Salud

¿Por qué las vacunas son tan importantes en la prevención de enfermedades?

Marco Herrera

Sábado 7 de diciembre de 2019

ACTUALIZADO : Sábado 7 de diciembre de 2019 a las 0:28 H

4 minutos

Han sido claves para erradicar algunas enfermedades que segaban múltiples vidas tiempo atrás

Bebé siendo vacunada (BigStock)
Marco Herrera

Sábado 7 de diciembre de 2019

4 minutos

En los dos o tres últimos años, están apareciendo noticias sobre enfermedades que ya se creían erradicadas. Muertes de niños en Italia por sarampión o en España por varicela. El movimiento contra la vacunación, que apoyan gente tan poderosa como el Gobierno populista italiano o Donald Trump, puede ser un serio peligro para los hijos de padres que no desean vacunarlos. Lo peor es que ese peligro también lo trasladan a los hijos de quienes sí cumplen con el calendario de vacunas, y lo hacen en otros ámbitos como el colegio o las actividades deportivas. ¿Por qué vacunar a los más pequeños es de vital importancia para la salud de todos?

Las vacunas pueden salvar la vida de los niños

Debido a los avances en la ciencia médica, los niños pueden estar protegidos contra más enfermedades que nunca. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos algunas de esas enfermedades que antes mataban a miles de niños, se erradicaron por completo y otras están cerca de la extinción, principalmente debido a vacunas seguras y eficaces. La polio es un ejemplo del gran impacto que las vacunas han tenido en el mundo desarrollado. Esta enfermedad fue de las más temidas en Estados Unidos, causando muertes y parálisis por todo el país, pero hoy, gracias a la vacunación, no hay informes de polio en el país americano ni en ninguno de Europa.

La vacunación es muy segura y efectiva

Las vacunas solo se administran a los niños después de una revisión larga y cuidadosa por parte de médicos y otros profesionales de la salud. Implicarán algunas molestias y pueden causar dolor, enrojecimiento o sensibilidad en el lugar de la inyección, pero es una cuestión menor en comparación con el dolor, la molestia y el trauma de las enfermedades que previenen dichas vacunas. Los efectos secundarios graves después de la vacunación, como una reacción alérgica grave, son muy raros. Los beneficios de la prevención de la enfermedad al recibir vacunas son mucho mayores que los posibles efectos secundarios para casi todos los niños.

La inmunización protege a todos

Los niños en los países desarrollados todavía tienen enfermedades que se pueden prevenir por vacunación. De hecho, hemos visto resurgimientos de sarampión y tos ferina en los últimos años. Desde 2010, el Departamento de Salud de los Estados Unido ha informado de que se registran entre 10.000 y 50.000 casos de tos ferina cada año en los EE.UU. y Europa y alrededor de 10 a 20 bebés, muchos de los cuales eran demasiado pequeños para estar completamente vacunados, murieron cada año.

Si bien algunos bebés no cuentan con tiempo de vida suficiente para ser protegidos por la vacunación, otros no pueden recibir ciertas vacunas debido a alergias severas, sistemas inmunológicos debilitados por enfermedades como la leucemia u otras razones. Para ayudar a mantenerlos seguros, es importante estar completamente inmunizados. Esto no solo protege a la familia, sino que también ayuda a prevenir la propagación de estas enfermedades a amigos y seres queridos.

Cabe señalar que a un niño con una enfermedad que se puede prevenir por vacunación se le puede negar la asistencia a escuelas o instalaciones de cuidado infantil. Y es que algunas de estas enfermedades pueden acabar en discapacidades o enfermedades prolongadas. 

La inmunización protege a las generaciones futuras

Las vacunas han reducido y, en algunos casos, han eliminado muchas enfermedades que causaron la muerte o la discapacidad severa hace no tantas generaciones. Por ejemplo, la vacuna contra la viruela erradicó esa enfermedad en todo el mundo. Los niños ya no tienen que vacunarse contra la viruela porque la enfermedad ya no existe.

Al vacunarlos contra la rubeola, el riesgo de que las mujeres embarazadas transmitan este virus a su feto o recién nacido ha disminuido drásticamente, y los defectos de nacimiento asociados con ese virus ya no se ven en los países del llamado "primer mundo".

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