Victoria Herrero
Preguntas
¿Cómo es el Síndrome de Hashimoto que afecta a la tiroides?
Como consecuencia de esta patología, el sistema inmunitario ataca a la glándula tiroides
Hoy vamos a conocer todo acerca de la enfermedad de Hashimoto o tiroiditis crónica. Una patología en la que el sistema inmunitario de nuestro organismo ataca a la tiroides que es la encargada, dentro del sistema endocrino, de producir las hormonas que coordinan muchas de las funciones que se desarrollan en nuestro cuerpo.
Es "como si el organismo no reconociera al tiroides como propio, por lo que procede a su destrucción por medio de anticuerpos que produce el sistema inmune", como explican desde la Clínica Universidad de Navarra (@ClinicaNavarra).
Las mujeres, principales afectadas
Hablamos de una afección que, sobre todo, incide en las mujeres de entre 50 y 60 años sin que haya una causa aparente que la desencadene. Se cree que, como ocurre en otras enfermedades de tipo autoinmune, ese ataque que sufre la tiroides viene condicionado por una combinación de factores genéticos y ambientales.
Lo que sí es cierto es que en la mayoría de los casos la tiroiditis crónica deriva en una situación de hipotiroidismo o, lo que es lo mismo, que esa glándula no produce suficientes hormonas tiroideas para cumplir con las necesidades de nuestro organismo.
Esta enfermedad avanza lentamente con el paso de los años y, en ocasiones, cuando se diagnostica ya se ha producido un daño crónico en la tiroides. De ahí que sea necesario estar alerta ante las primeras señales que pueden evidenciar esta patología:
- Hinchazón en la parte frontal de la garganta (el bocio), así como en otras partes del rostro.
- Pereza o fatiga que se nota por todo el cuerpo.
- Piel pálida y seca y mayor sensibilidad corporal ante las bajas temperaturas.
- El pelo puede empezar a caerse y las uñas se vuelven quebradizas.
- Aumento de peso.
- Estado depresivo.
Es entonces cuando se antoja necesario acudir a un especialista para que confirme el diagnóstico de una enfermedad que puede traer una serie de complicaciones si no se trata como es debido. Es el caso del bocio (la tiroides se hace más grande y puede dificultar la acción de tragar o respirar), la aparición de problemas de corazón por un aumento de los niveles de colesterol o la cronificación de ese estado depresivo.
Sin embargo, no hay que alarmarse. Con el tratamiento adecuado, por medio de la reposición de la producción de la glándula tiroides, estos pacientes pueden tener garantizada una calidad de vida normalizada sin que afecte a sus actividades diarias.