Alexandra Concepción Pérez-Mancebo
Salud
Claves para proteger la calidad del sueño de las personas mayores con el cambio de estación
Más del 90% de los españoles desearía dormir mejor, especialmente las personas de 65 a 75
Dormir bien es esencial para mantener una buena salud y un equilibrio físico, cognitivo y emocional. En esta época del año, resulta especialmente importante prestar atención a la calidad del sueño de las personas mayores, ya que la reducción de horas de luz y los cambios de temperatura propios del otoño pueden alterar el ritmo biológico y dificultar un descanso reparador.
Los ritmos circadianos regulan los ciclos de sueño y vigilia en función de la luz solar. Cuando la exposición a la luz natural disminuye, la melatonina, hormona que facilita el sueño, se produce en menor cantidad y de forma menos regular. Esta alteración puede generar despertares nocturnos, somnolencia diurna o sensación de descanso insuficiente.
En este contexto, y según el Estudio Sanitas sobre la Salud del Sueño, publicado en septiembre, más del 90 por ciento de los españoles desearía dormir mejor, especialmente las personas de 65 a 75 años, que son quienes más expresan esta necesidad.
“Garantizar un sueño adecuado en las personas mayores contribuye a preservar la vitalidad, la memoria y el equilibrio emocional. Incorporar hábitos sencillos, como exponerse al sol durante el día o mantener rutinas regulares de descanso, puede marcar una gran diferencia y favorecer un estilo de vida más sostenible, reduciendo el uso de luz artificial y de pantallas antes de dormir”, explica Miriam Piqueras, directora médica de Sanitas Mayores.

Con el paso de los años, el organismo experimenta cambios fisiológicos que modifican la arquitectura del sueño. “Las fases profundas se acortan y la producción de melatonina disminuye, lo que hace que el descanso sea más ligero. Estas variaciones pueden provocar despertares más frecuentes o sensación de sueño no reparador. La falta de descanso afecta directamente al bienestar y la calidad de vida, ya que puede provocar fatiga, irritabilidad, menor concentración y alteraciones del estado de ánimo, además de dificultar la recuperación física y mental”, añade Miriam Piqueras.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas Mayores recuerdan que el cambio de estación es un momento idóneo para reforzar hábitos de higiene del sueño, la primera línea de prevención frente a los trastornos del descanso. Entre las medidas más recomendadas incluyen:
• Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.
• Favorecer la exposición a la luz natural, especialmente durante las primeras horas del día.
• Acondicionar el dormitorio con temperatura adecuada, buena ventilación y sin ruidos.
• Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
• Incorporar rutinas relajantes, como leer, escuchar música suave o realizar ejercicios de respiración.
• Mantener una vida activa y social, ya que la estimulación mental y las relaciones personales contribuyen a mejorar la calidad del sueño.
• Evitar siestas prolongadas o en horario tardío.
• Cuidar la hidratación y realizar cenas ligeras al menos dos horas antes de acostarse.
• Practicar actividad física moderada durante el día, evitando el ejercicio intenso por la noche.
• Asegurar una exposición regular a entornos naturales, ya que la luz solar y el contacto con espacios verdes favorecen la regulación del ritmo circadiano.
“Anticiparse a los cambios del sueño mediante hábitos saludables y revisiones médicas periódicas es la mejor estrategia preventiva. En las personas mayores, cualquier alteración del descanso debe evaluarse para identificar causas y prevenir complicaciones”, concluye Miriam Piqueras, de Sanitas Mayores.


