 meses, y en la actualidad se sitúa en 66 años y 8 meses, con menos de 38 años y 3 meses de contribuciones sociales; o los 65, si se acumula mayor cotización. En 2027 quedará fijada en los 67 años, con menos de 38 años y medio cotizados (o en 65, si se supera ese periodo de cuotas).
Otras reformas en vigor son los incentivos a la prolongación voluntaria de la carrera laboral, el endurecimiento de requisitos para la jubilación anticipada, o las facilidades para cobrar la pensión y seguir trabajando.
Todas estas medidas están funcionando a favor del Gobierno, y provocando un retraso efectivo, real, de la jubilación de los españoles, como demuestra que "el 71% de las altas se producen a la edad ordinaria de jubilación, 10 puntos porcentuales más que en 2019", según subraya el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, a cuyo frente se halla Elma Saiz.
O lo que es lo mismo, la combinación del esquema de recompensa económica a quien trabaje más allá de los 65 años, junto al endurecimiento anual de los requisitos de edad y años cotizados para poder dejar de trabajar, unido a los incentivos para compatibilizar el empleo y el cobro de parte de la pensión, está haciendo que 7 de cada 10 nuevas altas se retrasen y realicen a la edad legal (los 65, en caso de largas carreras, o los 66 y 8 meses, quienes tengan poca cotización).

Para muestra, un botón: en junio de 2025, la edad media de acceso a la jubilación se ha atrasado hasta los 65,2 años, frente a los 64,4 años en 2019, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio.
El 11,4% de las jubilaciones son demoradas
Hasta el mes de mayo (inclusive), último dato disponible, la Seguridad Social ha registrado 155.131 nuevas altas de jubilación. En el caso de las jubilaciones demoradas, representan ya el 11,4% del total de las nuevas altas, frente al 4,8% que suponían antes de la pandemia.
"Este cambio refleja el impacto de los incentivos a la demora vigentes desde 2022 y la reconfiguración del marco de jubilación anticipada", explica el Ministerio que lidera Elma Saiz.
Por lo que se refiere a la cuantía de la pensión que entran cobrando esos 155.131 nuevos jubilados, el importe medio del sistema es de 1.551,7 euros de media, según los últimos datos disponibles (mayo). En cambio, si se observa estrictamente el Régimen General, la pensión media de las nuevas altas de jubilación es muy superior, y asciende a 1.656,8 euros al mes.

Seguridad Social paga 10,3 millones de pensiones, a 9,3 millones de personas
En total, en junio de 2025, la Seguridad Social abonó 10.342.975 pensiones a más de 9,3 millones de personas, con una nómina que ascendió a 13.563,84 millones de euros. Este mayor gasto se debe a que en junio se abona la paga extraordinaria (coste de 13.213,09 millones de euros).
Un total de 10.320.512 pensiones reciben el doble abono este mes, salvo aquellas que perciben las pagas extraordinarias prorrateadas en las 12 nóminas mensuales o las que no se generaron antes del 1 de enero, que reciben únicamente la parte proporcional, detalla el Ministerio.

Incentivos y castigos atrasan el retiro 'de facto'
La clara tendencia al retraso de la jubilación es un fenómeno palpable y creciente en los dos últimos años. La edad media efectiva dio un estirón en 2023 y en 2024, al sobrepasar por vez primera la barrera psicológica de los 65 años; una cifra muy superior a los 64,4 años que se escogían en promedio para dejar de trabajar en 2019, antes del estallido de la pandemia.
Este retraso voluntario en jubilarse beneficia a aquellos pensionistas que prefieren trabajar más años, o compatibilizar pensión y empleo; es positiva para sistema, el mercado laboral y el empleo, y se está produciendo sin que el Gobierno aumente la edad legal ordinaria de retiro, que no subirá de los 67 años en 2027.
Hay que recordar que en 2025 sigue siendo posible jubilarse a los 65 años, sin penalización, siempre que la persona acumule 38 años y 3 meses cotizados a la Seguridad Social.