Fiebre, malestar y un dolor en el estómago. Síntomas que pueden pasar desapercibidos y no achacarlos a nada más serio. Sin embargo, puede ser el inicio de una patología conocida con el nombre de diverticulitis; o lo que es lo mismo, la inflamación de los divertículos intestinales que son unas bolsas que se forman en la zona del colon izquierdo. Lo más común es que se localicen en este punto preciso.
Una enfermedad que muestra su mayor incidencia a partir de los 50 años y que, además de la edad, viene relacionado con ciertos hábitos de vida no muy saludables como puede ser una vida sedentaria, obesidad, falta de fibra en el menú semanal y una alimentación alta en grasas o ser fumador habitual; lo que hace que el riesgo de diverticulitis sea mayor que quienes no han probado un cigarrillo.
Es entonces cuando junto a esas señales puede aparecer un cambio en nuestro ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento), así como náuseas, vómitos o cansancio como consecuencia de esta patología.
Si se trata de un diagnóstico leve, con el tratamiento adecuado de antibióticos, reposo en casa (no es necesaria la hospitalización) y recomendaciones para la dieta, será suficiente. En el caso de que la diverticulitis derive en algo más grave, puede ser necesario entrar en el quirófano.
Como hemos señalado anteriormente, puede que esta patología inicial derive en algo mucho más serio: