Especial vinos

Errores comunes al maridar queso y vino

Rosa Roch

Foto: BigStock

Jueves 21 de enero de 2021

ACTUALIZADO : Martes 23 de marzo de 2021 a las 9:31 H

4 minutos

El mundo del queso y del vino es tan amplio que es muy fácil cometer errores a la hora de maridarlos

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Rosa Roch

Foto: BigStock

Jueves 21 de enero de 2021

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Cuántas veces nos sentamos a la mesa con una copa de vino y un buen surtido de queso, dos productos de los que podemos disfrutar de una gran variedad en nuestro país para saciar el hambre y deleitar el paladar. Y es que vino y queso forman una pareja a la que pocas veces podemos renunciar. No obstante, para que su unión sea perfecta y no caigamos en los típicos errores a la hora de combinarlos, hay que conocer los quesos y los vinos con los que los vamos a maridar. Para ello será necesario encontrar la armonía ente los aromas y los sabores del queso con la acidez de los taninos del vino y que uno no quede enmascarado por el otro, ni viceversa.

Para que esto no ocurra hay que evitar algunos errores que son bastante comunes. Te los contamos:

 

Errores comunes al maridar queso y vino

El queso suave con vino blanco, el queso fuerte con vino tinto

Este es uno de los errores que se comete a menudo, pensar en los conceptos “fuerte” y “suave” del queso cuando lo que hay que tener en cuenta, a la hora de combinarlos con vino, es la procedencia animal de la leche, si es de vaca, cabra, oveja o búfala (las más habituales en nuestro país); el tratamiento que se le ha dado a la leche, si es cruda o está pasteurizada; el punto de curación; y, finalmente, la textura, es decir, si es de pasta blanda o dura.

A grandes rasgos, cuanto más graso sea un queso, más acidez deberá tener el vino, por lo tanto, necesitaremos un vino blanco o rosado; y cuanto más dura sea su pasta y mayor su maduración, más cuerpo y crianza necesitará el vino, en este caso maridaríamos con un tinto.

Todo el queso va bien con todo el vino

Otro de los errores que se cometen con frecuencia. Se suele pensar que todo el vino casa con todo el queso, pero esta es una creencia que ha acompañado a las gentes desde los tiempos más antiguos, cuando los bodegueros servían el vino acompañado de queso fuerte para que este enmascarara el sabor ácido de los taninos de un vino que, quizá, no era el de más calidad o el mejor elaborado. De esta manera, los clientes que acudía al mesón a echar unos vinos siempre lo encontraban bueno, pues el queso anulaba su sabor. Encontrar una buena combinación de sabores entre queso y vino hará que estos potencian por igual su sabor y que nosotros disfrutemos tanto de uno como del otro.

El queso solo se puede beber acompañado de vino

No. Rompe tus esquemas y prueba otras opciones más allá del vino blanco, tinto o rosado. Un vino dulce encaja perfectamente con un queso azul, un cava con una queso graso, un reserva con un queso curado de pasta dura y uno vino de ajuga con uno para untar. Como siempre lo importante es encontrar la armonía entre sus sabores. Investiga y encuentra tu combinación perfecta, tanto el mundo del vino como el del queso es suficientemente amplio para que puedas disfrutar plenamente de los dos.

Un mismo vino para una tabla de queso

Encontrar un vino que armonice con todo tipo de quesos es algo casi imposible por la gran variedad de quesos que existen y los diferentes tipos de leche con los que se elaboran. Además, como decíamos, cada queso necesita su vino. La duda surge a la hora de presentar una tabla de queso: ¿hay que servir un vino blanco y uno tinto? ¿o es mejor hacer una tabla con una selección de quesos similares para escoger un único vino? Se puede dividir la tabla en dos tiempos y escoger dos vinos o decantarse por un vino ligero, fresco y afrutado, que acompañe los quesos más grasos y untuosos, pero que, también, sea suficientemente equilibrado y prolongado en boca para que pueda acompañar los quesos curados y secos. Ente este caso podríamos decantarnos por un vino rosado.

La tierra no influye

Error. Tanto para el vino como para el queso el origen donde se elabora uno u otro marca el carácter del producto. El tipo de pasto de las vacas, las cabras o las ovejas se refleja en la leche con la que se elabora el queso y lo mismo ocurre con el terreno donde crecen las vides de las que se obtendrá la uva para hacer el vino. En este sentido, una pista a la hora de elegir el tipo de vino y queso será su denominación de origen o la región donde se han elaborado: un manchego puede ir acompañado de un Valdepeñas; un queso zamorano con un vino de Toro o una tetilla con un Ribeiro, por poner solo unos ejemplos.

Sobre el autor:

Rosa Roch

Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.

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