Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

¿Por qué se producen los tics?

Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 3 de agosto de 2020

3 minutos

¿Por qué se producen los tics?

Lunes 3 de agosto de 2020

3 minutos

Pildoras

 

Rafael Nadal se pasa la mano por la frente y la nariz o se ajusta la culera del pantalón. Y hay tenistas que antes de servir, botan nueve veces la pelota. Fran Rivera estira el cuello de manera continuada cuando está ante el toro. Paco de Lucia gesticulaba con los labios mientras acariciaba su guitarra. Son los tics que se repiten, porque se repiten también los momentos de tensión.

Lo que el tic revela es precisamente eso: una tensión que el sujeto cree que se libera repitiendo un gesto, un sonido o un acto determinado. No significa gran cosa, excepto que existe un estado de ansiedad; pero como dicen los neurólogos, no todos los tics son banales. Desde luego, si se trata de un tic que dificulta por alguna circunstancia la vida laboral o social, debe consultarse, entre otras cosas, porque hay tics que pueden ser indicativos de algún problema neurológico; pero eso debe quedar en manos del especialista.

Se puede decir que esos tics que vemos todos los días –el ojo, el cuello, torcer la boca, etc.– no son más que la expresión de un estado de ansiedad.

Nos podríamos preguntar quien no ha tenido un tic, especialmente en la infancia y en la juventud. Quizá empieza por una imitación, y después se adapta a nuestra manera de presentarlo. Es decir, podemos imitarlo, pero acabamos fabricando nuestro propio tic. Después no hace falta más que un momento de tensión para que se manifieste, y especialmente en los niños de entre los siete y los ocho años. Pero no porque el tic tenga predilección sexual, sino porque son ellos los que están sometidos a una mayor tensión. Son los que están continuamente oyendo "no hagas esto, no digas lo otro, haz esto...". Y como prueba, basta comprobar que cuando el niño crece y se independiza, cuando en realidad empieza a hacer las cosas por su cuenta, el tic desaparece. Lo que está claro es que no vale para nada intentar que se reprima. Algunos pueden ocultarse momentáneamente, pero al cabo de unos minutos la tensión crecerá y de manera inevitable se repetirá el tic. Por eso, lo mejor es ignorarlo, porque si se reprende se añade más ansiedad.

Tenemos asumido que los tic son solo gestuales. Y sin embargo también los hay vocales. Por ejemplo, carraspeos, gruñidos, gemidos o elevar el tono al empezar a hablar. Además, el tic va de la cabeza a los pies: el 80 por 100 de ellos son guiños de ojo; en la cabeza hay un 69%; de hombros, un 55% y otro tipo de muecas, un 36%; pero también hay tics más complejos, como darse un golpe, o golpear a los demás o toquetearse u olerse las manos...

Hay quien se pregunta si durmiendo también aparecen tics. Podría darse el caso; pero al ser la manifestación de una ansiedad, el propio sueño hace que esa ansiedad disminuya con lo que el tic no suele mostrarse.

También es verdad que los tics desaparecen, por regla general, cuando llega la madurez. Salvo deportistas o profesionales determinados que siguen sometiéndose a la misma tensión y, por tanto, tienden a liberarla con sus tics.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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