Es uno de los dulces más sencillos de hacer y uno de los más antiguos de los que se tienen referencias. Pan, mejor del día anterior, leche, huevos, azúcar y aceite para freír son los ingredientes básicos de una torrija, una receta de respostería de la que existen distintas variedades, todas muy parecidas, pero con posibles acabados diferentes.
Si quieres puedes prepararlas en casa añadiendo un toque original que ofrezca nuevas opciones a este rico dulce, hecho con productos naturales, que siempre gusta saborear, al menos una vez al año.
Es una de las novedades que puedes poner en práctica en esta ocasión, sobre todo si quieres tomar esta típica delicia, como postre o merienda, pero restando algunas calorías. Al horno, eliminando, por tanto, el aceite de la fritura, las torrijas pueden quedarte, también, esponjosas, doradas e irresistibles. Prepáralas siguiendo la receta tradicional pero cambiando el método de cocción, según estos sencillos pasos:
Una vez hechas tienes varias opciones para darles tu toque final. Puedes espolvorearlas con azúcar glass y canela, extender una cucharada de nutritiva miel o añadirles un suave almíbar. Si eliges alguno de estos acabados, evita añadir azúcar a la leche porque no es necesario, dado que ya te quedarán lo suficientemente dulces.
Puestos a preparar algo distinto esta Semana Santa, pero sin renunciar a tus tradicionales torrijas, estas seis propuestas pueden ser todo un descubrimiento.
Torrija ‘pan tumaca’. Es un pequeño truco visual, un trampantojo, que a más de uno le romperá los esquemas, porque tu torrija va a parecerse a la típica receta catalana. Para hacerla, solo tienes que preparar las torrijas al modo tradicional, pero con una rebanada de pan algo más gruesa de lo normal, para poder abrirla a la mitad y rellenar el interior de mermelada de tomate. Parecerá un bocadillo ‘salado’ pero, en realidad, será un delicioso dulce de sabor sorprendente.
De naranja y chocolate. Suena bien y sabe mejor. Haz tus torrijas como acostumbras, siendo generoso a la hora de añadir a la leche piel de naranja para enfatizar su aroma. Aparte, prepara un almíbar,pero no con agua, sino con el zumo de esta fruta ( 2 – 3 piezas) y el azúcar correspondiente. Cuando esté templado, viértelo sobre las torrijas y espolvorea con chocolate negro rallado. Exquisitas.
Con frutos del bosque. Fresas, moras, arándanos... resultan deliciosas como colofón al sencillo postre y los más golosos pueden acompañarlas de una nube de nata montada (en este caso no añadas ni espolvorees azúcar). Tendras una torrija con extra de saludables antioxidantes.
De coco. Una delicia con un toque absolutamente distinto. Su secreto está en sustituir, en la preparación, la leche de vaca por leche de coco (apta para intolerantes a la lactosa). Hiérvela, en este caso, con cáscara de limón y canela y acábalas con virutas de coco dulce (las utilizadas en repostería).
Torrija ‘cebra’. Especialmente para que guste a tus nietos, prueba a hacer las torrijas con un original acabado de chocolate crujiente. Cuando las tengas listas, termínalas colocando hilos de chocolate blanco y negro, que previamente habrás derretido. Déjalas solo unos minutos en el congelador para que el chocolate solidifique.
Con miel y frutos secos. Son unas cuantas calorías, pero un pequeño capricho para tomar con moderación. Prepara tus torrijas al horno. Cuando empiecen a dorarse, más o o menos a mitad de cocción, ‘píntalas’ con miel diluida en un poco de agua y añade los frutos secos picados que te apetezca (almendras, nueces, pistachos...) Deja unos minutos más al horno, para que se terminen de hacer, y tendrás una verdadera ‘obra de arte’ repleta de buenos nutrientes.