Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorEntre las enfermedades que solemos detallar en distintos artículos siempre destacamos los síntomas que estas producen en el organismo humano. Uno de los más recurrentes son las inflamaciones, ya pueden ser de órganos como la piel, o de partes del cuerpo internas que producen otros efectos a raíz de este.
Lo primero de todo hay que detallar que la inflamación no es mala cuando esta es transitoria. Se trata de una respuesta necesaria que funciona como mecanismo de defensa ante infecciones y traumas. Solamente cuando la inflamación es muy grande o se alarga en el tiempo, comienzan los problemas a raíz de esta hinchazón.
Los principales motivos para su desarrollo son las infecciones, las lesiones físicas, alergias, y una alimentación o estilo de vida poso saludable. Este último es importante ya que hay que conocer los alimentos que, con su mal consumo, pueden llevarnos a generar una inflamación innecesaria.
Ácidos grasos Omega 6: Por si solos no son perjudiciales. Al igual que sus primos los ácidos Omega 3, son beneficiosos para la salud, pero cuando hay un desbalance entre los dos (exceso de Omega 6 y escasez de Omega 3), se puede producir una reacción inflamatoria. Alguno de los alimentos altos en este ácido son el aceite de girasol, aceite de maíz y aceite de soja.
Harinas y azúcares refinados: Estos ingredientes conducen a una mayor respuesta inflamatoria y al incremento de padecer una enfermedad como la diabetes o alguna complicación cardiovascular. Harinas blancas, azúcar de mesa y refrescos azucarados entran dentro de este grupo.
Productos procesados: Para producir este tipo de alimentos son necesarias altas temperaturas, que generan radiación e ionización de los azúcares. Podemos reconocer este proceso por el color marrón o la tonalidad oscura que adoptan los alimentos (como por ejemplo la bollería industrial). A raíz de esta elaboración se crean distintos compuestos que afectan a la función vascular, aumenta la resistencia a la insulina e incrementan las citocinas proinflamatorias.
Grasas trans: Muy relacionadas con los anteriores alimentos. No solamente debemos eliminarlas por su efecto proinflamatorio, sino también por estar relacionadas con diversas enfermedades. Entre las más comunes destacan la margarina, patatas de bolsa, galletas, pastelería industrial y la comida rápida.
Alérgenos: Estos alimentos dependerán de cada persona, pero entre las reacciones principales está la inflamación. Una prueba para detectar qué alimentos debemos evitar nos ayudará a prevenir posibles sustos. Entre los más comunes suelen detectarse el gluten, los lácteos, los huevos y el maíz.
Al mismo tiempo que hay alimentos proinflamatorios, también podemos encontrar aquellos con el efecto contrario. Lee este artículo y entérate de cuáles son.