¿Qué es la condromalacia rotuliana y cómo afecta a las personas mayores?

Con el paso de los años, nuestras articulaciones se van desgastando. Y no solo estas, el tejido que las recubre, los cartílagos, no corre mejor suerte. Es lo que sucede en el caso que hoy vamos a conocer, la condromalacia rotuliana, que afecta a la rodilla ya sea como consecuencia de ese deterioro por la edad o por años de práctica deportiva.

Pero también se da el caso contrario, personas sedentarias que ven afectada esta zona articular, de ahí que sea especialmente importante tratar esta patología en el caso de las personas mayores. Además, en este colectivo hay un mayor riesgo de traumatismo que provoque la fractura de la rótula, otro de los orígenes de la condromalacia rotuliana. 

Condromalacia rotuliana: prevención y tratamiento

Estamos hablando de la rodilla, la articulación que diariamente soporta buena parte del peso de nuestro cuerpo y que, gracias a ese cartílago (ahora afectado), amortigua muchos de los impactos que recaen sobre esta zona. Por eso resulta esencial cuidar de nuestras rodillas en forma de hábitos preventivos:

• Cuida de tus pies, ya que sus problemas pueden afectar al correcto funcionamiento de la rodilla. Así, si notamos que pisamos mal, es esencial acudir al podólogo para que nos haga un estudio de la pisada. Este especialista te recomendará, además, que uses un calzado adecuado y evites suelas demasiado desgastadas. 
• Evita el sedentarismo y haz algo de deporte de forma suave, nada de ejercicios de alto impacto o en superficies inestables. En este sentido, resulta recomendable la natación o caminar a paso ligero al menos media hora cada día. Con el fisioterapeuta también se puede trabajar para fortalecer la estructura de la rodilla y que esta esté mejor alineada para evitar su desgaste. 
• La práctica de esa rutina física te ayudará a controlar el peso. Y es que una persona mayor con sobrepeso tiene un mayor riesgo de patologías en la rodilla.

Además de estas recomendaciones preventivas, que se pueden continuar una vez se ha diagnosticado esta dolencia, el médico recetará la administración de fármacos cuya función es doble. Por un lado, se encargarán de aminorar el dolor que trae asociado ese desgaste del cartílago y, por otro, tienen una función protectora que evita que ese daño en el tejido articular sea mayor.

En este último caso, a veces se recurre a infiltraciones de ácido hialurónico o colágeno para mejorar la cicatrización del cartílago. Todo para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y recuperar, en la medida de lo posible, la funcionalidad de la rodilla. 

En cambio, cuando la situación es más grave, no ha dado resultado ninguno de los tratamientos anteriores y el dolor que siente el paciente es considerable, se puede recurrir a la cirugía para mejorar la fricción en la rótula, como explican desde la Clínica CEMTRO (@ClinicaCEMTRO).