
Fedea pide subir el IPC solo a pensiones mínimas y avisa que el gasto se disparará al 18% del PIB
Lunes 6 de octubre de 2025
ACTUALIZADO : Lunes 6 de octubre de 2025 a las 12:15 H
7 minutos
Bajar la tasa de reposición, contar toda la vida laboral y más impuestos para pagar las pensiones

La deuda pública aumentará desde 2030 por el envejecimiento y el 'baby boom', alerta la AIReF
Fedea plantea retrasar la edad de jubilación y subir las pensiones menos que el IPC
Un nuevo trabajo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea @socialfedea), publicado este lunes, ahonda en los retos del sistema de pensiones hasta 2050, por el envejecimiento, el retiro de la generación del baby boom y el mayor gasto que acarrearán los últimos cambios en el sistema de jubilación.
El estudio, Impacto de la reforma de pensiones de 2021-23, analiza las repercusiones de las recientes reformas sobre el sistema público de Seguridad Social. Elaborado por Ángel de la Fuente, director de Fedea; Miguel Ángel García (Universidad Rey Juan Carlos) y Alfonso R. Sánchez Martín (Universidad Francisco de Vitoria), arroja resultados preocupantes, entre ellos, alerta de que en 2050, el gasto en pensiones se disparará al 18,5% del PIB (un aumento de 5,3 puntos), a la vez que el déficit contributivo aumentará hasta el 8,2% del PIB (un alza de 3,7 puntos de PIB).
En consecuencia, para poder pagar las pensiones, además de los aumentos de cuotas previstos por la reforma, "se necesitarán nuevos ingresos (vía impuestos/cotizaciones y/o deuda) por valor de 3,7 puntos de PIB. “Esto reducirá severamente la renta disponible de las generaciones siguientes, que sufrirán un deterioro de hasta el 10% de su consumo”, alertan los autores.

Para De la Fuente, García y Sánchez, los nuevos ingresos en cotizaciones son insuficientes para afrontar el mayor gasto derivado de mantener la tasa de reposición más elevada de la UE (77% vs 44,5%) y actualizarla con el Índice de Precios de Consumo (IPC), sea cual sea. “La generación boomer es la ganadora”, en opinión de Miguel Ángel García.
Cambiar la subida con el IPC y el cálculo de la pensión
Mientras que Fedea calcula que el gasto en pensiones alcanzará el 18,5% del PIB para 2050 como resultado de la reforma de pensiones en su conjunto, los ingresos subirán, pero mucho menos: únicamente llegarán al 10,35% del PIB para entonces.
Otra de las consecuencias de las reformas para las próximas décadas es el fuerte incremento del déficit básico, contributivo (sin contar las transferencias que inyecta el Estado) que los investigadores de Fedea aseguran que se disparará hasta niveles superiores al 8% del PIB a partir de 2050.
"Necesitaríamos prestar más atención al control del gasto en pensiones de lo que el actual Gobierno propone", subraya su informe.
Entre las medidas propuestas, la actualización de las pensiones con el IPC, Fedea sugiere restringir "el blindaje total" ante la inflación y aplicarlo tan solo a las prestaciones mínimas, estableciendo para las demás un límite máximo de pérdida acumulada de poder adquisitivo a lo largo de la vida "que deje un cierto margen de maniobra en este ámbito".

Jubilación demorada y autónomos generarán más gasto
La reforma genera un importante incremento del gasto en pensiones, que no solo supera el 18% del PIB en torno a 2050, sino que vuelve a hacerlo, aunque en ligeramente menor medida, al final del horizonte de proyección, que se cierra con una tendencia al alza que podría llevar a un nuevo máximo en los años 2070 o 2080.
El grueso del incremento del gasto proviene de la primera fase de la reforma de pensiones, la realizada por el entonces ministro José Luis Escrivá, pero a él contribuyen también de forma significativa las medidas de la segunda fase, especialmente a partir de 2050.
El gasto que pronostica el estudio de Fedea es muy superior al que prevé el Gobierno, “al haber infraestimado el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social el efecto de la jubilación diferida y del RETA en el gasto". En este sentido, los autores afirman que "ambas medidas tienen costes posteriores cuando se jubilan, no tenidas en cuenta” en las proyecciones oficiales.
Para Fedea, es muy probable que estas medidas sean insuficientes y que resulte necesario inyectar recursos adicionales al sistema. Una parte de estos recursos, plantea, podría conseguirse mediante la emisión de deuda a devolver cuando la pirámide poblacional se normalice en alguna medida, pero dado el "ya muy elevado" nivel de endeudamiento, considera que el margen existente es "muy limitado".
Otra posible fuente de recursos adicionales, agrega el organismo, sería una subida de las cuotas sociales, pero entiende que no conviene abusar demasiado de esta posibilidad.
El sistema es "excesivamente generoso"
Los autores del informe de Fedea creen que el mejor punto de partida para diseñar una política "razonable" de pensiones sería el reconocimiento "explícito" de que el sistema español resulta "excesivamente generoso" en relación con sus recursos y con el crecimiento esperado de la economía española.
En concreto, dada la actual esperanza de vida tras la jubilación (21,2 años a los 65 años) y la evolución esperable en el futuro de esta variable (4,9 años adicionales en 2050), de los niveles de productividad y ocupación y de la relación entre la población jubilada y la que está en edad de trabajar, "las pensiones públicas actuales están por encima de lo que permiten los salarios y los tipos existentes de cotización".
Fedea critica que el Gobierno pretenda resolver el problema ofreciendo "un cheque en blanco" con cargo a la Administración General del Estado.
Para la Fundación, sería necesario buscar un equilibrio "más razonable" entre el gasto en pensiones y el margen fiscal reservado a otras necesidades. Este equilibrio podría plasmarse en una revisión del MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional), "cuya condición de activación debería fijarse en términos de un límite máximo razonable al déficit básico del sistema de pensiones (incluyendo clases pasivas), en lugar de la poco transparente y excesivamente laxa condición actual".
Menor tasa de reposición y contar toda la vida laboral
En opinión de Fedea, habría que reducir la actual tasa de prestación (el cociente entre la pensión y el salario medio) hasta niveles similares a los observados en otras economías europeas. "Para avanzar en esta dirección será necesario adoptar medidas de contención del gasto en pensiones que habrán de extenderse tanto a los pensionistas presentes como a los futuros, afectando no solamente al cálculo de las pensiones iniciales, sino también a su revalorización".
En estas medidas, añade, deberían incluirse la extensión gradual del periodo de cómputo a toda la vida laboral (sin permitir descartes), junto con un "endurecimiento" de otros parámetros del cálculo de la pensión y el acceso a la misma, así como la recuperación del factor de sostenibilidad o el establecimiento, una vez alcanzada la edad de jubilación ordinaria de 67 años, de un nexo automático entre la edad legal de jubilación y la esperanza de vida "en buena salud", con las excepciones necesarias para aquellas ocupaciones que no lo permitan por su dureza física.