
¿Qué significa que una residencia sea un centro acreditado por la administración?
Estas son las implicaciones

La acreditación es el procedimiento por el cual la administración que tiene las competencias en servicios sociales, es decir, la comunidad autónoma, certifica que una residencia ofrece la calidad y las garantías para atender a personas dependientes.
Por ello, si una residencia cuenta con la acreditación, significa que cumple con los requisitos mínimos para atender a este perfil de la población.

En concreto, quienes pueden optar a esta certificación son los centros públicos, los privados que quieran integrarse en la red del SAAD o quienes atiendan a personas con un grado de dependencia legalmente reconocido –prestaciones vinculadas–.
Una vez acreditadas, las residencias tienen una serie de obligaciones como cumplir con los criterios mínimos fijados en cada comunidad –varían en cada caso– y someterse al control ejercido por la administración.
Algunos de los aspectos que se tienen en cuenta son, por ejemplo, el personal y su cualificación o cómo son las instalaciones y el equipamiento –si permite atender a dependientes–.
Y normalmente, los centros que opten a este reconocimiento deben pedir su acreditación ante la Consejería de Servicios Sociales de cada autonomía.