Alimentación

Alimentos que nos ayudan a incrementar los glóbulos blancos en nuestro cuerpo

65ymás

Viernes 5 de agosto de 2022

ACTUALIZADO : Viernes 5 de agosto de 2022 a las 10:40 H

8 minutos

Los glóbulos blancos son los responsables de mantener el sistema inmunitario en perfecto estado

Glóbulos blancos en sangre
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Viernes 5 de agosto de 2022

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Las células de nuestra corriente sanguínea que reciben el encargo de combatir las infecciones que pueden invadirnos reciben el nombre de leucocitos o glóbulos blancos, son de varios tipos y cada uno de ellos cuenta con una misión específica. Los linfocitos son los encargados de genera nuestros anticuerpos, sin embargo, los neutrófilos, los eosinófilos, los basófilos y los monocitos ayudan a destruir los microorganismos

De lo contrario, correrías el riesgo de sufrir leucocitopenia, que es la dismininución del nivel de leucocitos en el torrente sanguíneo y que suele situarse por debajo de los 4.000 glóbulos blancos por microlitro de sangre, el límite establecido para diagnosticar dicho déficit. Además, este puede provocar un mal funcionamiento de la médula ósea, lupus eritematoso o enfermedades del bazo y el hígado.

Ante esta situación, son muchas las vías a las que puedes recurrir para mantener estables los niveles de glóbulos blancos. En primer lugar, el consumo bajo receta médica de suplementos vitamínicos y esteroides suele ser de gran ayuda, así como las citoquinas, que son unas proteínas que regulan la actividad celular. No obstante, el método más natural y efectivo para conseguir este objetivo es la alimentación.

Ostras de temporada de primavera

Alimentos que debes incluir en tu dieta para aumentar el nivel de glóbulos blancos en la sangre

  • Té negro. Tal y como expone un estudio realizado por la Universidad de Harvard, al tomar cinco tazas de té negro al día, el nivel de leucocitos de tu sistema inmunológico se multiplicará por cuatro en apenas unos días. Pudiendo después incluirlo a tu dieta habitual.
  • Yogur. Este producto lácteo y el resto de alimentos probióticos que encuentres en el mercado son muy recomendados para elevar los glóbulos blancos debido a su alto contenido en vitamina A.
  • Hongos. Los champiñones, especialmente, cumplen su propósito con creces al incluir selenio y betaglucanos en su composición, dos sustancias que activan el sistema inmunológico gracias a su función antioxidante.
  • Ostras. Los expertos no solo apuntan a este molusco, sino a todos aquellos alimentos que proporcionen un alto aporte de zinc. Los cacahuetes, las semillas de girasol, el hígado, la carne roja o las almendras también forman parte de este grupo.
  • Pimiento rojo. La vitamina C que domina en gran medida su composición es también la responsable de que el pimiento rojo sea uno de tus mejores aliados a la hora de aumentar el nivel de leucocitos en sangre. Una función en la que también ejerce su papel el betacaroteno de dicha verdura.
  • Espinacas. Lo mismo ocurre con las espinacas y el resto de vegetales de hoja verde. La combinación de ácido fólico y vitamina C consigue mantener en buen grado la presencia de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo.
Yogur
 
 

El recuento

Para valorar correctamente si hay algún tipo de anomalía y cuál puede ser la causa, por un lado se tiene en cuenta el recuento total de los glóbulos blancos, lo normal es tener entre 4.000 y 11.000 unidades por milímetro cúbico de sangre, y por otro los valores que nos da cada uno de ellos de forma individual.

De este modo, el número de glóbulos blancos forma parte del recuento sanguíneo completo que se hace en un análisis de sangre y cuya finalidad es saber cuáles son las concentraciones de células sanguíneas.

En los adultos mayores lo normal es tener entre el 22% y el 44% de linfocitos, entre el 0% y 7% de monocitos y de granulocitos, depende: neutrófilos (40-70%), eosinófilos (0-4%) y basófilos (0-1%). Aunque estos porcentajes varían ligeramente en función de cada laboratorio.

Análisis de sangre

Si se presenta una cantidad inferior del número total de glóbulos blancos, se dice que tenemos una leucopenia. Si al analizar cada leucocito se encuentran alteraciones, cada una de ellas tiene un nombre específico. Por ejemplo, si tenemos menos neutrófilos de los recomendados, entonces tendremos una neutropenia. En el caso de que nos ocurra lo mismo con los monocitos, será una monocitopenia, y así sucesivamente.

Si ocurre lo contrario, es decir, si los glóbulos blancos están altos, se produce una leucocitosis. En este caso, pueden aumentar todos los tipos o solo uno de ellos. Principalmente sucede con los neutrófilos (neutrofilia) y después con los linfocitos (linfocitosis).

La leucocitosis se origina por infecciones, intoxicaciones por plomo, alteraciones metabólicas o anemia aplásica, entre otros. Este trastorno se considera normal si se produce en algunas situaciones y sin que suponga un problema de salud, como durante el embarazo o después de realizar un esfuerzo físico intenso.

Como dato curioso destacar que, por ejemplo, en las personas que fuman más de dos paquetes al día, las cifras de neutrófilos suelen ser doces veces mayores que la población que no lo hace.

Glóbulos blancos

Médula ósea

La médula ósea de los huesos es la encargada de crear las células que circulan por nuestra sangre, es decir, los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Si tenemos leucopenia, puede deberse a que los leucocitos se estén fabricando defectuosamente o que la propia médula ósea se encuentre dañada. Esto último puede suceder porque se haya expuesto a determinados tóxicos o por la acción de algunos fármacos, también en el caso de estar recibiendo quimioterapia o algún tipo de radiación.

Cuando el recuento de los glóbulos blancos es bajo, las probabilidades de infección aumentan, pero se han de valorar varios aspectos. Por ejemplo, qué cantidad de los mismos ha disminuido, el tiempo en el que se han mantenido esos niveles bajos y el tipo de las células que han sufrido la alteración. La ingesta de medicamentos como corticosteroides o agentes inmunosupresores también influye a la hora de evaluar hasta qué punto se va a producir este riesgo.

Escalofríos

Síntomas

Paralelamente, es importante tener en cuenta que, si tenemos los glóbulos blancos bajos, es posible que no se experimenten los síntomas propios de algunas de estas infecciones. En líneas generales, cuando estas se producen el cuerpo nos avisa mediante la aparición de inflamación, tos, esputo, formación de pus en el área dañada o un drenaje nasal mayor del habitual, sobre todo cuando afecta a las vías respiratorias.

Tendremos que acudir al médico inmediatamente si aparece fiebre alta repentina (superior a 38ºC), tenemos escalofríos o temblores, y si sufrimos un dolor intenso sin causa aparente.

Normalmente, esta anomalía se detecta cuando nos hacemos un análisis de sangre convencional. Es por ello que, antes de hacer nada, es el médico quien debe valorar el por qué se está produciendo. Para realizar un diagnóstico más preciso, probablemente nos mande alguna prueba adicional.

En función de lo que le indiquen los estudios, nos pautará el tratamiento más adecuado. Si estamos ante una infección, puede mandarnos antimicrobianos o antibióticos. En el caso de que el descenso se deba a la quimioterapia, se administran medicamentos tras cada ciclo para prevenir una pérdida excesiva de leucocitos.

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