Clara González
Sociedad
Redeiras: un oficio en peligro de extinción que desafía las mareas de la desigualdad
Realizado por mujeres y poco reconocido, este trabajo se enfrenta a la falta de relevo generacional
Durante siglos, las mujeres han desempeñado una amplia variedad de oficios, en ocasiones solamente realizados por ellas, que han dado cuenta de las barreras a las que han tenido que hacer frente para ocupar dichos roles en la sociedad. Artesanas, costureras, cuidadoras... Su contribución en estos campos ha sido fundamental para el desarrollo económico, social y cultural de cada sector en el que participaban.
Pero ¿qué queda hoy de todas esas labores? ¿Y qué destino les espera en el futuro? Estas dos preguntas son muy propicias para hablar de un empleo, actualmente practicado y desempeñado por mujeres, que ha pervivido hasta nuestros días desafiando las mareas —tan características de este trabajo— de la desigualdad.
Hablamos, pues, de las 'redeiras' de A Guarda (Pontevedra), un oficio transmitido de padres y madres a hijas, que hoy se enfrenta al problema del relevo generacional.
¿Qué es ser 'redeira'?
Traslademos nuestra mente hasta una zona portuaria, la que cada uno y una prefiera. Posiblemente aparezcan en la imagen numerosos barcos y barcas, quizás algún pescador y quién sabe si también una lonja. Es una imagen acorde a la realidad, claro está, pero a la que le falta un eslabón fundamental: las mujeres que, no siempre visibles, reparan las redes y otros aparejos de pesca.
Suele ser algo recurrente pasar por alto la figura de estas 'redeiras', en parte porque su labor ha sido relegada a un segundo plano, pese ser una tarea imprescindible para el desarrollo de la actividad marítima. De hecho, ellas son las encargadas de reparar las redes que, cada día, se estropean durante la faena. Y es un trabajo que deben realizar con premura, pues los barcos salen a pescar diariamente.
Tradicionalmente, eran las mujeres —e, incluso, hijas— de los marineros las que contribuían con este trabajo al negocio familiar. Muchas veces, además, sin recibir una remuneración económica. Todo ello a pesar de ser una tarea muy exigente a nivel físico, que debe realizarse a mano y que, por tanto, causa en las trabajadoras enfermedades de los huesos.
Por su exigencia corporal y por su falta de reconocimiento, en los últimos tiempos las 'redeiras' han ido creando movimientos asociativos con el objetivo de mejorar sus condiciones de trabajo y animar a las nuevas generaciones a incorporarse a la profesión, dado que muchas de ellas están a punto de jubilarse. Tal es el caso de las 'redeiras' de A Guarda, que desde 2005 forman parte de la Asociación de Redeiras Atalaia.
Una lucha desde niñas por reivindicar su oficio
La transmisión intergeneracional es uno de los pilares fundamentales que caracteriza el oficio de las 'redeiras' de A Guarda. En efecto, la mayoría de las integrantes de Atalaia son descendientes de marineros, que en torno a los 12 o 14 años abandonaron la escuela para trabajar en el negocio familiar.
Mientras que algunos y algunas continuaban su formación académica, estas mujeres comenzaron su andadura profesional cobrando sueldos muy bajos —si es que los recibían—, destinados a contribuir con los gastos de la casa.
Dos redeiras trabajando (Federación Galega de Redeiras Artesás)
La falta de reconocimiento profesional durante largos años fue el detonante que motivó a las 'redeiras' a reivindicar un trabajo digno y legalizado, hasta que, en 2005, se dieron de alta en la Seguridad Social y se establecieron como autónomas.
Sin embargo, esta profesión se enfrenta, en la actualidad, a otra amenaza: la del relevo generacional y el intrusismo.
Cada vez menos 'redeiras'
Pese a la intención de las 'redeiras' de A Guarda por dar a conocer su oficio tanto entre la vecindad como en las aulas, lo cierto es que su trabajo se enfrenta a un alto riesgo de desaparición: en menos de una década se redujo el número de 'redeiras' en Galicia a más de la mitad.
Lugar de trabajo de las 'redeiras' (Federación Galega de Redeiras Artesás)
Además, el intrusismo ha provocado que la cantidad de trabajo disminuya considerablemente, en parte por los marineros que se jubilan y se dedican a esta labor, generando una competencia ilegal.
Por todo ello, promover el conocimiento de este oficio entre las nuevas generaciones es fundamental de cara a garantizar su supervivencia. En un contexto de reivindicación feminista, las labores realizadas por mujeres son, más que nunca, esenciales.