Teresa Rey
Preguntas
¿Cuáles son los síntomas del broncoespasmo en adultos mayores?
Surge por una contracción de las vías respiratorias que aparece o desaparece espontáneamente
El broncoespasmo se produce por una contracción de las vías respiratorias que aparece o desaparece espontáneamente. Cuando surge genera en ocasiones una cierta sensación de agobio, pues a veces provoca dificultad para respirar. En los adultos mayores se puede manifestar de distintas formas, tanto de manera brusca como a través de distintos signos sobre los que debemos estar pendientes.
Los desencadenantes
El síntoma más evidente es la falta de aire, pero también hay otros como toser, notar que se tiene falta de aliento, sibilancias o pitidos mientras respiramos o sentir que nos oprimen el pecho.
Los desencadenantes están relacionados a veces por otras enfermedades como el asma, alergias al polen, látex, etcétera o resfriados comunes. Algunos factores irritantes como el humo del tabaco, la contaminación ambiental, las corrientes o los contrastes de temperatura, entre otros, los origina también. Si tenemos este problema, una actividad física intensa lo puede provocar o incluso la ingesta de algunos medicamentos para la presión arterial o analgésicos.
Para detectar el origen de este trastorno el médico nos tendrá que realizar unas pruebas médicas. Es posible que nos mande una radiografía de tórax para ver el estado de los pulmones y si existe una infección en las vías respiratorias altas o una neumonía.
Al mismo tiempo tratará de evaluar nuestra función pulmonar, usando para ello unos dispositivos en los que se mide la fuerza con la que somos capaces de expulsar el aire.
Otra alternativa consiste en hacernos una tomografía computarizada o TAC, que ayuda a detectar anomalías como coágulos sanguíneos.
Tratamientos
Los tratamientos para evitar este síntoma son diversos, ya que depende de su origen. Si proviene de una alergia, la primera medida es evitar el contacto con el alérgeno. En el caso de que se deba a una infección habrá que tratarla primero.
En ocasiones se prescriben broncodilatadores que expanden los pulmones y así se respira mejor. Lo que hacen es dilatar el bronquio y permitir el paso del aire a los mismos. Por un lado, están los de acción rápida que se administran mediante inhalación. Son los más usados para este trastorno, según los expertos. Su principal ventaja es que actúan a los pocos minutos de inhalarlos, y su acción se prolonga entre seis y ocho horas.
Luego tenemos los broncodilatadores de acción prolongada, que empiezan a funcionar de una forma más lenta que los anteriores, pero que por el contrario dura más, alrededor de 12 horas.
Otra opción es inhalar esteroides que reducen una posible inflamación en la zona o los anticolinérgicos, que relajan y ensanchan las vías respiratorias.
Si esta manifestación se produce en el contexto del asma, el abordaje es diferente. Un tratamiento farmacológico adecuado implicaría un broncodilatador al surgir los síntomas, seguido de un antiinflamatorio que se prescribe con una intención de mantener o estabilizar al paciente, cuando ya no hay manifestaciones y que puede prevenir su aparición.
En estos casos, se considerará la aplicación de fármacos que incluyen la doble terapia, es decir, brancodilatadora y antiinflamatoria. Aunque quien nos aconsejará mejor en este sentido es nuestro médico.
En ocasiones se suele recurrir a remedios caseros que no tienen ningún aval científico. Este es el caso de infusiones de orégano o canela, o incluso los vahos de eucalipto y menta, que sí pueden resultar efectivos en otros trastornos, pero no en el broncoespasmo.
Prevención
La mejor manera de impedir que se produzcan es alejarse de las causas. No hay que permanecer cerca de lugares contaminados, cargados de humo de tabaco o de otras sustancias tóxicas. Evidentemente si somos fumadores, debemos plantearnos el dejarlo.
Resulta importante mantener un hogar limpio, con una ventilación adecuada y libre de sustancias perjudiciales que puedan ser inhaladas durante la respiración.
No está de más que aprender técnicas de relajación. Cuando se produce una crisis con este fenómeno es muy frecuente sentir ansiedad al notar que nos falta el aire. Conocer métodos que nos ayuden a respirar con tranquilidad puede evitar que nos pongamos nerviosos y este síntoma vaya a más. El componente emocional es muy fuerte en estos casos, por lo que el autocontrol ayudará a llevar mejor esta manifestación.
Se recomienda también entrenar el esfuerzo, de modo que podamos ejercer las actividades de la vida diaria con control y sin temor a tener este problema. Es importante seguir practicando deporte, pero deberemos adaptarnos a nuestra nueva condición. El médico es quien mejor nos podrá asesorar en estas circunstancias y cómo hacer para no sufrir estas crisis.
Después es recomendable protegerse de contagios y evitar a personas que estén enfermas en la medida de lo posible. Cuando estemos en un lugar de clima frío hay que intentar respirar por la nariz, ya que de este modo el aire llegará caliente a los pulmones y protegeremos estos órganos de una forma más eficaz.