Este interesante utensilio de cocina, ha ido ganando adeptos en los últimos años, tanto por las opciones que ofrece a la hora de cocinar con rapidez y comodidad, como por lo múltiples beneficios nutricionales que implica esta práctica elaboración de los alimentos.
En realidad, esta manera de preparar las distintas comidas no es nueva ,y especialmente en la gastronomía asiática, se lleva a cabo desde hace siglos, utilizando tradicionales vaporeras de bambú. También nuestras ollas de toda la vida ya permitían hacer recetas al vapor, introduciendo en su interior la clásica cestilla que alejaba los alimentos del agua y haciendo que se cocinasen al contacto únicamente del vapor. La técnica es la misma, pero ahora también tienes pequeños electrodomésticos que hacen lo mismo en menos tiempo y ofreciendo una cocción perfecta según cada tipo de alimento.
Tienes distintos modelos entre los que elegir y todos funcionan de manera similar. Basta introducir agua en el compartimento que se sitúa en la base de estos aparatos y los alimentos que quieras preparar en los distintos recipientes, que podrás apilar. Solo falta programar el tiempo de cocción y enchufar a la corriente eléctrica. En pocos minutos, tu receta estará lista para tomar.
El éxito de este pequeño ‘invento’ radica en que es uno de los métodos más saludables de cocinar, resultando especialmente recomendable en el caso de las personas mayores. El principal motivo es que cocinados al vapor, los alimentos mantienen intactas sus propiedades nutricionales, ya que, la ausencia de contacto con el agua hace que vitaminas y minerales permanezcan en ellos y puedan ser ingeridos en cantidades superiores a las que tendrían si hubiesen sido, por ejemplo, hervidos. En este caso, recuerda la importancia de sacar partido y nunca tirar esos caldos resultantes repletos de nutrientes.
Ventajas añadidas son:
Si hablamos del electrodoméstico, es uno de los utensilios ‘de moda’ y ahora puedes encontrar en el mercado una amplia variedad de modelos. Fíjate ante todo en su capacidad porque tienes desde vaporeras pensadas para familias numerosas y con mil funciones, hasta las más sencillas, perfectas para una o dos personas. Además, entre los detalles que debes tener en cuenta hay que señalar:
Número de recipientes apilables. Es variable y siempre va a depender de tus necesidades, pero puestos a adquirir una, procura que tenga al menos dos bandejas, para que puedas preparar un plato completo en un mismo gesto y no en dos ‘tandas’, por ejemplo, un pescado con unas verduritas o unas patatas.
Potencia. Siempre irá en proporción a la capacidad, pero como idea general elige una que tenga un mínimo de 900 watios (las más básicas).
Facilidad de uso. Algunas vaporeras traen funciones específicas, entre las que no puede faltar la capacidad de programar el tiempo de cocción. Otras incorporan además, menús específicos para cada alimento o funcionan como arroceras… elijas la que elijas, comprueba que te resulta sencillo su manejo para que no acabe al fondo de algún mueble alto de la cocina.
Detalles que aportan seguridad y comodidad. Por supuesto, fíjate en que tenga desconexión automática (por si te despistas con el tiempo de cocción) y también en que los recipientes puedan lavarse en lavavajillas, un extra que siempre viene bien.
Si nunca has cocinado en vaporera, adaptarte a ella te llevará algo de tiempo (muy poco), pero una vez que la ‘domines’ sus opciones son realmente variadas y sabrosas. Prueba, por ejemplo, a añadir las especias y otros condimentos que te apetezca, al agua que hervirá para transformarse en vapor: unas gotas de limón o de aceite de oliva, unos dientes de ajo, comino, orégano, canela… tus alimentos pueden no solo conservar todos sus nutrientes, sino además tener un sabor extraordinario.
La vaporera es también perfecta para preparar alimentos en papillot, envueltos en papel de horno o de aluminio, donde también puedes añadir especias para un resultado óptimo.
Para no prolongar más de lo necesario el tiempo de cocción, recuerda trocear convenientemente aquellos alimentos de textura más densa, como pueden ser las carnes. Si tu vaporera es de varios pisos, no olvides poner las porciones más duras en el recipiente más cercano a la fuente directa de vapor.