Mariola Báez
Preguntas
Tratamientos de geoterapia: ¿pueden tener las piedras efectos terapéuticos?
Terapia natural para algunos y pseudoterapia para otros, los masajes con piedras son una opción
Aunque existe cierto debate sobre las aplicaciones y los efectos que pueden tener las consideradas terapias alternativas, lo cierto es que existe una gran variedad de opciones, perfectamente compatibles con la medicina a la hora de aliviar distintas dolencias físicas o psíquicas. Estrés, ansiedad, molestias musculares, afecciones cutáneas…
Son muchos los tratamientos que pueden llevarse a cabo en balnearios, spas urbanos o centros de estética especializados, que tienen en común utilizar como "materia prima" aquello que ofrece la propia naturaleza, como las flores de Bach, la aromaterapia o los tratamientos con aguas termales, entre otros.
¿En qué consiste un tratamiento de geoterapia?
Para algunos profesionales del sector wellness, la geoterapia podría incluirse dentro de los tratamientos de fangoterapia, que son aquellos en los que se aprovechan las propiedades beneficiosas que pueden tener las arcillas y los peloides cuando se combinan con aguas minero-medicinales, como explica la Asociación Nacional de Balnearios (@BalneariosAnbal).
En el caso de las piedras, su uso se centra principalmente en la realización de masajes, bien calentándolas previamente o, al contrario, utilizando el frío, que es capaz de concentrar y transmitir un tipo determinado de piedra, como pueden ser el mármol o algunas piedras preciosas, para lograr fines concretos.
En general, el objetivo de un masaje con piedras calientes persigue, ante todo, la relajación profunda de quien lo recibe, aunque el efecto calor de las piedras, estratégicamente colocadas, también podría favorecer el alivio de contracturas musculares o determinados tipos de dolor articular o neuropático. En cambio, las piedras frías resultarían, en principio, más efectivas a la hora de tratar aquellas dolencias de carácter inflamatorio.
¿Cómo se lleva a cabo un masaje con piedras?
Un tratamiento de geoterapia suele tener una duración media de unos 45-50 minutos.
En primer lugar, según el objetivo que se persiga, el terapeuta determinará las piedras más apropiadas. Hay muchas posibilidades, aunque para un masaje relajante, que implique la aplicación de calor, las más utilizadas son las rocas de origen volcánico, especialmente las basálticas, por su capacidad para alcanzar y retener altas temperaturas.
El ocasiones, también se puede optar por piedras formadas a partir de sedimentos, como las calizas o las areniscas, sobre todo si además de conseguir el relax total se ejercer una acción depurativa sobre la piel, pues son rocas porosas, con cierta capacidad de absorción, que pueden ayudar a eliminar el exceso de grasa y las impurezas de la piel en áreas concretas, como puede ser la espalda. El uso de piedras de origen marino es cada vez más habitual en este tipo de tratamientos.
Colocarlas en los puntos idóneos es lo que garantiza la efectividad del masaje. La posición exacta suele coincidir con puntos energéticos del organismo, lo que se conoce como chakras. La frente, las manos, el abdomen y fundamentalmente la espalda, siguiendo la línea que marca la columna vertebral, son los puntos donde las piedras pueden mostrar mejor sus efectos beneficiosos.
Según el objetivo que se persiga, el terapeuta mantendrá las piedras estáticas o bien las moverá al tiempo que completa el tratamiento con algún masaje manual.
¿La geoterapia es recomendable para personas mayores?
Desde hace unos años, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (@sanidadgob) trabaja por establecer una clasificación válida y fiable sobre las terapias "alternativas" existentes en la actualidad. Junto al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (@CienciaGob) inició el pasado año el Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias.
De momento, no sabemos en qué grupo quedarán incluidos los tratamientos y masajes con piedras, aunque en un primera clasificación, la geoterapia podría considerarse como una de las terapias naturales que se centran principalmente en el bienestar y no en la salud. Aunque resulte difícil separar ambos conceptos.
Por otra parte y de forma generalizada, la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) reconoce el valor que las terapias y prácticas de la medicina tradicional, utilizada en algunas culturas desde hace miles de años, a la hora de contribuir a la salud humana.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos y si no existe contraindicación médica que desaconseje la aplicación de calor en un punto determinado (por ejemplo, en el caso de un episodio agudo en el que se manifieste la artritis reumatoide), no hay inconveniente en que una persona mayor pueda disfrutar del relajante masaje que proporcionan las piedras calientes y las manos de un terapeuta profesional.
Las piedras, que concentran el calor y lo transmiten de forma progresiva al organismo, pueden tener un interesante efecto vasodilatador que ayude a reactivar la circulación sanguínea, contribuyendo al mismo tiempo a aliviar tensiones musculares.
Muchos de los que han disfrutado de estos masajes aseguran que realmente el cuerpo parece eliminar el estrés y "cargarse” de energía positiva. No hablamos de medicamentos ni de tratamientos de fisioterapia, solo de aprovechar las buenas propiedades de un elemento natural tan básico como una simple piedra, en la que tal vez resida el secreto del propio bienestar.