Este tipo de turismo implica una forma de viajar que sigue los principios de sostenibilidad ambiental, social y económica. Un compromiso con el bajo impacto sobre el medio ambiente y la cultura. De hecho, la Organización Mundial del Turismo (OMT) define el turismo sostenible como "el que tiene plenamente en cuenta las repercusiones económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes y de las comunidades anfitrionas".
Un viajero que sigue estos principios respeta a las personas y los sitios que visita y contribuye al desarrollo económico de la zona con su alojamiento en lugares gestionados por la comunidad, consumiendo productos de comercio justo y –si es posible– colaborando en proyectos solidarios.
El turismo es habitualmente presentado como un motor de desarrollo económico, si bien los paisajes suelen sufrir alteraciones, llegando incluso a producirse la explotación de recursos naturales.Toda actividad turística que aspire a definirse como sostenible debe hacer un uso adecuado de los recursos naturales y respetar la diversidad socio-cultural.
Además, la tendencia de hoteles verdes ha crecido en todo el mundo: ahorran ehergía y agua y separan la basura. Según la OMT, aproximadamente el 1% del total de las emisiones contaminantes del planeta se relaciona con la actividad turística.
Este tipo de hoteles se han desarrollado a partir de los hoteles vegetarianos; no solo ofrecen comida vegana o vegetariana sino que promueven un estilo de vida natural. También ahorran energía, controlan los desperdicios, seleccionan materiales de calidad, etc.