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Los trastornos y desórdenes de la alimentación en personas mayores

Victoria Herrero

Jueves 4 de abril de 2019

3 minutos

Es esencial que este colectivo interiorice la necesidad de alimentarse de forma adecuada

Trastornos de la alimentación en personas mayores (bigstock)
Victoria Herrero

Jueves 4 de abril de 2019

3 minutos

"Es fundamental que los mayores conozcan las necesidades nutricionales más comunes en su edad y se conciencien de la necesidad de alimentarse adecuadamente". Una importante recomendación que, desde los laboratorios Cinfa (@CinfaSalud), hacen a este colectivo de la población que, en ocasiones, es vulnerable a la malnutrición. Una alimentación deficiente que, en algunos casos, viene originada por desórdenes de la conducta alimentaria.

Habitualmente creemos que este tipo de trastorno de la alimentación solo se da en adolescentes y jóvenes. Sin embargo, los cambios fisiológicos, psicológicos y socioeconómicos que se observan en personas mayores hacen que se favorezca la malnutrición, con lo que aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de desórdenes. Una patología que en muchos de los casos viene acompañada por la presencia de estados de depresión.

¿Qué son los trastornos de la alimentación? 

Este tipo de trastornos hacen referencia a todos aquellos hábitos graves que lleva a cabo una persona y que desencadenan en una mala alimentación, y por consiguiente mala nutrición. Así, en la mayoría de los casos estos trastornos llevan detrás una preocupación excesiva por el aspecto corporal y el peso.

Incidencia en personas mayores

Los trastornos alimenticios pueden surgir en edades avanzadas por vez primera, o bien que se deba a una recaída de estas personas que ya hayan sufrido este tipo de patologías en su juventud. En el primero de los casos, las causas de los desórdenes de alimentación en personas mayores obedece a los siguientes factores

  • Fisiológicos: estas personas experimentan cambios en la composición de su cuerpo como puede ser un aumento de la grasa corporal y una disminución tanto de la masa ósea como del agua corporal. Esto hace que aumente el riesgo de padecer ciertas enfermedades que producen una alteración de la sed y, como consecuencia, que no apetezcan alimentos con un alto contenido en agua, por ejemplo. 
  • Socioeconómicos: en muchos casos observamos cómo se reduce la capacidad económica de estas personas que se une a causas psicológicas como la soledad, la emancipación de los hijos, la pérdida de seres queridos o sufrir problemas de incapacidad. Y es que muchos de estos trastornos de la alimentación vienen acompañados de episodios de depresión. 

En este último caso, el tratamiento que se recomienda es tanto nutricional, alimentación e hidratación adecuada en cada caso, así como médico, con la prescripción de fármacos antidepresivos

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