Es probable que alguna vez hayas escuchado el término Internet de las Cosas (Internet of Things, IoT, en inglés) y te hayas preguntado a qué se refieren. Por resumirlo rápidamente, se trata de dotar a cualquier objeto de la capacidad de conectarse a la red y transmitir los datos que recoge, de modo que una inteligencia artificial sea capaz de analizarlos y sacar conclusiones.
Esto que pudiera parecer complicado de entender queda claro si tomamos como referencia un ejemplo como el de los sensores de temperatura. Estos pequeños dispositivos recogen información de cuántos grados hay en una vivienda y son capaces de enviar esa información a un termostato que, a su vez, es capaz de subir o bajar la calefacción en función de lo que se le haya programado. De ese modo, el usuario no tiene que hacer nada cuando la temperatura oscila en su hogar.
Como has podido comprobar con el ejemplo, Internet de las Cosas puede estar en tu casa ya (si cuentas con uno de estos aparatos) y tiene y tendrá como misión hacer nuestra vida más fácil y segura. Porque aunque no lo creas, ya está muy presente en el día a día de cada persona y a continuación veremos más ejemplos de ello. Pero antes cabe señalar que el futuro de la tecnología se encamina hacia un mundo en el que casi todo esté conectado y funcionando sin necesidad de supervisión humana constante.
Respecto a cómo utilizas Internet de las Cosas en el día a día -probablemente sin que te des cuenta-, he aquí los citados ejemplos:
Sin duda, estamos en los albores de una tecnología que paulatinamente está cambiando nuestras vidas para hacerlas más cómodas.