Jesús Cubero
Opinión

Tócala otra vez, Sam

Jesús Cubero

Viernes 31 de diciembre de 2021

4 minutos

Tócala otra vez, Sam

Viernes 31 de diciembre de 2021

4 minutos

Al igual que en esa delicia cinematográfica que es Casablanca, con esta canción toca a su fin un 2021 que será conocido como “el año de las vacunas”. 

Ha sido éste un año en el que la población en general, la sociedad española, se ha ido familiarizando con términos como “sociosanitario”, “atención domiciliaria”, “cuidamos, no curamos”, EPI o “personal de actividades esenciales”. Un año, en el que comenzamos a ser conscientes como sociedad de la necesidad urgente de abordar todos los aspectos relacionados con el reto demográfico que se nos viene encima. Y es que, querido lector, no me canso de repetir que en el año 2050, uno de cada tres españoles será mayor de 65 años. Los partidos políticos comienzan a preocuparse por un sector poblacional en cuyas manos estará la viabilidad de un país. 

Así, desde el Gobierno hemos visto en este año unos tímidos intentos de redefinir el futuro de la atención a las personas mayores, sin darse cuenta de que todos los españolos, españolas y españoles debemos tener los mismos derechos independientemente de la ciudad en la que vivamos; sin darse cuenta de que las personas mayores quieren vivir en su propio hogar todo el tiempo que sea posible, y por eso hay que potenciar (y mejorar notablemente su financiación) los servicios de atención domiciliaria; sin darse cuenta de que las personas mayores quieren que se les cuide en un centro moderno, amplio, agradable, bien dotado y que cuente con un personal bien formado, motivado, cariñoso y bien remunerado; sin darse cuenta de que la población española está cansada de debates ideológicos sobre el “modelo de cuidados” y de la terminología “público o privado”, cuando lo importante es que el ciudadano elija libremente al centro que quiere ir y que tengamos un estándar de calidad unificado para todo el país.

La oposición, por su parte, mucho más tecnócrata que ideológica, anda enfrascada en su “mochila austríacaque nos evoca los aires del Tirol para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Ahora falta que haya “mochila” para todos los pensionistas y que cuando el Partido Popular forme Gobierno, puedan afrontar la reforma necesaria sin que suponga una pérdida de poder adquisitivo para esta generación que han trabajado como burros durante toda una vida. Necesitamos consenso, estabilidad, y calma social para abordar una profunda reforma que deje contentos a todos los pensionistas y a los que los iremos uniendo. Llegados a una edad, uno no quiere, qué caramba, entrar en ideologías. Uno quiere cobrar su pensión y disfrutar en tranquilidad con los hijos y nietos.

Pensiones, cuidados a los mayores, y atención sanitaria

Y si ya hemos visto cuáles son las principales propuestas en pensiomateria de pensiones y en cuidados a los mayores, nos queda por abordar el tercer pilar que afecta de forma importante a la calidad de vida de las personas mayores: la atención sanitaria. ¿De verdad que resulta tan complicado que tengamos una historia clínica única en todo el país? ¿De verdad que nuestros dirigentes no van a ser capaces de que podamos tener en esa historia clínica unificada toda la información social y clínica de cada paciente? 

Si el bueno de Juan Abarca ha conseguido que todo el sector privado pueda trabajar con un formato de historia clínica única e interoperable… ¿por qué no le escuchan y le dejan hacer lo mismo para el resto del país? ¿Por qué no tratamos con los mismos medios y de la misma forma a todos los pacientes en España? Se nos acaba el tiempo, querido lector, y pronto se nos acabará la paciencia de votar cada cuatro años para que nos manipulen como marionetas, mientras nuestros mayores siguen sin ocupar el puesto que les corresponde.

Y antes de cerrar el año, le hago una confidencia: un redactor de una televisión pública me dijo esta pasada semana… “necesitamos hacer una entrevista en una residencia. Al haberse apagado el volcán de La Palma, tenemos que volver a lo que nos llena espacios: los abuelos”. ¿Triste, verdad? Antes la abuela se dormía viendo la tele, y ahora nos ponen a los abuelos en la tele para adormecer la conciencia de los demás.

Feliz 2022, querido lector. Le deseo un año en el que el virus se diluya y sus efectos dejen de ser tan agresivos con nuestra salud y con el miedo colectivo generado; le deseo un año lleno de armonía, civismo y paz en su entorno más inmediato; y le deseo que saque tiempo para apreciar, cuidar y querer a sus mayores en vida.

Sobre el autor:

Jesús Cubero

Jesús Cubero

Jesús Cubero es secretario general de AESTE.

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