El Hogar Nazaret, una "casa de rescate" que ha salvado a más de 2.500 niños en el Amazonas peruano
Ignacio María Doñoro ha presentado el proyecto en la Universidad CEU San Pablo de Madrid
El Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo ha acogido este miércoles al mediodía la presentación del Hogar Nazaret, la obra fundada por el sacerdote español Ignacio María Doñoro, que desde hace más de una década rescata y acoge a niños y adolescentes víctimas de la pobreza extrema, la violencia y la explotación en el Amazonas peruano.
El acto estuvo conducido por el periodista Ángel Expósito y contó con la participación de la rectora de la Universidad CEU San Pablo, Rosa Visiedo, quien deseó “encontrar fórmulas de colaboración con Hogar Nazaret y facilitar formación universitaria a sus miembros”.
Padre Doñoro: “El mayor milagro es ver a un niño volver a sonreír”
El fundador del Hogar Nazaret, el padre Ignacio María Doñoro, explicó, en un diálogo con ángel Expósito, que “Hogar Nazaret no es una ONG, ni una obra del Padre Ignacio, sino una obra de la Iglesia”. La mejor labor es salvar una vida, “una vida salvada por Dios”. Esta iniciativa se ha convertido en “una gran casa de rescate” que ha salvado ya a miles de menores de situaciones de extrema pobreza moral, emocional y material “gracias al amor”. “Acogemos a los más pobres entre los pobres, a los que no quiere nadie. Podéis imaginar las peores atrocidades que se le puede hacer a un niño, pues a los niños que rescatamos han pasado cosas aún peores. Y los curamos gracias al amor. El amor cura”.
“El mayor milagro no es construir un edificio en medio de la selva; el verdadero milagro es ver a un niño que recupera su infancia, su dignidad y la capacidad de soñar”, afirmó, e hizo un llamamiento a “vivir y amar a tope”. El Padre Doñoro explicó que buscan convertir a esos niños en agentes de cambio, para transformar a sus familias, a su sociedad más inmediata.

Una llamada a la solidaridad
Por su parte, Ángel Expósito subrayó la importancia de “contar historias que devuelvan humanidad a los medios de comunicación”, mientras animaba a conocer y colaborar con este proyecto, que se sostiene únicamente gracias a donaciones privadas. Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue la conversación entre dos jóvenes españolas voluntarias del Hogar Nazaret y tres jóvenes peruanos que actualmente se forman y desarrollan su proyecto de vida gracias a esta misión.
Con palabras sencillas pero profundamente conmovedoras, relataron su experiencia de abandono, sufrimiento y falta de futuro antes de llegar al Hogar, así como el cambio radical que supuso “tener amor, protección, un hogar, una familia y la posibilidad de estudiar”. Una de ellos, Keiko, estudia ahora un grado medio de FP sanitaria y el año que viene comenzará Medicina en la Universidad Francisco de Vitoria, con la intención de volver al Amazonas a ejercer la medicina.
Otro de ellos, Ricky, que ha cursado psicología en la UNIR y quiere ejercer en el Hogar Nazaret porque va a comprender el dolor de los niños que están allí ahora, destaca cómo el Padre Ignacio creyó en él y señaló que hay que interesarse en el Hogar “porque salva vidas”. Fernando, que cursa la carrera de ADE contó que él nunca había conocido una familia hasta que llegó al Hogar Nazaret: “Padre es el que te cuida, el que te educa. Mi padre es el Padre Ignacio”. Carlota, voluntaria española, señala que llegó sin saber que iba a encontrar y “encontré un amor inmenso”. Lucía, otra voluntaria, destacó la labor ingente del Hogar y la felicidad
Sobre Hogar Nazaret
El Hogar Nazaret es una obra misionera que acoge, educa y acompaña a niños y adolescentes en riesgo extremo en el Amazonas peruano de manera absolutamente gratuita. Garantiza vivienda, alimentación, atención médica, escolarización, apoyo emocional y formación profesional, con el objetivo de devolver a cada niño su dignidad y futuro. Cuenta con un colegio público de gestión privada y dos residencias.
Hogar Nazaret se define como “una gran casa-rescate para niñas, niños y adolescentes que viven en la más extrema pobreza moral, emocional y material”. Su misión es devolver a estos menores sus derechos fundamentales: identidad, vida, desarrollo, infancia segura y feliz. Desde su fundación en 2011 por Ignacio María Doñoro, la obra ha crecido hasta convertirse en un referente para la infancia en la selva peruana, mediante recursos educativos, terapéuticos, deportivos y de autosostenibilidad agraria.



