Innovación en los cuidados

Residencias, los lugares más seguros para nuestros mayores

65ymás

Lunes 1 de marzo de 2021

ACTUALIZADO : Lunes 1 de marzo de 2021 a las 9:33 H

5 minutos

Gracias a la vacuna estos centros se han convertido en lugares muy seguros para los dependientes

Residencias, los lugares más seguros para nuestros mayores
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Lunes 1 de marzo de 2021

5 minutos

El coronavirus ha sido especialmente duro con las personas mayores y con las residencias pero la decisión de empezar la vacunación masiva contra la COVID -19 por los centros residenciales y sus trabajadores ha dado como resultado que las residencias sean uno de los lugares más seguros para nuestros mayores en estos momentos.

Tal y como reflejan los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad, el 97% de los centros residenciales ha recibido las dos dosis de la vacuna de Pfizer contra la Covid.

En este sentido, era necesario que las personas mayores que viven en nuestras residencias fuesen las primeras en recibir la vacuna, junto con quienes cuidan de ellas, ya que han sido el grupo de población más afectado y vulnerable frente al virus. También se han visto afectados por la pérdida de calidad de vida que ha supuesto no poder relacionarse con sus seres queridos o incluso con sus compañeros de residencia durante la mayor parte de la pandemia.

Las residencias dedican sus esfuerzos a que los mayores vivan en un lugar seguro a la vez que confortable. En Amavir (@GrupoAmavir) los residentes se sienten como en casa con las atenciones que necesitan en cada momento. A lo largo de los últimos 20 años, más de 35.000 familias han confiado en nosotros el cuidado de sus personas queridas y dependientes. Por ello, nuestra responsabilidad y compromiso con nuestros usuarios es que nuestros centros sean espacios seguros y adaptados a la situación actual.

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Protocolos de higiene y seguridad

La vacuna ha demostrado una eficacia del 95% en la prevención de casos de COVID-19 confirmados en laboratorio en personas sin evidencia de infecciones previas. El tratamiento  actúa sobre el sistema inmunitario,  para que si por alguna circunstancia la persona se expone ante el virus, el cuerpo tenga las “herramientas” necesarias para defenderse. Este hecho no significa que uno no se pueda contagiar, tan solo que los síntomas serán más leves, por ello, las medidas de seguridad y los protocolos de prevención e higiene se siguen manteniendo, a pesar de haber recibido la vacuna, hasta que las autoridades sanitarias así lo establezcan.

En cuanto a la limpieza del centro y sus estancias, en Amavir todas las habitaciones son desinfectadas cada día y los centros han intensificado sus medidas de seguridad, higiene y protección. Asimismo, los equipos humanos de nuestras residencias están preparados y formados para atender y proteger la salud de todos los residentes del centro, con experiencia y con espíritu vocacional hacia el bienestar de las personas mayores.on la “nueva normalidad” también se permitió la reapertura progresiva de los centros de día.  En los centros ya abiertos, se cumplen todas las medidas de seguridad establecidas como la reducción del aforo, no compartir espacios con residentes y cuentan con personal propio. Además, los usuarios de centro de día están siendo también vacunados.

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Comunicación y relación de confianza con los familiares

El hecho de contar con esta inmunidad de grupo en los centros residenciales va a facilitar la flexibilización de los protocolos en las residencias, así como las salidas y visitas de los familiares. De este modo, después de un año especialmente duro, los mayores podrán recuperar una pequeña “normalidad” y abandonar su aislamiento social.

El ingreso de una persona mayor en una residencia no siempre es fácil, por ello, los familiares se convierten en un elemento clave. En este punto, la comunicación entre el equipo que trabaja en el centro y los familiares es primordial para forjar una buena relación basada en la confianza y la colaboración por ambas partes. Desde los centros de Amavir se trata de empatizar con cada caso y encontrar la mayor cantidad de recursos y facilidades para que tanto el residente como sus allegados se sientan integrados y partícipes del centro.

La pandemia ha hecho que la comunicación con las familias haya adquirido un nuevo camino a través de la tecnología. En esta situación, para asegurar el contacto mientras no ha sido posible la realización de las visitas, o estas han sido estipuladas por la administración pública, las videollamadas han jugado un papel esencial para todas las partes. Por esta vía se puede informar sobre los cuidados que el mayor recibe, las actividades en las que participa o los aspectos más reseñables ocurridos en el centro.

En definitiva, los centros residenciales deben ser el lugar en el que las personas mayores y sus familias encuentren la continuidad de su hogar, con cuidados profesionales desde el respeto, con honestidad, vocación y confianza.

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