
Psicosis en el supermercado


Un hombre tan respetado como Juan Roig pidió a los medios informativos que no creen ambiente de desabastecimiento en tiendas y supermercados. Es una petición razonable: el desabastecimiento se suele producir por la psicosis. Ocurrió con el papel higiénico en la pandemia. Ahora se creó la psicosis de que la industria alimentaria puede paralizarse por la falta de aceite de girasol. Y no la crearon solo los medios informativos, sino las tiendas que limitaron la venta de ese aceite y los industriales que hicieron este razonamiento: si no hay aceite de girasol, tampoco habrá productos alimenticios elaborados. Ahora se añadió un nuevo problema, la huelga de transportes. Ya se han visto estantes vacíos. Ya hay camiones detenidos por los piquetes. Hoy mismo la industria láctea no recogerá la leche, al menos en Galicia, si no se garantiza la seguridad. Al margen del abastecimiento, mi reflexión es: el derecho de huelga es sagrado. Empieza a dejar de serlo cuando la huelga se impone por piquetes que practican la violencia o la coacción. Y es discutible cuando la busca legítima de un beneficio provoca la ruina de otros sectores y la alarma del consumidor. Y eso, justo eso, es lo que está ocurriendo.