Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa Vall de Núria es un entorno natural espectacular, un valle con paisajes de una belleza extraordinaria. Situado en los Pirineos de Cataluña, sus picos, de los que nacen fuentes y ríos, hacen frontera con Francia. Está a una altitud de 1.964 metros y los picos que lo rodean alcanzan casi los 3.000 metros.
Las opciones de ocio son múltiples, desde paseos a caballo, en barca por el lago, tiempo de descanso en la zona de aguas del hotel, recogimiento y oración y, también para los amantes del deporte de montaña, senderismo y ascensiones a sus picos. Cómo no puede ser de otra manera, en invierno el esquí es el deporte rey.
Ya desde el inicio la visita a La Vall de Núria es toda una experiencia. Lo primero que hay que saber es que no se puede acceder en coche, hay que hacerlo con el tren Cremallera. También existe una ruta para para subir caminando, pero son varios kilómetros y un fuerte desnivel.
El Cremallera es un histórico tren azul que se inauguró en marzo de 1931, hace un recorrido de 12,5 km salvando un desnivel de 1.000 metros. Sale de la estación de Ribes-Enllaç y hace cuatro paradas. El trayecto hasta La Vall de Núria es de 40 minutos en los que se puede disfrutar de las vistas.
Núria es un lugar de peregrinación donde, en un entorno idílico, los fieles encuentran descanso y pueden recogerse para la oración y la meditación.
El santuario se construyó en 1911 y, junto a él, poco después se edificó, acorde al santuario, el hotel para acoger a los visitantes.
La imagen de la Mare de Déu de Núria (Virgen de Nuria) es una talla de madera de estilo romano de los siglos XII-XIII.
Un pequeño inciso. Los orígenes de su veneración se remontan al siglo VIII, cuando San Gil, que vivía como ermitaño en el valle, esculpió una talla de la Virgen. Durante el tiempo que pasó en La Vall de Núria, cuando tenía la olla con la comida preparada, avisaba a los pastores tocando una campana, reuniéndose todos para comer alrededor de una cruz. La Olla, la campana y la cruz, son los símbolos de Núria y, según cuenta una leyenda, quien se acerca a Núria y sigue el ritual simbólico (orar ante la cruz y poner la cabeza en la olla mientras se toca la campana) tendrá descendencia.
Hoy en día la Virgen sigue siendo muy venerada como símbolo de fertilidad.
Existen un gran número de rutas para senderistas y montañeros, con distintos niveles de dificultad y para todas las personas y edades. Algunas caminatas de menos de 2 km pueden ser:
No obstante, una de las más conocidas es la ascensión al pico Puigmal (2.909,6 msnm). Una ascensión fácil, aunque larga. Se puede reservar un guía.
Desde delante del Santuario se sale hacia el Oeste, se pasa por el puente con barandillas de madera sobre el rio Finestrelles y se gira a la derecha, siguiendo el río hacia arriba, al norte. El camino sube hacia un bosque y atraviesa un canal de desagüe de la central eléctrica.
Más arriba dejamos un sendero que va hacia la izquierda dirección al bosque de San Gil, de pino negro. Al salir del bosque, se atraviesa la hondonada y el torrente y remontamos hasta el plano de Ortigar (también conocido como Collet Verd). La vista es franca, se divisan diferentes picos, Segre, Finestrelles, Fontnegra y la cima de la Coma del Clot. Seguimos en dirección oeste por el camino que va siguiendo el torrente de l’Embut (2.200 m), a la derecha. Lo cruzamos y seguimos el camino subiendo por la vertiente opuesta hasta volver a cruzar el torrente. Continuamos remontando el torrente hasta contemplar el Pla dels Eugassers y la fuente Bordonera.
Cruzamos el torrente por tercera vez y seguimos el camino (ahora poco marcado) dirección oeste, cruzando un prado. En la cota 2.550, llegamos a unos humedales donde, sobre un montón de piedras, hay un pluviómetro. Lo dejamos a la izquierda.
Seguimos el camino que sube hacia el Coll d’Err, hasta su cima (2.770 m), que separa los ríos Segre y Ter. Ahora ya solo queda remontar la cresta norte hasta la cima del Puigmal. En este punto la ascensión es pesada y cansada. Es recomendable hacer pasos muy cortos y paradas frecuentes mirando hacia el valle para descansar los músculos de las piernas.
La cima está cerca; disfrutar de una panorámica que abarca diferentes comarcas catalanas, es un hecho; y, la satisfacción de haber llegado hasta la cumbre ya está a nuestro alcance. Solo falta el último esfuerzo para poder sacar la foto al pie de la cruz.
El retorno se puede hacer por el mismo camino o, midiendo bien las fuerzas y el tiempo, crestear hacia Fontalba, o hacia el Coll de l’Embut. Se pueden ver diferentes opciones antes de hacer la ascensión peguntando a los guías, eso sí, repito, es importante valorar nuestro estado físico y el tiempo que nos va a llevar.