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La insuficiencia venosa crónica (IVC), comúnmente conocida como "piernas cansadas", se caracteriza por la inhabilidad de las venas para retornar eficazmente la sangre de las piernas al corazón. Esto da lugar a su acumulación en las extremidades inferiores, y a una serie de síntomas que pueden ser muy molestos y dolorosos.
Esta condición es considerada como una de las afecciones más comunes y una de las razones principales de consulta en atención primaria, dentro del ámbito vascular.
Suele pasar desapercibida en muchas ocasiones y afecta aproximadamente al 25 % de la población, siendo las mujeres las responsables de más del 50 % de los casos.
Factores de riesgo y síntomas
Los signos y síntomas que pueden manifestarse abarcan desde la pesadez y fatiga en las piernas, hasta sensación de calor, molestias, calambres e inflamación.
Tambien pueden aparecer venas pequeñas de color azulado (telangiectasias o "arañas vasculares") o venas dilatadas de mayor tamaño (varices).
Puedes sufrir alteraciones cutáneas como aumento de pigmentación o úlceras, entre otros. Todos estos síntomas pueden desencadenar complicaciones serias como trombosis venosa o hemorragias.
Entre los factores de riesgo relacionados con esta patología, destacan por un lado los factores no modificables. Incluyen la edad, el sexo femenino, las etapas de mayor riesgo como el embarazo o la menopausia, y tambien las circunstancias genéticas.
También hay factores modificables, sobre los que podemos influir para ejercer una prevención y un control sobre la enfermedad.
Entre ellos, llevar una vida sedentaria o pasar períodos prolongados de tiempo en la misma posición pueden causar la enfermedad. Al igual que sufrir aumento de peso u obesidad, estreñimiento o una exposición muy fuerte al calor.
Prevención
Algunas recomendaciones para prevenir esta patología consisten en llevar un estilo de vida saludable con una alimentación equilibrada y ejercicio físico diario.
Concretamente, se aconseja reducir el consumo de sal para evitar la retención de líquidos y tener una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento.
Debes bajar de peso y practicar deportes como la bicicleta, la natación o caminar una media de 30 minutos al día para activar la circulación.
Lo mejor es abandonar el tabaco, y evitar pasar demasiado tiempo sentado o de pie. Asimismo, trata de no estar expuesto prolongadamente al sol o a las altas temperaturas.
Es bueno elevar las piernas mientras se está durmiendo, e incluso varias veces al dia para reducir la hinchazón. Mantener la piel hidratada y aumentar el aporte de líquidos (preferiblemente agua) evita la retención y favorece a la eliminación de orina.
En algunos casos, se recomiendan medias de compresión ya que aseguran el retorno venoso al ejercer una presión pasiva en reposo y otra activa en movimiento.
Es imprescindible su correcto uso y asegurar la talla adecuada en cada paciente para que el tratamiento sea efectivo. Además, es importante ponérselas todos los días por la mañana antes de levantarse.
Junto con todo esto, también se recomiendan las duchas con agua fría ya que tienen un efecto antiinflamatorio al producir vasoconstricción, mejorando de esta forma la circulación.
Los masajes con geles fríos en sentido ascendente desde el pie a la rodilla también ayudan a activar el retorno sanguíneo.