Manuela Martín
Salud
Motivos por los que te puedes quedar sin voz
No siempre que estemos roncos será por un resfriado, puede deberse a otros problemas
La ronquera suele ser causada principalmente por un problema en las cuerdas vocales. Al inflamarse o infectarse se hinchan provocando un cambio en nuestra voz. Pero ¿qué causas hay detrás de estos problemas en las cuerdas vocales? En este artículo vamos a tratar de darte las claves.
Las cuerdas vocales forman parte de la laringe, la cual se encuentra ubicada en la garganta. Aunque la causa más habitual de la ronquera suele ser un resfriado o una infección en esta zona, hay otras razones por las que nuestra voz puede verse afectada.
No siempre debemos pensar que por estar roncos hemos cogido frío o estamos resfriados ya que puede deberse a otros problemas. El reflujo de ácido procedente del estómago puede dañar nuestras cuerdas vocales, por ejemplo.
Las personas con alergias, cáncer de garganta, tos crónica, resfriados o infecciones de las vías respiratorias altas, suelen sufrir de afonía en numerosas ocasiones.
Igualmente, inhalar sustancias irritantes puede provocar una inflamación en nuestras cuerdas vocales modificando nuestra voz.
Un estilo de vida saludable es beneficioso para nuestro cuerpo en todos los sentidos y para nuestra voz también. Aquellas personas que fuman y beben en exceso suelen tener con bastante frecuencia su voz distorsionada.
Si sobrecargas la voz hablando en exceso durante todo un día o bien elevas tu tono natural gritando o cantando. puede ser que tus cuerdas vocales se vean afectadas y aparezca la ronquera.
Otras de las causas que también pueden estar detrás de la ronquera son un cáncer de tiroides o de pulmón, el hipotiroidismo, la presencia de un cuerpo extraño en el esófago o la tráquea, daño o lesión durante una prueba médica, etc.
¿Cómo puedo mejorar?
Aunque la ronquera suele desaparecer de forma natural pasados unos días en función de la gravedad, lo cierto es que se pueden llevar a cabo algunos consejos para aliviar el problema.
En este sentido, uno de los principales consejos es evitar hablar a menos que sea necesario, incluso susurrar, ya que cuanto más sigamos forzando la zona, peor será.
Por otro lado, es recomendable hidratar la zona con frecuencia bebiendo abundante agua para mantener humedecidas las vías respiratorias. Podemos incluso utilizar humidificadores para que no se nos reseque la garganta.
Para mejorar la inflamación están recomendadas las infusiones de manzanilla. Sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias conseguirán mejorar la zona. Del mismo modo, podemos tomar cucharadas de miel ya que también tiene un alto poder antiinflamatorio e hidratante, ayudando a reparar la sequedad y conseguir calmar la irritación de la garganta.