
Tratar la osteoporosis en mayores de 80 años tiene todos estos beneficios
La medicación reduce el riesgo de hospitalización y mortalidad entre pacientes de más edad

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Ya se puede saber con mayor precisión la fragilidad de los mayores e intervenir antes
El envejecimiento es un proceso de gran trascendencia, con importantes implicaciones socioeconómicas y asistenciales, como en más de una ocasión ha hecho referencia este diario. Existe una íntima relación entre la edad y la pérdida ósea, tanto en las mujeres como en los varones. La osteoporosis (OSP) de las personas mayores, que se configura alrededor del eje fragilidad ósea–riesgo de caída, constituye uno de los síndromes geriátricos más relevantes y es la enfermedad metabólica ósea más frecuente en el sénior, como documenta un estudio de la 'Revista España de Geriatría y Gerontología'. Se caracteriza por una baja masa ósea y un deterioro de la micro arquitectura del tejido óseo que conduce a un hueso frágil y a un aumento del riesgo de fractura.
A pesar de que es una enfermedad prevenible y tratable, la principal manifestación clínica es ya la existencia de una complicación: la fractura. Aunque se trata de una enfermedad sistémica, la localización más frecuente de las fracturas osteoporóticas es a nivel de fémur proximal, vertebral y antebrazo distal, documenta un revisión en 'The Lacent'
Las fracturas en mayores aparecen no solo por la presencia de una masa ósea baja sino también asociadas a otros factores como son las caídas, lo que les hace más vulnerables a las fracturas en comparación con pacientes más jóvenes con un mismo valor de densidad mineral ósea (DMO). Las caídas son un marcador de fragilidad en el paciente de edad avanzada. En la etiología de las mismas cabe considerar los factores intrínsecos del individuo, relacionados con el envejecimiento, con las enfermedades que sufre y con los fármacos que recibe, y los extrínsecos, asociados con su entorno y con las actividades que realiza.
Las preocupantes estadísticas
Sin ningún género de duda, la fractura de cadera, constituye la complicación más grave de la OSP, como se refiere en un trabajo en 'The Lancet'. La mortalidad durante el tiempo de hospitalización se ha cifrado en un 6% y en el mes siguiente a la misma en un 8%; y esta se eleva al 30% al cabo del año. Se estima que un 45% de estos enfermos sufren una pérdida de capacidad funcional y que un 30% requieren cuidados y asistencia especializada.
Recordemos que como documenta la Sociedad Española de Reumatología (SER) en España, el 54,4% de los mayores de 50 años sufren osteopenia y el 10,7% osteoporosis. Se suma que actualmente se producen 782 fracturas por fragilidad al día en población española; sin embargo, tan sólo el 36% de estos individuos reciben tratamiento para la osteoporosis.
La OSP y su principal consecuencia, la fractura, son causa de una gran morbimortalidad. Por otra parte, el impacto económico es enorme. La combinación de todos estos elementos, la actual y futura prevalencia tanto de la OSP (como de la fractura osteoporótica) y las repercusiones de esta a nivel personal, económico y social, enfatizan la importancia de esta enfermedad y subrayan la necesidad de identificar los pacientes de riesgo para iniciar medidas preventivas y de tratamiento. Sin embargo, existen datos de que esta enfermedad es infradiagnosticada e infratratada en los pacientes geriátricos.
Nuevas recomnendaciones
Ahora llega una nueva investigación que pone en el punto de mira esta situación. Presentada en ENDO 2025, la reunión anual de la Endocrine Society en San Francisco, California /EE.UU), determina que las personas mayores de 80 años deberían ser consideradas para el tratamiento de la osteoporosis después de una fractura para evitar un mayor riesgo.

"La carga de la osteoporosis está aumentando a medida que la población mundial envejece rápidamente. Nuestro estudio respalda el inicio del tratamiento de la osteoporosis después de una fractura en personas mayores de 80 años, ya que se ha demostrado que disminuye tanto la hospitalización como la mortalidad", ha declarado en la reunión Gianina Flocco, residente en la Clínica Cleveland (Ohio, EE.UU)
Flocco y sus colegas utilizaron la base de datos de investigación de salud TriNextX para estudiar a 88,676 pacientes de 80 años o más que sufrieron una fractura debido al deterioro o debilidad ósea causada por la osteoporosis.
Los pacientes se dividieron en dos grupos. El primero incluyó a 44,338 pacientes que fueron tratados con bifosfonatos, denosumab, raloxifeno o teriparatida. El segundo grupo tuvo el mismo número de pacientes, pero incluyó a aquellos que no recibieron ningún tratamiento para la enfermedad.
Otras patologías y falta d vitamina D
Se realizó un seguimiento de los pacientes durante 5 años tras la fractura inicial. La investigación tuvo en cuenta comorbilidades como hipertensión, diabetes, cardiopatía isquémica, obesidad, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, EPOC, enfermedad renal crónica, hiperlipidemia, artritis reumatoide, neoplasias y deficiencia de vitamina D.
Los pacientes del grupo de tratamiento presentaron un menor riesgo de hospitalización. También tuvo una menor mortalidad por todas las causas.
Flocco ha insistido en que se prevé que la carga de osteoporosis aumente en el futuro. Estos resultados del estudio respaldan su sugerencia de tratar a los pacientes mayores, quienes son más vulnerables a las fracturas a medida que envejecen. "Nuestros resultados sostienen la necesidad de mejorar el inicio individualizado del tratamiento de la osteoporosis, incluso en personas mayores de 80 años",
Y ha defendido "Tratar a las personas para reducir la carga de complicaciones de la osteoporosis, como las fracturas que provocan discapacidad o muerte, desempeñaría un papel importante en la mejora de la esperanza de vida en la creciente población de edad avanzada".