Internacional

Los jubilados franceses echan un pulso al Gobierno galo "para impedir la bajada de las pensiones"

Hélène Riveiro (Paris) / Pablo Recio (Madrid)

Viernes 6 de diciembre de 2019

ACTUALIZADO : Viernes 6 de diciembre de 2019 a las 7:01 H

8 minutos

Exigen que se vuelva a la jubilación a los 60 años y que no se apruebe la reforma de Macron

Los jubilados franceses echan un pulso al Gobierno "para impedir la bajada de las pensiones"
Hélène Riveiro (Paris) / Pablo Recio (Madrid)

Viernes 6 de diciembre de 2019

8 minutos

Las claves de la reforma de las pensiones en Francia

Un millón y medio de personas, según el sindicato francés CGT, entre ellos pensionistas, trabajadores, sindicalistas, chalecos amarillos y miembros de otros movimientos sociales, salieron a las calles de las principales ciudades de Francia este jueves. La razón: se oponen al proyecto de Reforma de las Pensiones que está preparando el Gobierno galo, presidido por Emmanuel Macron, que subiría la edad de jubilación a 64 años, de manera flexible, y supondría una rebaja, según los sindicatos franceses, de muchas pensiones.   

Las manifestaciones se produjeron en un contexto de paralización total del país por la convocatoria de una huelga masiva en los transportes públicos, secundada por los principales sindicatos (con un 55% de seguimiento según la SNCF, entidad equivalente a Renfe en Francia), que continuarán hasta el próximo lunes, como mínimo. El resultado fue que no circuló casi ningún tren en todo el día, se cancelaron vuelos y se cerraron varias lineas del metro de París, una de las ciudades donde fue más masiva la movilización (250.000 personas, según la CGT). Asimismo, también se sumaron otros colectivos como los funcionarios y otros trabajadores a los paros. Por otra parte, aunque la mayoría de manifestaciones fueron pacíficas, también hubo disturbios y cargas policiales.

 

Envejecimiento.

 

Durante toda la jornada, los problemas de los mayores franceses, y más en concreto, de los jubilados, estuvieron en boca de toda la población. Fue el monotema en todos las televisiones y periódicos franceses. Y es que, al igual que pasa en otros países de su entorno, Francia es un país con una población muy envejecida (en 2017 el porcentaje de personas de más de 65 años llegaba a algo más del 19%, según Eurostat, una cifra similar a la española) y el debate sobre la sostenibilidad de las pensiones y su futuro están a la orden del día.

Además, durante la jornada, muchos manifestantes criticaron duramente al presidente de la República por bajada que quiere hacer del nivel adquisitivo de los futuros pensionistas. "Macron vive en una nube. Está en sus grandes cumbres, en el G7 y el G8. Debería bajar un poco a la calle y ver la realidad. ¡Qué trate de vivir con mil euros! Estoy jubilado y hoy me da vergüenza ser francés", explicaba a este diario un pensionista de 66 años, miembro de los chalecos amarillos de París (en la foto, abajo). 

Por otro lado, un conductor de autobús en huelga de 37 años, parte también de los chalecos amarillos, afirmaba que seguirían manifestándose por los derechos de los trabajadores del sector y por las pensiones, luchas, en su opinión, complementarias. "Soy padre de un niño de dos años y, sinceramente, me preocupo por su futuro", aseguraba.

Manifestante mayor.
Pensionista de 66 años miembro de los chalecos amarillos que se manifestó este jueves en París contra la reforma de las pensiones.
 

La polémica reforma de las pensiones

Pero, ¿por qué considera parte de la población francesa que esta reforma de las pensiones les perjudica? Para conocer más sobre esta polémica modificación de los criterios de jubilación en el país vecino, 65Ymás ha conversado con el secretario general del sindicato mayoritario CGT (@lacgtcommunique) en Paris, Benoît Martin. "Pedimos la retirada del proyecto de reforma de la pensiones que ha propuesto el presidente de la República y el Alto Comisario para las Pensiones, Jean-Paul Delevoye, puesto que nos lleva a un sistema de jubilación por puntos como el sueco", explica Martin. Así, asegura, con este modelo de origen escandinavo se "adquieren una serie de puntos a lo largo de la vida laboral y, cuando uno se jubila, estos se multiplican por un valor determinado". El problema, sostiene el sindicalista, es que "este valor puede cambiar según la coyuntura económica" y acabar perjudicando al futuro pensionista.

Otro de los puntos conflictivos de esta reforma es el aumento de la edad de jubilación a los 64 años, si se quiere cobrar el máximo (o a los 62, como edad mínima) y que se contabilice toda la vida laboral a la hora de calcular la pensión y no los 25 mejores años, como se estaba haciendo ahora (los seis últimos meses en el caso de los funcionarios). "En 40 o 42 años que suele durar una vida laboral pueden pasar muchas cosas: épocas en las que se está en paro, precariedad, etc.", señala el secretario general. Para él, se trata una manera de bajar las pensiones de facto. "Además, el Gobierno ha dicho que en 2040/2050, momento en el que habrá más jubilados que en la actualidad, quieren que la parte del PIB que se gasta en pensiones no supere la actual, es decir, el 14%. No obstante, para mantener el sistema se debería llegar a un 18% para que se paguen una pensiones aceptables", añade. 

Volver a los 60 años

Aunque de momento esta reforma no se ha llevado a cabo y se prevee que se discuta en el Parlamento a principios de 2020, el representante de la CGT se muestra preocupado por lo que puede suponer para los pensionistas si se llega a aprobar. Por ello, llaman a la movilización con el objetivo de tumbar este proyecto de reforma. "A nivel político sólo el partido del presidente de la República y el Movimiento Demócrata de François Bayrou (centro) defienden este sistema. La izquierda e incluso la derecha y la extrema derecha están en contra", apunta. 

Además, no se quedan en la simple crítica y proponen soluciones. "Estamos a favor de la edad de jubilación a los 60 años. Y apoyamos que las mujeres ganen igual que los hombres, puesto que en Francia las pensionistas cobran un 40% menos que los varones", comenta. Asimismo, el sindicalista sostiene que se debe seguir con el modelo anterior "de regímenes especiales" y no cambiar al sistema sueco por "puntos", anteriormente explicado. Finalmente también piden que la jubilación mínima ("al rededor de los 800 euros") sea igual al salario mínimo (1.202 euros netos). "Hay una gran brecha entre ambos", critica. 

Los pensionistas españoles se solidarizan

Finalmente, desde la Coordinadora Estatal para la Defensa del Sistema Público de Pensiones (@pensionazo_no) se han solidarizado con los manifestantes franceses. "Resulta innegable el atropello continuado que las políticas de tintes neoliberales, que se extienden cada vez más en la Unión Europea, están causando en todo lo concerniente a los servicios públicos. Por un lado no deja de ser triste que dos países vecinos y hermanos tengamos que establecer nexos de unión por la defensa de lo que en este caso nos atañe, unas pensiones públicas y dignas. Pero no es menos cierto que para el pensionista español es motivo de orgullo comprobar una vez más el ejemplo de compromiso y lucha que la sociedad francesa", comentan a este periódico desde la Coordinadora. Y concluyen: "Aquí decimos: 'Gobierne quien gobierne las Pensiones se Defienden'. Hoy, y en vuestro homenaje decimos: 'Nous Allons Gagner Cette Bataille (vamos a ganar esta batalla)'.

Sobre el autor:

Hélène Riveiro (Paris) / Pablo Recio (Madrid)