
Miércoles 18 de noviembre de 2020
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España, 17 de noviembre de 2020. La primera aventura espacial de España resultó un fiasco. Diez años de trabajo e investigación para fabricar un satélite, 200 millones de euros invertidos, y todo se perdió por la defectuosa conexión de unos cables. Unos humildes, pero puñeteros cables causaron el desastre y la desolación de los técnicos. A los ocho minutos del lanzamiento, el cohete y el satélite se perdieron. Punto final a un desafío y al primer sueño espacial de este país. El consuelo lo aportó la Selección Española de Fútbol: le metió seis goles a Alemania, y tal hazaña fue capaz de disimular el fracaso tecnológico. Lean ustedes los periódicos de hoy: “Un 6-0 para la historia”, “Paliza histórica”, “Goleada histórica”, “España destroza a Alemania”… Una explosión de euforia. Parece que los futbolistas que hace una semana nos decepcionaban se conjuraron para ayudarnos a olvidar lo insignificantes que somos en tecnología espacial. Yo, que no he visto un partido entero en mi vida, también digo: gracias, fútbol; gracias, Selección. Si no fuese por vosotros, España no sería España: fracasada por no poner bien unos cables, magnífica cuando tira a gol.