Tu forma de conducir podría revelar un deterioro cognitivo incipiente
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El uso de datos de conducción a bordo de un vehículo puede ser una nueva forma de identificar a las personas que corren riesgo de sufrir deterioro cognitivo, según un nuevo publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología .
Los adultos mayores de 65 años representan una proporción cada vez mayor de la población conductora. Sólo en EE.UU, los adultos mayores representaban el 22% (52 millones) de los conductores y se proyecta que alcancen una cuarta parte del total para 2050. Conducir, como actividad fundamental de la vida diaria, es fundamental para la independencia y la movilidad.
Funcionamiento cognitivo
Entre los factores de salud relacionados con la edad, el funcionamiento cognitivo es fundamental para la capacidad de conducción y la seguridad en los adultos mayores. El deterioro cognitivo leve (DCL), que indica un deterioro cognitivo objetivo medible, afecta aproximadamente al 22% de los adultos mayores, mientras que el 10% padece demencia. Por lo tanto, casi un tercio de los adultos mayores viven con algún grado de deterioro cognitivo. Pero también puede afectar a personas más jóvenes y pasar desapercibido.
El DCL también conlleva un alto riesgo de progresión a la enfermedad de Alzheimer prodrómica y demencias relacionadas (EDRA), y aproximadamente entre el 10% y el 20 % de los adultos mayores con DCL desarrollan demencia anualmente. En consecuencia, un número considerable de conductores en la carretera presentan déficits neurocognitivos leves o se encuentran en las etapas prodrómicas de la EDRA, como documenta un estudio publicado en JAMA.
Estudios de conducción han documentado cómo los adultos mayores con deterioro cognitivo leve (DCL) o enfermedad de Alzheimer (EA) prodrómica obtienen sistemáticamente peores resultados en pruebas de conducción y simuladores de conducción que los adultos con cognición normal (CN) y presentan una mayor tasa de accidentes por culpa.
Evaluación de conductores
La identificación temprana de los conductores mayores en riesgo es una prioridad de salud pública. Sin embargo, no existe consenso sobre la evaluación, y mucho menos sobre las pruebas formales de la capacidad de conducción. La Evaluación y Gestión del Riesgo de Conducción en la Demencia de 2010 de la Academia Americana de Neurología identificó la Calificación Clínica de Demencia (CDR) como la herramienta más sólida para identificar a los pacientes con demencia con mayor riesgo de conducción peligrosa y accidente.
Los conductores mayores con una gravedad creciente (CDR 0,5-1) tienen un mayor riesgo relativo de suspender un examen de conducción en carretera en comparación con aquellos con una CDR 0. Estudios adicionales han destacado la importancia de evaluar la gravedad de la demencia. Sin embargo, la identificación temprana de conductores con riesgo sigue siendo difícil y requiere mucho tiempo, y requiere entrevistas y exámenes neurológicos expertos. Los avances en la tecnología digital, en particular los sistemas de sensores en vehículos, como los registradores de datos, ofrecen una solución prometedora a este problema.
Registradores de datos modernos
Los registradores de datos modernos están cada vez más equipados con receptores de sistemas de posicionamiento global, acelerómetros, giroscopios y otras funciones de telemetría que registran continuamente el comportamiento al volante, como recoge un ensayo de Journal of Apllied Gerontogoly.
La activación de estos dispositivos para la detección de enfermedades permite una vigilancia discreta y continua del rendimiento al volante, generando datos objetivos del mundo real en tiempo real. Cabe destacar que los cambios sutiles en el comportamiento al volante que a menudo acompañan al deterioro cognitivo temprano pueden detectarse con esta tecnología. Por ejemplo, un conductor mayor en las primeras etapas de deterioro puede comenzar a conducir más despacio, hacer menos viajes, evitar situaciones como la conducción nocturna o en carretera, o presentar fallos en el reconocimiento de señales de tráfico.
Salud pública
"La identificación temprana de conductores con riesgo de accidentes es una prioridad de salud pública, pero identificar a las personas que no son seguras es difícil y requiere mucho tiempo”, ha afirmado el autor del nuevo estudio, Ganesh M. Babulal, PhD, OTD, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri.

Ganesh M. Babulal.
Y ha insistido; "Descubrimos que, al usar un dispositivo de rastreo de datos GPS, podíamos determinar con mayor precisión quiénes habían desarrollado problemas cognitivos que si solo consideramos factores como la edad, las puntuaciones en pruebas cognitivas y si presentaban un factor de riesgo genético relacionado con la enfermedad de Alzheimer".
En el estudio participaron 56 personas con deterioro cognitivo leve y 242 personas cognitivamente sanas con una edad promedio de 75 años. Todos los participantes conducían al menos una vez por semana al comienzo del estudio.
Los participantes aceptaron someterse a pruebas de razonamiento y a que se les instalara el dispositivo de rastreo de datos en sus vehículos. Posteriormente, se les realizó un seguimiento durante más de tres años.
Si bien los patrones de conducción de los dos grupos eran similares al inicio del estudio, con el tiempo los adultos mayores con deterioro cognitivo leve tuvieron mayores reducciones en la cantidad de veces que conducían cada mes, la frecuencia con la que conducían de noche y cuánto variaban su rutina en cuanto a dónde conducían.
Precisión
Los investigadores utilizaron factores de conducción como la distancia media y máxima recorrida, la frecuencia con la que las personas superaban el límite de velocidad y el grado de variación de su rutina para predecir si una persona había desarrollado deterioro cognitivo leve con un 82 % de precisión. Al añadir factores como la edad y otros datos demográficos, las puntuaciones en pruebas cognitivas y la presencia de un gen asociado con el alzhéimer, la precisión mejoró al 87%. En comparación, al utilizar todos estos factores sin información sobre la conducción, se obtuvo un 76 % de precisión.
"Observar el comportamiento diario al volante es una forma relativamente sencilla y discreta de monitorear las habilidades cognitivas y la capacidad funcional de las personas. Esto podría ayudar a identificar a los conductores en riesgo para una intervención temprana, antes de que sufran un accidente o casi un accidente, que es lo que suele ocurrir actualmente. Por supuesto, también debemos respetar la autonomía, la privacidad y la toma de decisiones informada de las personas, y garantizar el cumplimiento de los estándares éticos", ha asegurado Babulal.
Una limitación del estudio es que la mayoría de los participantes eran personas blancas y con un alto nivel educativo, por lo que los resultados podrían no ser generalizables a la población general. El ensayo ha sido apoyado por los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU.



