Sociedad

CleceVitam sigue invirtiendo en sistemas de prevención para sus residencias

Marta Vicente

Miércoles 29 de septiembre de 2021

6 minutos

Estos centros aplican medidas de prevención tan meticulosas como su modelo de atención personalizada

CleceVitam sigue invirtiendo en sistemas de prevención para sus residencias
Marta Vicente

Miércoles 29 de septiembre de 2021

6 minutos

El objetivo de CleceVitam (@clecevitam), la filial de Clece que ofrece un concepto propio de convivencia para personas mayores, es “poder cumplir al 100%” el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona, “una perspectiva que sitúa a las personas en el centro de cada intervención”. Los equipos profesionales de estos centros avanzados son conocedores de las preferencias, gustos, necesidades y estilo de vida de cada residente con el fin de atenderle respetando sus decisiones. 

“Las personas mayores son las protagonistas de sus vidas; aquí siempre serán ellas las que tengan la última palabra. Nuestra función es acompañarlas durante sus proyectos vitales, fomentando su autoconfianza”, asegura Jean Peter Quirós, gerocultor de la residencia CleceVitam Altos Hornos (Vizcaya). Las familias de los residentes comparten esta filosofía que, en su caso, se traduce en el beneficio de una comunicación directa, bidireccional y de confianza con su profesional de referencia, que ha sido potenciada desde el inicio de la pandemia.

Prevención en los centros y seguridad en la atención

“La residencia no puede ser más segura", declara Jean Peter Quirós, gerocultor de CleceVitam Altos Hornos. El profesional se refiere así a su centro debido al especial cuidado que se presta en los accesos al mismo. “Nuestra empresa siempre ha velado por la seguridad y la protección de los residentes y trabajadores y, al final, todo ha merecido la pena, porque no ha habido ni un solo contagio desde que empezó la pandemia”, añade.

 

Comedor de una residencia CleceVitam (Foto: cedida)

Comedor de una residencia CleceVitam (Foto: cedida)​

 

Tal y como explica el gerocultor, el centro, ubicado en Barakaldo, ha logrado evadir completamente la entrada del virus a través de distintas medidas de prevención. Una de ellas consiste en realizar test de antígenos con regularidad a trabajadores y residentes.

Según determina el Gobierno vasco, las residencias de mayores deben realizar cuatro pruebas al mes (una PCR y tres de antígenos) cuando la incidencia está por encima de los 300 casos. “En CleceVitam Altos Hornos nos hacemos antígenos todas las semanas y PCR mensual, tengamos o no esa incidencia. Y, si está por encima, aumentamos la frecuencia a quincenal”, aclara Quirós.   

En lo que se refiere a los controles de acceso, está establecido uno para trabajadores y personas exteriores –como mantenimiento o inspección– y otro para las visitas, que ya pueden hacerse diariamente. Antes de entrar, las familias deben registrarse con su nombre, teléfono, firma y añadir el nombre del residente que van a visitar, para realizar un seguimiento en caso de que hubiera algún contagio. 

En este momento, a los familiares se les toma la temperatura, se les realiza un test de saliva y, durante la visita, un trabajador supervisa que cumplen con las medidas fijadas. Igualmente, los residentes pueden salir a la calle y dar paseos terapéuticos. En ese caso, el centro les recomienda tanto a ellos como a las familias que tomen las protecciones pertinentes. “Las familias y los residentes están de acuerdo con nuestras medidas. Saben que deben cumplirlas y, al no tener contagios, están muy agradecidos”, defiende el gerocultor.

La mejor medida: el compromiso de los trabajadores 

Esas recomendaciones las han seguido los propios profesionales de la residencia, incluso, fuera de su horario de trabajo, al ser conscientes de que pueden poner en riesgo la salud de las personas mayores a las que atienden. 

 

Las residencias de mayores de CleceVitam, espacios más seguros que los domicilios (Foto: Clece)

La mejor medida de prevención es el compromiso de los trabajadores (Foto: cedida)​

 

Otra de las medidas que siguen a rajatabla es la meticulosa desinfección y limpieza de todos los espacios. En este sentido, cuentan con la última innovación en tecnología, como los equipos de ozono, y, especialmente, con el uso del exclusivo robot Xenex, del que solo disponen las residencias de CleceVitam. Este robot desinfecta todos los días las estancias, incluidas las habitaciones, y es capaz de reducir el 99,99% de la carga viral de la COVID-19 en superficies a una distancia de 2 metros y en tan solo 2 minutos, según certifica un estudio realizado por el Servicio de Bioseguridad del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) perteneciente al CSIC.

Grupos burbuja que se reducen para mayor seguridad

Por otra parte, en CleceVitam se ha fijado la organización de los residentes en grupos reducidosque siempre son atendidos por las mismas personas. Así nos lo cuenta Tania Velasco, directora de CleceVitam Otazu (León): “Yo tengo tres grupos burbuja, el más grande es de 21 residentes”. A su vez, esos grupos se subdividen en dos turnos de comidas, de tal manera que Velasco debe gestionar seis turnos en cada desayuno, comida y cena; donde cada mesa está separada por más de dos metros de distancia.

Al igual que CleceVitam Altos Hornosen el centro de León los residentes deben llevar siempre la mascarilla quirúrgica en las zonas comunes y los trabajadores la FFP2 junto con el gorro de protección. “Los gerocultores, servicio médico, fisioterapeuta, cocina y limpieza usan además guantes contra riesgo biológico”, matiza.

Asimismo, antes y después de cada turno, los profesionales se duchan y se toman la temperatura a través de EDAN, un monitor que se ocupa de medir las constantes, capta la temperatura y el nivel de saturación de los residentes de forma recurrente. Los mayores pueden recibir visitas por las tardes en una sala específica, así como salir del centro –solos o junto a sus familiares–, siempre y cuando estos hayan firmado un documento indicando que están libres de contagio en ese momento. A los familiares que no pueden acudir asiduamente a ver a los residentes, se les facilita la comunicación por videoconferencia. 

Tanto en el centro Otazu como en Altos Hornos, estos protocolos de seguridad son muy bien acogidos por las familias y residentes, ya que les aporta tranquilidad y seguridad. Después de un año y medio, “la empresa nos facilita continuar con estas medidas y protocolos de prevención tan eficaces. Gracias a eso, no hemos bajado el ritmo, y vamos a continuar así el tiempo que sea necesario”, concluye Tania Velasco.

Sobre el autor:

Marta Vicente

Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.

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