Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa pandemia del Covid-19 está trastabillando nuestros días. Cambios constantes, dudas sobre qué pasará mañana o la semana que viene, cómo será este año la Navidad, cuánto durará el estado de alarma que se ha decretado, o el toque de queda en muchas comunidades, cuándo habrá vacuna…
La incertidumbre produce inquietud y nerviosismo porque las personas necesitamos tener las cosas bajo control y cuando no podemos controlar la situación se generan episodios de ansiedad y estrés que nos imposibilitan para poder tomar decisiones y afrontar el presente.
Esta nueva ola de coronavirus llega en un periodo en que se juntan diferentes factores que hacen que, emocionalmente, estemos más flojos: días con menos luz, cambio de horario, el otoño -una estación relacionada con la melancolía- y la llegada de bajas temperaturas.
Según los especialistas existen algunas claves y consejos que podemos seguir para hacer que la incertidumbre juegue a nuestro favor y, de ella, podamos extraer nuevos aprendizajes y formas positivas de vivirla que nos ayuden a gestionar las emociones.
Encontrar el positivismo dentro de la incertidumbre es la base para poder afrontar cualquier situación. Eliminar pensamientos y comportamientos que alimentan la intolerancia a la incertidumbre, al no saber, permitirá abrir la puerta a pequeños cambios que nos llevarán a una actitud positiva frente a momentos complicados.
Aceptar la situación de incertidumbre es importante y te ayudará a entender qué ocurre y poder afrontar el día a día. Esto no quiere decir que te resignes.
El proceso de adaptación es gradual por lo que hay que intentar no desanimarse y no caer en pensamientos negacionistas que te hagan confundir la aceptación, entender la situación y poner medios para avanzar, con la resignación, no hacer nada para cambiar tu situación.
Una actitud flexible te ayudará a reducir la presión y a utilizar nuevos recursos necesarios para adaptarte a esta situación que nos hace vivir la pandemia, te permitirá adaptarte al contexto y a abordar situaciones emocionalmente complicadas.
La incertidumbre preocupa, nos hace tener un pensamiento negativo, a elucubrar sobre acontecimientos que no sabemos si ocurrirán, a aumentar los niveles de ansiedad y a perder la consciencia del presente. Si la situación te supera, hacer el ejercicio de pensar y listar aquellas pequeñas cosas que durante el día te han producido satisfacción, por pequeñas que sean, será un buen comienzo para reforzar la autoestima y la motivación y ayudarte a llevar a cabo, con ánimo y seguridad, tus responsabilidades.
Para adaptarse a la nueva realidad y aceptar la incertidumbre es necesario mantener el estrés y la ansiedad a raya. Para ello:
Si las restricciones lo permiten, sal a pasear y disfruta de la compañía de las personas más cercanas, las de tu pequeña burbuja, algún familiar o amigo, siempre manteniendo todas las precauciones necesarias y la distancia de seguridad. Este momento será beneficioso para tu salud física y emocional, ya que te permitirá mantenerte ocupado y generar vínculos de calidad que te alejarán del pensamiento negativo.
Verbalizar las emociones puede ayudar a poner orden en nuestra cabeza. Compartir cómo te sientes, qué te asusta o te preocupa, con las personas que conforman tu círculo más cercano permitirá liberar las emociones y poder tener otros puntos de vista que te ayuden a contextualizar y, a la vez, a que los demás también puedan expresar las suyas y así cuidarlos.