Sociedad

Inspector de patatas fritas o limpiador de orejas: los trabajos más raros del mundo

Marta Vicente

Lunes 19 de abril de 2021

6 minutos

Varios de estos profesionales tienen sueldos muy atractivos

Inspector de patatas fritas o limpiador de orejas: los trabajos más raros del mundo
Marta Vicente

Lunes 19 de abril de 2021

6 minutos

Desde los más envidiados a los menos atractivos. Hoy en día, podemos encontrar oficios por todo el mundo de lo más raros y curiosos que, además, muchos de ellos están muy bien pagados. Estos son algunos ejemplos de los trabajos más extraños que existen.

Inspector de patatas fritas 

 

Inspector de patatas fritas

 

Los aspirantes a este puesto deben tener entre 18 y 45 años y pesar entre 90 y 120 kilos. Su función consiste en supervisar las patatas fritas de bolsa en la línea de montaje para separar las que no se encuentren en buen estado o estén demasiado cocidas. El salario ronda los 1.800 euros. Además de ser uno de los trabajos más raros del mundo, es de los más deseados.

Sexador de pollos

4.500 euros al mes, 55.000 al año y, sin embargo, un trabajo que nadie quiere. The Times asegura que ni siquiera ese sueldo sirve para atraer candidatos en el Reino Unido. ¿Qué tiene de malo ser sexador de pollos? Pues, para empezar, para que una persona sea capaz de diferenciar hembras y machos entre los recién nacidos necesita, al menos, tres años de formación. Además, no es un trabajo nada sencillo de ejercer, los sexadores deben estan 12 horas al dia e identificar el sexo a una velocidad de 4 segundos por pollo, todo ello con un margen de error de entre un 2 y un 3%.

Acariciador profesional

Acariciador profesional

Si estás dispuesto a que un extraño te acaricie y, sobre todo, a pagar por ello, puedes acudir a las 20 empresas de Estados Unidos dedicadas a este negocio. También existen profesionales por cuenta propia que cobran hasta 80 euros la hora por este servicio de caricias y abrazos. Regalar cariño a la gente que lo necesita puede ser una gran oportunidad de ganar dinero si cuentas con una amplia cartera de clientes –y si no te da pudor el contacto humano muy cercano–.

Recogedor de pelotas de golf bajo el agua

Para los golfistas, mandar la pelota a lugares fuera de los límites conlleva a una penalización. Sin embargo, mientras los deportistas se lamentan por su mal golpe, al otro lado hay profesionales que se alegran de este fallo. Estos últimos se dedican exclusivamente a localizar las pelotas de golf sumergidas en el agua. Es un trabajo muy bien remunerado y así lo ha demostrado Glenn Berger, el primero que tuvo la idea de dedicarse a este oficio mientras pasaba por una mala situación económica. Tras zambullirse 14 años en los lagos y ríos de Florida (EEUU), recoger las bolas y venderlas a los campos, Berger ha ganado 15 millones de euros, aunque cabe destacar la peligrosidad que acarrea esta práctica al tener que enfrentarse a caimanes y serpientes. Actualmente, hay más de 100 personas en todo el estado que viven de los errores de los golfistas.

Probador de camas de lujo

¿Te imaginas trabajar probando camas enormes y cómodas? Levantarte de la cama para ir de una a otra durante tu jornada laboral puede convertirse en realidad. A esto se dedican los probadores de cama: ir desde las 10 de la mañana a las 6 de la tarde tanteando su comodidad. La empresa británica Tielle Love Luxury publicó una oferta de trabajo muy curiosa el año pasado donde buscaban voluntarios para probar camas y colchones en hoteles cinco estrellas durante cinco días. Los 1.600 euros de sueldo y el poder disfrutar del placer entre las sabanas del lujoso hotel hicieron que la oferta causara tal sensación que la empresa decidió seleccionar los puestos por sorteo.

Aunque, el trabajo no bastaba con echarse una buena siesta, los elegidos tenían que elaborar un detallado informe cada noche. Aun asi, los amantes del sueño han encontrado su vocación.

Limpiador de orejas

Un empleo menos atractivo es ser limpiador de orejas. Estas personas trabajan en las calles de la India escarbando oídos ajenos. Identificados con un gorro rojo y una manta sobre el hombro, los limpiadores de orejas esperan a que los clientes tomen asiento para introducir una fina barra metálica y extraer el máximo cerumen posible. Por desgracia, es una profesión muy poco agradecida que está en decadencia. 
 
Limpiadores de orejas en la India
 

Paseador de patos

Durante 50 años, Edward Pembrok, botones del hotel Peabody de Memphis, paseaba los patos del estanque por el complejo hotelero. Caminaba con ellos dos veces al día hasta la fuente del jardín principal para que bebieran y se refrescaran. No se conocen más personas que se dediquen a esta curiosa profesión, pero Pembrok y el hotel se han hecho realmente conocidos por este trabajo tan peculiar.

Sobre el autor:

Marta Vicente

Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.

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