El truco infalible del chef Jesús Sánchez para pelar huevos cocidos en segundos
La sal y el vinagre son claves
El huevo es uno de los alimentos más consumidos del mundo y una pieza básica en la dieta mediterránea. En España, cada persona come de media más de 170 huevos al año, según datos recientes del sector avícola. Su versatilidad lo convierte en un ingrediente indispensable: desde un desayuno rápido hasta platos elaborados, pasando por ensaladas, guisos o repostería. Fritos, escalfados, en tortilla o cocidos, los huevos forman parte de la cocina diaria de millones de hogares.
Sin embargo, aunque cocerlos es sencillo, pelarlos sin destrozar la clara sigue siendo una de las pequeñas frustraciones culinarias más comunes. Cáscaras que se pegan, trozos de clara que se desprenden o huevos que acaban con una superficie irregular son errores frecuentes. Pero un chef con tres Estrellas Michelin ha compartido un consejo que promete poner fin a ese problema en cuestión de segundos.
El reconocido cocinero Jesús Sánchez, del restaurante El Cenador de Amós, ha revelado su truco: basta con añadir una pizca de sal y un chorrito de vinagre al agua de cocción. Según explica, esta sencilla combinación altera ligeramente la composición de la cáscara y del agua, consiguiendo que la cubierta del huevo se desprenda con mucha más facilidad tras la cocción.
El vinagre ayuda a endurecer la superficie de la clara, evitando que se adhiera a la cáscara, mientras que la sal actúa sobre la membrana interior, facilitando que se separe limpia y rápidamente. Una vez cocidos, solo hay que enfriarlos en agua con hielo o bajo el grifo durante unos segundos y el resultado es inmediato: las cáscaras se desprenden casi solas.
Este truco, que no altera el sabor del huevo, puede aplicarse tanto en la cocina doméstica como en la profesional. Además, reduce el desperdicio de alimento y mejora la presentación de los platos, algo especialmente útil para quienes preparan huevos rellenos o ensaladillas.
En definitiva, un gesto tan simple como añadir sal y vinagre al agua puede convertir una tarea tediosa en un proceso rápido y limpio. Un ejemplo más de cómo los grandes chefs encuentran soluciones ingeniosas a los pequeños retos de la cocina diaria.


