Pese a que las vacunas ya han empezado a llegar a las residencias, todavía el virus no ha sido derrotado por lo que las limitaciones de visitas y aislamiento siguen vigentes. Después de más de 10 meses de medidas preventivas para reducir los contagios entre la población vulnerable crece la preocupación entre profesionales, trabajadores de residencias, familiares y residentes sobre los efectos que está teniendo la restricción de visitas a las residencias de mayores. Ahora que se reconoce que el principal determinante de los brotes en las residencias es la incidencia acumulada en la zona donde están situadas, se empiezan a cuestionar este tipo de restricciones que se podrían relajar en algunos casos durante las Navidades. Desde la plataforma de expertos, Actuar Covid.Una llamada para actuar, proponen designar a un cuidador familiar que pueda visitar a los residentes de manera ilimitada con la medidas de prevención necesarias, pero aportando el apoyo psicológico y emocional necesario.
Y es que varios estudios epidemiológicos sobre el envejecimiento demuestran que el aislamiento social tiene efectos perjudiciales en la salud mental, en el funcionamiento físico y cognitivo y en la longevidad de los seres humanos, que pueden "causar un daño grave y quizás irreversible a la salud y el bienestar de los residentes", por lo que desde Actuar Covid instan a los gobiernos regionales y al central a tomar cartas en el asunto. La falta de interacción social y los escasos estímulos cognitivos inducen estados depresivos con impacto en la motivación para continuar con vida, según el primer estudio monográfico realizado por la plataforma Actuar Covid en las 475 las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid a partir de los datos del Portal de Transparencia de la Consejería de Políticas Sociales, entrevistas a trabajadores y familiares de residencias.
"Si no mueren de Covid, morirán de pena"
Una de las investigadoras principales, la epidemióloga especializada en envejecimiento Maria Victoria Zunzunegui, señala que sus efectos pueden ser muy graves ."En algunas ocasiones, los residentes rechazan comer. La inactividad física lleva a la pérdida de desempeño físico entendido como la capacidad de caminar, el equilibrio y la masa muscular. Estas pérdidas son muy aceleradas en condiciones de limitación de actividad física", explica. De ahí que se empiezan a cuestionar si los efectos de la restricción de visitas son más perjudiciales para la salud de los mayores que la posible reducción de riesgo de infección por COVID-19. Entre los familiares de personas mayores en residencias también se repite una frase: "no morirán de COVID-19, pero morirán de pena".
Es uno de los temores de Esperanza –nombre ficticio– recogido en el estudio publicado este mes de noviembre. "Mi madre tiene 89 años. Hace 10 años que recibió un diagnóstico de Alzheimer. Todo iba bastante bien hasta que apareció la COVID-19. La residencia donde está mi madre se salta los protocolos de la Consejería y establece su propio protocolo, se trata a los familiares como vehículo de trasmisión, y se toman decisiones unilaterales. El deterioro es muy rápido, no deambula, no puede comer sola, ha perdido el gesto, tiene psicosis y nos busca. Yo sigo peleando y digo a otros familiares: “si ellos estuvieran en nuestro lugar, lucharían por nosotros. No los podemos abandonar”.
Más discapacidad y demencias
Las consecuencias estudiadas del aislamiento son variadas, entre las que destacan las limitaciones en la función de las extremidades inferiores, la discapacidad para las actividades de la vida diaria y la dependencia. El aislamiento social aumenta el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. "La demencia se acelera cuando se pierden las relaciones sociales, por lo que se deberían establecer protocolos de régimen de visitas comunes en cada comunidad autónoma en función de los niveles de incidencia", propone Zunzunegui. Según el monográfico, numerosos estudios han demostrado que las redes familiares y los contactos con amigos y familia previenen del deterioro cognitivo y la demencia. La revista científica The Lancet incluye varias efectos asociados a la demencia que se agravan con el aislamiento: la depresión, la falta de estimulación cognitiva, la inactividad física, la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y la desnutrición y la sordera.
Las restricciones de visitas familiares concurren además, en opinión de los expertos de Actuar Covid, con la penuria de mano de obra en las residencias y la necesidad de cumplir con los objetivos de trabajo marcados por las empresas, que hacen que los trabajadores no tengan tiempo para atender a los mayores como se merecen. "Los trabajadores de residencias relatan que muchas personas mayores no entienden lo que pasa fuera de la residencia y experimentan confusión, ansiedad e ira. Todo lo anterior sugiere que las intervenciones de restricción de visitas para prevenir la COVID-19 están precipitando un deterioro funcional en espiral físico, cognitivo y emocional y una mortalidad evitable en las personas mayores en las residencias. También se está infligiendo un sufrimiento innecesario a ellos y a sus familias", señalan.
Un cuidador familiar como solución al aislamiento
Con el objetivo de no repetir los mismo errores que en la primera ola, los expertos de Actuar Covid proponen que se establezca un protocolo común de régimen de visitas de obligado cumplimiento en todas las residencias de cada comunidad autónoma propuesto por el Consejo Interterritorial de Servicios Sociales. Dentro de esos protocolos, que invitan a que no dependan de cada empresa, recomiendan definir un cuidador familiar que pueda entrar ilimitadamente en la residencia.
"Un cuidador familiar, también llamado familiar de referencia, es cualquier persona que el residente o su sustituto en la toma de decisiones haya designado como cuidador familiar. Son esenciales porque asumen responsabilidades en cuidados para un cónyuge, otro familiar o amigo", explican desde Actuar Covid, quien invitan a que se le trate como a un trabajador y se le hagan pruebas de detección de COVID-19 y el resto de medidas de prevención de brotes. Respecto al resto de visitas, sí recomiendan restringirlas.
Propuesta Cuidador Familiar
Fuente: Informe sobre residencias Actuar Covid
Falta de información de las residencias "encerradas"
Asociaciones de familiares denuncian además que la falta de visitas está generando falta de información sobre el trato que se les está dando a los residentes. Una realidad que constata el informe Actuar Covid, que recalca que "en ausencia de inspecciones del Estado, rigurosas, continuas y sin aviso previo, es imposible conocer lo que está ocurriendo en las residencias. Solo el relato de los trabajadores que se atreven a hablar en condiciones de anonimato y el deseo expresado por muchos mayores de marchar a casa cuando aún consideran que ese retorno es posible, nos permiten visualizar la situación", señala el informe.
Ellos relatan que no hay suficiente personal para actividades en el salón y el comedor, que en muchas ocasiones se han suspendido las sesiones de terapia ocupacional o las actividades de ocio y que los residentes pasan muchas horas solos en sus dormitorios sin ninguna distracción e incluso comen en esa misma habitación y en soledad. De ahí que la plataforma de expertos Actuar Covid inste al Gobierno de la Comunidad de Madrid y el Gobierno español a actuar de forma urgente para "acabar con las actuales violaciones de derechos de las personas mayores, de los familiares y de los trabajadores".