Más allá de las residencias: así funciona la red de viviendas para mayores de Castilla-La Mancha
Jornada 'Sostenibilidad de los Cuidados de Larga Duración'
Mayte Sancho critica la "dramática" financiación de la dependencia: "Es hora de hacer un esfuerzo"
El sistema de viviendas para mayores del Gobierno de Castilla-La Mancha funciona como un paso intermedio entre los propios domicilios y las residencias.
En concreto, la región alberga la principal red de este tipo en toda España con 183 centros autorizados –165 con financiación pública– con capacidad para unas 5 o 15 personas, según explicó recientemente la directora general de Personas Mayores de la comunidad, Alba Rodríguez, en la jornada 'Sostenibilidad de los Cuidados de Larga Duración', celebrada en la sede del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso).
Un acto, organizado por Fundación Pilares (@FPilares) y Fundación Caser (@fundacioncaser), al que asistieron expertos del sector, tanto del ámbito nacional como internacional, que dieron a conocer proyectos pioneros, y que contó con la participación destacada de la directora general del Imserso, Mayte Sancho; del director general de Atención al Mayor y a la Dependencia de la Comunidad de Madrid, Óscar Álvarez; del director de Fundación Caser, Juan Sitges; y de la presidenta de Fundación Pilares, Pilar Rodríguez.

Cuidados y entorno hogareño
Durante su intervención, la directora general de Personas Mayores del Gobierno de Castilla-La Mancha explicó que este modelo ha prosperado especialmente en el territorio debido a la geografía de la comunidad, caracterizada por un gran volumen de municipios pequeños, a menudo con menos de 500 habitantes.
La mayoría de estas viviendas, detalló, son de titularidad municipal y el Gobierno regional colabora para su sostenimiento a través de subvenciones –hasta 28.000 euros–.
Es más, para incrementar la calidad de los cuidados y permitir una mayor permanencia de los usuarios, se ha incentivado, a través de subvenciones que pueden llegar hasta los 48.000 euros, la implementación de un programa piloto de servicio nocturno para asegurar la presencia durante las 24 horas –más de 30 municipios se ha sumado–. Una medida, que es importante, para que personas con una dependencia más severa puedan seguir viviendo en estos entornos.
En términos de personal, la normativa exige un mínimo de dos auxiliares para hasta siete personas y, respecto a la financiación, las plazas son públicas, y los usuarios contribuyen pagando el 75% de su pensión.

Lucha contra la soledad
La implementación de este sistema de viviendas ha servido, argumentó Rodríguez, para retrasar la difícil decisión de mudarse a una residencia.
Además, en paralelo, ayuda activamente a combatir casos de soledad no deseada.
Y es que el objetivo es que las personas puedan llegar al final de su vida manteniendo costumbres, tradiciones y contactos, sin necesidad de dar el paso a un recurso residencial, que no siempre está cerca de su vivienda habitual ni de la familia.
Ahora bien, la directora general de Personas Mayores reconoció que estos segundos centros, los sociosanitarios, son indispensables para ciertos perfiles con más necesidades, aunque, matizó, ni las residencias ni las viviendas para mayores "son hospitales", por lo que la atención que allí se da debe ser social, con el objetivo de preservar la calidad de vida.
En total, finalizó, Castilla-La Mancha gestiona más de 28.000 plazas públicas (entre residencias y viviendas tuteladas), situándose por encima de la media nacional y garantizando un recurso residencial a menos de 40 kilómetros de distancia para la población.



