¿Qué ocurre con un perro cuando su dueño ha fallecido? Esta cuestión, que hasta ahora muy pocos se habían planteado, no siempre tiene una respuesta satisfactoria, pues si los parientes de la víctima no pueden ocuparse del animal, este es envíado a una perrera o protectora hasta encontrar una nueva familia, en el mejor de los casos. Un trance que puede suponer la devastación más absoluta para el can, que no solo se enfrenta a la pérdida de un ser querido, sino también al abandono de su hogar.
En este sentido, la protectora de animales El Refugio (@el_refugio) presentó hace tan solo unas semanas una iniciativa que busca mejorar la calidad de vida de esos animales que se encuentran solos en el mundo, debido al fallecimiento de la única persona que cuidaba de ellos. La idea surgió cuando Gregorio, el dueño de Zeus, acudió a la protectora consternado ante la incertidumbre de qué ocurriría con su peludo amigo cuando él ya no estuviera. Una historia que conmovió a los responsable del refugio y que puso sobre la mesa una problemática que afecta a miles de personas y perros en toda España.
Este es el lema del ya célebre Proyecto Edén, cuyo objetivo es brindar la posibilidad de que estos amantes de los animales descansen tranquilos sabiendo que su mascota estará sana y salva cuando hayan fallecido. “El Refugio se hará cargo de acoger, cuidar y querer a su perro, así como de buscarle una familia que lo adopte, para que nunca le falte el amor y protección que merece. Estamos hablando de un compromiso que El Refugio adquirirá de forma gratuita, con quienes se adhieran al proyecto”, defienden desde la plataforma.
No obstante, para poder formar parte de esta loable iniciativa, debes cumplir antes una serie de requisitos:
Una vez que cumplas todos estos pasos, podrás formalizar tu participación en el Proyecto Edén y tu perro estará perfectamente cuidado, además de abierto a la posibilidad de ser adoptado por otra familia cuando tú ya no puedas hacerte cargo de él. Una preocupación que perturba a muchas personas mayores que comparten su vida con un perro. Una situación cada vez más frecuente en España.