Margarita Bárcena nació en 1950 en Oña, un pueblecito de la provincia de Burgos. Comenzó a trabajar como funcionaria de la Seguridad Social y posteriormente se trasladó junto a su marido, gallego, con quien tuvo una hija y un hijo, a Galicia. Allí trabajó para la Xunta en A Coruña, donde reside. Un día, “casi por casualidad”, conoció a María Luisa Ansorena, presidenta de la Federación de Pensionistas y Jubilados de UDP Galicia, y entre ellas nació una amistad que la llevo militar activamente en la asociación a la que se afilió, tras quedar viuda, en 2005, y convertirse en pensionista. Desde el pasado mes de junio es su vicepresidenta.
PREGUNTA: Supongo que la principal preocupación de los mayores es, como en el resto de España, las pensiones.
RESPUESTA: Así es. Lo de siempre, subida de pensiones, ayudas para poder acceder a las residencias, la atención a domicilio… Esas son nuestras mayores preocupaciones porque nuestro único objetivo es conseguir el bienestar de las personas mayores.
P.: Si les preocupan las pensiones, supongo que también lo hará la ruptura del Pacto de Toledo…
R.: Por supuesto, debería retomarse cuanto antes, pero eso sí, con la presencia de las personas mayores, ya que están decidiendo sobre los mayores sin contar con ellos. Habría que hacernos caso. Que nadie se olvide de que somos muchos millones de pensionistas.
P.: ¿Cómo afecta a los mayores la dispersión de población que se da en Galicia?
R.: En Galicia, la población está muy dispersa pero en los pueblos también funciona muy bien UDP, y se procura ayudar en todo lo que se puede. Pero es cierto que la dispersión perjudica la llegada de las ayudas sociales a los mayores gallegos que viven fuera de las grandes ciudades. Esperemos que se solucione poco a poco, los gobiernos deben darse cuenta de la problemática de los mayores gallegos que están muy desperdigados y necesitan muchas atenciones. La administraciones públicas deberían entender que lo ideal es que los mayores se queden en sus casas, en sus entornos de toda la vida y les ayuden a ello, para que sólo ingresen en las residencias cuando ya no quede más remedio. Pero para eso hay que conservar el entorno rural y las casas en las que viven los mayores lejos de las ciudades. Es necesario más dinero y más ayudas.
P.: Esa dispersión de la población también puede influir en la soledad no deseada de los mayores.
R.: Muchísimo. Las personas mayores necesitan entorno y cariño. Si vas a ver a una persona mayor, le das dos besos, charlas con ella, le preguntas qué necesita, el agradecimiento que te da y la felicidad que le proporcionas es tremenda. En este tema los ayuntamientos podrían hacer algo más de lo que hacen, pero el problema es el de siempre, la falta de dinero.
P.: ¿Y el voluntariado?
R.: Afortunadamente tenemos un gran voluntariado y los voluntarios van a residencias. Tenemos una compañera vocal de UDP, Dolores Novo, que se encarga de esto y lo coordina estupendamente. Hay muchas visitas a residencias, pero a los domicilios se solicita menos. En las aldeas es diferente porque la gente de los pueblos se ayudan mucho entre ellos y los miembros de UDP hacen visitas, excursiones, organizan conferencias... funcionan estupendamente.
P.: ¿El envejecimiento activo es más activo en las ciudades o en el ámbito rural?
R.: En las ciudades está presente, UDP funciona muy bien y organiza actos constantemente, además estan muy coordinadas las federaciones de A Coruña, Vigo, Santiago, Orense, Redondela... Por otra parte, en los pueblos se conocen más y no lo llaman envejecimiento activo pero se organizan y hacen muchas cosas, pasean y salen al campo juntos y organizan conferencias. Un día va la Guardia Civil para hablar de seguridad, otros días se dan clases de primeros auxilios y gracias a esto la gente se relaciona y se mantiene activa.
P.: ¿Cómo es la red de residencias en Galicia?
R.: Las residencias de las capitales están saturadas. Todo el mundo se quiere quedar en A Coruña. En los pueblos sí hay plazas, pero la gente piensa en cómo se desplaza hasta allí, en cómo puedes ir a ver a tu familiar. El problema es que las residencias privadas son caras. Tenían que hacer más residencias públicas, pero no tan grandes. Debían ser más pequeñas para poder ofrecer un entorno más familiar.
P.: Es de esperar que algún día tengamos un Gobierno, ¿qué le pedirán los mayores gallegos?
R.: Subida de pensiones y más atención social. Dinero para esto y para poder desarrollar esa atención, principalmente en el mundo rural para que envejezcan adecuadamente sin necesidad de salir de su entorno. Si lo solicitas, los ayuntamientos van durante una hora para ayudar a los mayores en sus problemas y con su soledad, pero si hubiera más dinero esa hora se podría convertir en dos o tres. También pediríamos suprimir el copago de los pensionistas porque han estado cotizando muchísimos años. Jubilación es júbilo, no penuria. Y lo mismo podemos decir del IRPF de los pensionistas, que es claramente una doble tributación. Habría que suprimir el IRPF de las pensiones, de todas, porque el que cobra más es que ha cotizado más. Si tienes una invalidez permanente absoluta no pagas el IRPF, pero si la pensión es normal sí se paga. Se debería cotizar por lo que se tiene, no por la pensión que se recibe.