Educación financiera

Qué son los depósitos bancarios y cuáles son mejores para invertir

Teresa Rey

Foto: Bigstock

Sábado 11 de enero de 2020

6 minutos

La finalidad de algunos de ellos es proporcionar rentabilidad a los ahorros que tengamos acumulados

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Teresa Rey

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Sábado 11 de enero de 2020

6 minutos

Dentro de los distintos tipos de productos financieros que nos ofrecen las entidades bancarias, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito para guardar nuestro dinero, se encuentran los depósitos. La finalidad de algunos de estos es proporcionar rentabilidad a los ahorros que tengamos acumulados.

La idea es ceder una cantidad fijada previamente bajo una serie de condiciones que se establecen por medio de un contrato, con el objeto de obtener un beneficio a cambio, que suele ser un aumento del capital. Este se consigue a través de la generación de intereses. Para ello, el dinero deberá permanecer un tiempo concreto que se debe establecer en las condiciones contractuales. Aunque esto dependerá del tipo de depósito.

Si estamos pensando en contratar uno de estos depósitos debemos conocer de forma general cuáles existen, y determinar qué tipo es el que más nos interese. Cada banco ofrece unas condiciones que hemos de analizar con detenimiento, según nuestros ahorros y la previsión de gastos que tengamos de cara a un futuro.

Depósitos a la vista

Estos hacen referencia a las cuentas corrientes. Aquí el proceso es muy sencillo, porque lo único que haremos será ingresar la cantidad que estimemos oportuna en la cuenta que abramos y la entidad tiene el compromiso de devolverla en el momento que así se requiera por el cliente. En estos casos no hay obligación por parte del organismo de ofrecer una rentabilidad por medio de intereses. De hecho, en la mayoría de los casos no se contempla esta posibilidad.

Son cuentas donde simplemente tendremos un dinero con el que podremos operar y disponer de él a través de distintas opciones como tarjetas, cajeros o en las propias oficinas del banco. Se pueden efectuar domiciliaciones, pagos, cobros, abono de nóminas, realizar y recibir transferencias bancarias, etcétera. Su riesgo es, por tanto, mínimo, pero no son la mejor opción para hacer crecer nuestro dinero.

Dentro de esta clase, existe un subtipo que en ocasiones confiere algo más de beneficios. Se trata de las cuentas ahorro o libretas de ahorro. En este caso, el banco emite una libreta de ahorro al cliente en el que aparecen reflejadas las operaciones efectuadas y los movimientos que se llevan a cabo con la cuenta. Son muy parecidas a las cuentas corrientes, solo que es posible que se presenten más limitaciones a la hora de disponer del dinero, sin embargo a cambio se ofrece un interés o rentabilidad que aporta ventajas al cliente. Tendremos por tanto que evaluar cuál es ese tipo de interés que nos van a conceder y qué limitaciones se establecen a cambio. Es una opción intermedia y con un riesgo mínimo.

Ahorro

Depósitos a plazo

Esta clase de depósitos sí se pueden considerar más como una opción de ahorro, pues en ellos se aprecia claramente una ventaja de rentabilidad como contrapunto. En esta opción acordamos dejar una cantidad durante un tiempo determinado en el que se establece un compromiso para no disponer del dinero en ese plazo, y a cambio la entidad nos tiene que ofrecer un tipo de interés que puede ser fijo o variable.

La cantidad generada por esta tasa se puede percibir mensualmente o al finalizar el servicio contratado. Normalmente, al concluir el mismo se suele optar a una ampliación del producto si continuamos interesados en el mismo. Ahora bien, en este depósito es importante tener claro que si se rompe el pacto antes de lo contemplado, la entidad lo penaliza. No es que no se pueda recuperar el dinero, pero al obtenerlo antes de tiempo, la rentabilidad no será la misma, y se verá afectada de forma importante.

Por ello, antes de contratarlo debemos pensar muy bien qué cantidad queremos colocar en este depósito a plazo. No se trata de trasladar todos nuestros ahorros a este tipo de productos, aunque es cierto que la cantidad que se invierta va a influir en un mayor o menor beneficio para nuestra economía.  Otro aspecto a tener en cuenta, es que cuanto mayor sea el plazo mayor será la ventaja que obtengamos para nuestros ahorros.

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Impuestos y garantías

Al mismo tiempo, no debemos obviar que este tipo de productos están sometidos a impuestos. Estos los determina la Agencia Tributaria (@Haciendagob) y variarán si se trata de una persona física o jurídica. Es posible que la entidad retenga una cantidad en concepto de anticipo de impuestos, y después el cliente tendrá que incluir estos ingresos a la hora de hacer la declaración de la Renta.

Del mismo modo, destacar que a día de hoy existe un fondo de garantía de depósitos. Este lo que hacen es garantizar que la persona pueda disponer de los ahorros colocados en estos productos, en el caso de que el organismo presente alguna dificultad y quiebre. Esta condición está presente no solo en España, sino que existen en numerosos países. La cantidad máxima que está protegida en nuestro país dentro de este sistema es de 100.000 euros, una cifra bastante similar a la de otros lugares de Europa.

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Teresa Rey

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