
El motivo de peso para desayunar temprano a diario
Un estudio internacional vincula el horario de la 'comida más importante' con una mayor longevidad

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A medida que envejecemos, lo que comemos y la cantidad que ingerimos tiende a cambiar. Sin embargo, la relación entre el horario de las comidas y nuestra salud sigue siendo menos conocida. Investigadores del Massachusetts General Brigham y sus colaboradores estudiaron los cambios en el horario de las comidas en adultos mayores y descubrieron que las personas experimentan modificaciones graduales en el horario de sus comidas a medida que envejecen. También encontraron características que podrían contribuir a los cambios en dicho horario y revelaron trayectorias específicas vinculadas a una muerte prematura. Los resultados se han publicado en Communications Medicine.
La crononutrición, el estudio del momento de comer, ha surgido como un factor de riesgo modificable para resultados adversos para la salud, como se documenta en varios ensayos, como el recogido en Nutrition. La importancia de la ingesta dietética en la salud y la mortalidad fue demostrada inicialmente en estudios animales y humanos a fines de la década de 1970. Trabajos recientes en roedores que indican una mayor acumulación de masa grasa cuando se consumen dietas altas en ellas durante períodos atípicos (es decir, fases inactivas como antes de dormir) en comparación con los momentos típicos (es decir, fases activas), han renovado el interés en esta área.
Los mayores: una población vulnerable
Los adultos mayores constituyen una población vulnerable a la ingesta de alimentos a deshoras. tal como se demuestra en algunas investigaciones, como la recogida en PLOs One. Se espera que los horarios de las comidas cambien a medida que cumplimos años, en parte debido a cambios de comportamiento, como horarios de acostarse y despertarse más tempranos. Además, los adultos mayores corren el riesgo de padecer disfagia, deshidratación, problemas de deglución y deterioro de la salud bucal, todo lo cual puede afectar negativamente la dieta general y aumentar el riesgo de desnutrición, como se refierte en un ensayo de Advances in Nutrtion. Asimismo, una investigación que la transición a residencias o de vida asistida puede afectar aún más el estado nutricional.

Una prioridad clave del programa Nutrición para una Salud de Precisión del Fondo Común de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU (NIH), las prioridades de investigación nutricional del Instituto Nacional del Corazón, Pulmín y Sangre (NHLBI y el Plan de Investigación del Sueño de los NIH es promover horarios de comida que se ajusten al sistema circadiano. Caracterizar cuidadosamente los horarios de las comidas en adultos mayores puede brindar información para implementar medidas relevantes en cuanto a horarios de alimentación y así promover un envejecimiento saludable.
Las nuevas evidencias
"Nuestra investigación sugiere que los cambios en el horario de las comidas de los adultos mayores, especialmente el del desayuno, podrían servir como un indicador fácil de monitorear de su estado general de salud. Pacientes y médicos podrían usarlos en las rutinas de comida como una señal de alerta temprana para detectar problemas subyacentes de salud física y mental. Además, animar a los adultos mayores a mantener horarios de comida consistentes podría formar parte de estrategias más amplias para promover el envejecimiento saludable y la longevidad", ha afirmado el autor principal, Hassan Dashti, nutricionista y biólogo circadiano del Hospital Gneral de Massachusetts, miembro fundador del sistema de salud Mass General Brigham, en un comunicado.
Dashti y sus colegas, incluido el co autor principal Altug Didikoglu, máster y doctorado del Instituto Tecnológico de Izmir (Turquía), examinaron aspectos clave del horario de las comidas que son importantes para las personas mayores, con el fin de determinar si ciertos patrones podrían indicar, o incluso influir, en la salud en etapas posteriores de la vida.
El equipo de investigación analizó datos, incluyendo muestras de sangre, de 2.945 adultos residentes en el Reino Unido, de entre 42 y 94 años, a quienes se les realizó un seguimiento durante más de 20 años. Descubrieron que, a medida que envejecen, los adultos mayores tienden a desayunar y cenar más tarde, lo que reduce el horario total de sus comidas diarias.
Los efectos de desayunar tarde
Desayunar más tarde se asoció sistemáticamente con problemas de salud física y mental como depresión, fatiga y problemas de salud bucal. La dificultad para preparar las comidas y un sueño más lento también se relacionaron con comer más tarde. Cabe destacar que desayunar más tarde se asoció con un mayor riesgo de muerte durante el seguimiento. Las personas con predisposición genética a ser noctámbulas (que prefieren dormir y despertarse más tarde) tendían a comer más tarde.

"Hasta ahora, teníamos una comprensión limitada de cómo evoluciona el horario de las comidas en la edad adulta y cómo este cambio se relaciona con la salud general y la longevidad. Nuestros hallazgos ayudan a llenar ese vacío al demostrar que un horario de comida más tardío, especialmente el desayuno retrasado, está vinculado tanto a problemas de salud como a un mayor riesgo de mortalidad en los adultos mayores. Estos resultados refuerzan el dicho de que "el desayuno es la comida más importante del día", especialmente para las personas mayores", ha documentado Dashti.
Dashti ha señalado, además, que esto tiene implicaciones importantes a medida que la alimentación restringida en el tiempo y el ayuno intermitente ganan popularidad, donde los impactos en la salud de cambiar los horarios de las comidas pueden diferir significativamente en las poblaciones que envejecen de los adultos más jóvenes.