Estos son los nuevos Pueblos Mágicos de España en 2026: 22 lugares que merecen una visita
Rincones con encanto y mucha historia
Pueblos Mágicos de España ha dado a conocer su nueva lista de localidades que, por su encanto, patrimonio, naturaleza o tradición, pasan a formar parte de la red para 2026. Son 22 nuevos municipios repartidos por todo el país, desde las verdes montañas del norte hasta costas, valles y pueblos rurales. La selección busca poner en valor rincones con identidad propia, impulsar el turismo rural y preservar historia, cultura y paisaje:
Aliaga (Teruel)
En el corazón de la comarca del Maestrazgo, Aliaga emerge entre sierras que conservan la huella de los tiempos geológicos. Sus formaciones rocosas narran millones de años, pero también siglos de vida rural. El Parque Geológico, sus calles inolvidables y las ruinas del castillo medieval hacen de este pueblo un auténtico libro de historia natural al aire libre.

Arjona (Jaén)
Arjona, la ciudad del legendario rey Alhamar, funde en su casco antiguo las huellas romana, islámica y cristiana. Sus murallas y torres cuentan historias de reconquista y devoción. Desde lo más alto, un mar de olivos recuerda que aquí la tradición sigue viva.

Arjonilla (Jaén)
Arjonilla mantiene la esencia rural del corazón andaluz. Su castillo, las cooperativas olivareras y la calidez de sus vecinos definen un municipio que apuesta por la autenticidad, la artesanía y la vida comunitaria.

Belmonte de San José (Teruel)
Enclavado entre colinas del Bajo Aragón, Belmonte de San José conserva su estructura medieval, con calles con alma, casas nobles y una plaza porticada que guarda siglos de historia. Hoy combina su patrimonio con la calma rural y una activa vida cultural.

Bujalance (Córdoba)
La torre del castillo domina el horizonte y recuerda que Bujalance fue enclave estratégico en la historia de Al-Ándalus. Su casco antiguo, de calles estrechas y patios floridos, esconde iglesias monumentales y una gastronomía que tiene al aceite como emblema.
Jabaloyas (Teruel)
En pleno corazón de la Sierra de Albarracín, Jabaloyas se alza como un balcón natural hacia el horizonte. Su entorno, de pinares y sabinas, y sus casas de piedra rojiza evocan la pureza de los pueblos de montaña.

La Palma del Condado (Huelva)
La Palma del Condado es vino, cultura y mestizaje. Su patrimonio religioso y civil refleja la prosperidad de siglos pasados, mientras sus bodegas centenarias y sus fiestas llenan el calendario de color y tradición. Es referente en enoturismo y sostenibilidad.

La Puebla de Montalbán (Toledo)
A orillas del Tajo, La Puebla de Montalbán respira historia y arte. Su plaza mayor porticada es una de las más bellas de Castilla-La Mancha y epicentro de la vida local.

Mula (Murcia)
Mula conserva el alma de las ciudades nobles del sureste español. El castillo, las iglesias barrocas y el rumor del río dan vida a un casco antiguo lleno de historia. Su tamborada, declarada Patrimonio Inmaterial, marca el pulso de una identidad colectiva.

Tabernas (Almería)
El Desierto de Tabernas es único en Europa. Tierra de cine, pero también de historia y resiliencia, su castillo y su paisaje lunar resumen la fuerza de una Andalucía interior que aprendió a vivir del sol y del ingenio.

Zalamea de la Serena (Badajoz)
Zalamea es historia viva. Entre yacimientos arqueológicos, iglesias y teatro clásico, este pueblo extremeño recuerda el legado de Calderón y la grandeza de la cultura popular. Su dehesa infinita enmarca un patrimonio monumental y humano.

Arriate (Málaga)
Arriate es conocido como el Pueblo del Amor, con el lema “Flechazo a primera vista” y una curiosa embajadora: Valentina, una cigüeña que vive en la chimenea del antiguo molino y se ha convertido en símbolo del pueblo. Sus calles tranquilas y su ambiente acogedor hacen que muchos visitantes sientan ese flechazo nada más llegar.

Ferreries (Menorca)
En el corazón de Menorca, Ferreries combina artesanía, naturaleza y tradición insular. Sus talleres de calzado, mercados locales y senderos hacia calas vírgenes la convierten en ejemplo de equilibrio mediterráneo.

Elburgo (Álava)
Elburgo combina arquitectura vasca y paisaje agrícola. Sus casas de piedra con escudos tallados, la iglesia gótica de San Pedro y los senderos que cruzan campos de cereal definen una Euskadi interior, serena y sostenible.

Vallehermoso (La Gomera)
Entre acantilados y palmerales, Vallehermoso hace honor a su nombre. Sus terrazas agrícolas, miradores al Teide y senderos por el Parque Nacional de Garajonay definen una isla que ha hecho del paisaje su identidad.
Alfoz de Lloredo (Cantabria)
Costa y tradición se funden en Alfoz de Lloredo. Sus pueblos combinan arquitectura montañesa, prados verdes y ermitas centenarias.

Arona (Tenerife)
El corazón histórico de Arona, declarado Bien de Interés Cultural, conserva las casas fundacionales y la iglesia original del sur tinerfeño.

Coaña (Asturias)
Entre mar y montaña, Coaña guarda uno de los castros más importantes del norte peninsular. Su patrimonio arqueológico, junto a la belleza de su costa y sus aldeas, lo convierte en destino que une historia, paisaje y hospitalidad.

Gaucín (Málaga)
Colgado sobre un risco de la Serranía de Ronda, Gaucín ofrece una de las vistas más espectaculares del sur. Su castillo del Águila, las calles blancas y la intensa vida artística convierten al pueblo en un refugio de luz y belleza.

Navia (Asturias)
Río, mar y montaña se abrazan en Navia, villa costera que conserva el alma marinera. Su puerto, el paseo marítimo y la arquitectura indiana muestran una Asturias abierta al océano, orgullosa de su historia y hospitalaria con quien llega.

Miengo (Cantabria)
Entre la ría de Suances y las playas de Mogro, Miengo despliega un paisaje de dunas, pinares y mar abierto. Su equilibrio entre naturaleza, surf y tranquilidad lo convierte en el destino ideal del Cantábrico.

Reocín (Cantabria)
Antiguo enclave minero, hoy es territorio de cultura, naturaleza y recuperación. Reocín transforma su legado industrial en espacios verdes y rutas culturales.




